Una vez más, el Ayuntamiento de Valladolid se ha vuelto a ocupar del tema más importante del urbanismo vallisoletano que no es otro que el soterramiento del ferrocarril a su paso por la ciudad. Y esta vez lo ha hecho por partida doble: en la mañana del pasado lunes con la celebración de un pleno extraordinario celebrado a instancia del Grupo Municipal Popular y por la tarde con la celebración de una peculiar audiencia pública.

Trataré de comentar separadamente ambos acontecimientos, aunque el trasfondo es el mismo: la negativa por razones ideológicas a soterrar el ferrocarril, condición exigida desde 2.015 por Izquierda Unida para formar aquel tripartito municipal para llevar al sillón de la alcaldía a quien había perdido las elecciones, al tiempo que se negaba a celebrar la consulta popular prometida en campaña electoral convencidos de que la respuesta en el “referéndum” sería contraria a los planes municipales de manera aplastante.

I.- El pleno municipal

Con puntualidad británica y las tribunas del público llenas a rebosar, comenzó el pleno extraordinario solicitado por el Grupo Municipal Popular en tiempo y forma con la intervención de distintas asociaciones vecinales que al amparo del vigente reglamento de participación ciudadana habían solicitado intervenir en el mismo, con un denominador común: todas ellas se pronunciaron a favor del soterramiento, lo cual justifica la petición del grupo popular.

Seguidamente abrió el debate Pilar Del Olmo, responsable del Grupo Popular, para exponer ordenadamente las razones que avalaban su propuesta de soterramiento frente al proyecto de supuesta integración ferroviaria, aclarar su intervención en el primer pleno de este mandato en el que aceptaba el no al soterramiento, (rectificar es de personas inteligentes), y valorar positivamente mi gestión al frente del ayuntamiento llegando a calificarme como el mejor alcalde de la historia de Valladolid, algo que quiero agradecer, pues no es la primera vez que lo hace.

A continuación, intervino Javier García Bartolomé, quien una vez más hizo alarde de su dominio de la materia en cuestión por razones profesionales, realizando un correlato de las distintas ocasiones en las que el soterramiento había sido objeto de distintos debates y decisiones municipales. Presentó una serie de enmiendas a la moción popular que fueron aceptadas por el grupo proponente, lo cual habla de un buen entendimiento entre los dos grupos municipales, algo por lo que vengo luchando hace tempo. Enhorabuena, Javier.

El tercer turno de intervenciones le correspondió a Manuel Saravia, Primer teniente de alcalde y responsable máximo del urbanismo vallisoletano, y por qué no decirlo, del bloqueo al soterramiento en Valladolid. Sabemos que ideológicamente las izquierdas son contrarias a los soterramientos ferroviarios, exigencia no negociable para que durante años padeciéramos un alkalde okupa.

Con ese tono suave y monocorde que caracteriza sus intervenciones intentó convencer a la concurrencia de la imposibilidad del soterramiento y de las excelencias de sus túneles, que además de no suponer ahorro a las arcas municipales no terminan con el muro de la vergüenza, muro cuya existencia negó presentando planos y datos parciales y manipulados de las condiciones de vida a un lado y otro de la barrera ferroviaria. A su favor, y se lo agradezco, ninguna alusión ofensiva y vejatoria hacia mi persona.

En cuarto lugar, intervino el portavoz de Cs, personaje cuya presencia en la vida municipal nunca entendí. Fernández Antolín está hecho para la vida académica y no política, y eso se le nota en todas sus intervenciones: bien construidas, ordenadas, expuestas en tono moderado y exentas de descalificaciones personales. En unos temas claramente al lado de las propuestas populares y en otras mostrándose favorable a la abstención, pero en ningún caso al lado de las posiciones negacionistas del equipo de gobierno. Mucho me temo que después de esta experiencia no le queden ganas de repetir.

Y finalmente llegamos al circo, con la intervención del portavoz socialista, que como era previsible me dedicó a mí la mayor parte de su intervención y no al soterramiento, con profusión de cifras, datos y gráficas manipuladas al efecto, algo que hizo frecuentemente en el primer mandato del tripartito okupa, pero que en este mandato había evitado, aunque su referencia en el último pleno a que “estuve a punto de caer con mis huesos en la cárcel”, hacía prever por donde irían los tiros en el pleno del soterramiento. Y la verdad es que no defraudó: toda su perorata estuvo llena de medias verdades, que es la peor de las mentiras y dedicada íntegramente al pasado, como le señaló acertadamente Pilar Del Olmo, porque del futuro del soterramiento no quieren saber nada.

¿Y quién es este siniestro personaje? Pues vamos a descubrirlo, si bien en el mandato okupa, Toño Martínez Bermejo lo definió perfectamente llamándole “Pedro Navaja”, como el célebre personaje de la canción de Rubén Blades. Y para quienes desconocen quién es este personaje, vamos a recordarlo:

 

                   … “Mira pa’ un lado, mira pal otro y no ve a nadie

                    Y a la carrera, pero sin ruido, cruza la calle

                    Y, mientras tanto en la otra acera va esa mujer

                    refunfuñando pues no hizo pesos con qué comer.

                    Mientras camina del viejo abrigo saca un revólver

                    (esa mujer)

                    Y va a guardarlo en su cartera pa’ que no estorbe

                   Un treinta y ocho Smith & Wesson del especial,

                    que carga encima pa’ que le libre de todo mal.

 

                    Y Pedro Navaja, puñal en mano le fue pa ‘encima,

                    el diente de oro iba alumbrando to’a la avenida,

                    mientras reía el puñal hundía sin compasión,

                    cuando de pronto sonó un disparo como un cañón…

 Pues sí queridos amigos, este es Pedro Herrero transfigurado en Pedro Navaja, conocido como Pedro el insultador en su propio partido, sin duda el personaje más desvergonzado que en democracia ha ocupado un escaño en el pleno municipal de Valladolid. Su habilidad para mentir y apuñalar por la espalda es insuperable. Su llegada al tripartito fue harto conflictiva, pues no se podía liberar a más concejales en el gobierno municipal de los que habían formado mi equipo de gobierno, y la solución fue sencilla: se inventaron un cargo de portavoz del partido del grupo que gobernaba, y todos contentos y especialmente él. Hasta entonces nunca existió este cargo, y sería bueno que hiciera público cuáles eran sus ingresos profesionales hasta entonces y a cuánto ascendieron después de esta cacicada. Y así, cuatro años.

En el año 2019 el PP perdió por primera vez las elecciones municipales desde 1.987, con la colaboración fraudulenta de CI, que robó un puñado de votos a Cs, pero suficientes para quitar a este partido un concejal que hubiera dado otra mayoría, y habría evitado la mayoría al tripartito okupa. En cualquier caso, Pedro Navaja fue nombrado portavoz del gobierno municipal, con una nueva subida de sueldo. ¿Se atrevería Pedro Navaja a cuantificarle? Me temo que no.

Ciertamente en alguno de estos años, yo, después de cerrar mi consulta privada, pedir la excedencia en la Universidad y en el Hospital Clínico, compatibilicé mi retribución como alcalde con las dietas de algún puesto en las cajas de ahorros, en mi caso en Caja Duero. Tan sólo percibí las dietas aprobadas por la Junta de Castilla y León, qué además decidió que si algún consejero de la caja representaba a esta en otras instituciones tan sólo cobraría las dietas señaladas para la caja.

Por entonces, la presencia de alcaldes y concejales en los órganos de las cajas era habitual, era habitual, y de hecho a mí me sustituyó Carlos Martínez, alcalde socialista de Soria, en Caja Duero, Ebro y EBN y nadie dice nada, y que el propio grupo socialista municipal vallisoletano tuvo consejeros en distintas cajas. ¿Por qué el Psoe no designó a Pedro Navaja? Debe ser contestado en su partido. Lo que este nunca podrá acreditar es que sus ingresos profesionales superaran sus ingresos “concejiles”. Por cierto, yo rebajé el sueldo del alcalde un 15%, y de concejales y personal eventual un 10%. La primera medida que tomó el actual gobierno municipal fue una subida generalizada de sueldos, de asignaciones a los grupos y del número de personal eventual adscrito a cada grupo, colocando al alcalde en el sexto puesto de los alcaldes mejora pagados de España.

Y ya entrando en la financiación del soterramiento hay que recordar que el ayuntamiento poseía el 25% de las acciones de la SVAV, por lo tanto, sólo tomaba el 25% de las decisiones y asumía el 25% de los riesgos. En contra de lo afirmado por Pedrito, yo nunca firmé un aval, lo que dije es que el ayuntamiento estaba en condiciones de hacerlo. Lo que sí hice, y he de reconocer que fue Oscar Puente quien me avisó, fue firmar varías confort letter sin someterlo al procedimiento. El me dijo y yo le creí, ingenuo de mí, que era el tema heredado que más le preocupaba y que habría que buscarlo una solución. Al terminar las reuniones, los dos testigos presenciales me advirtieron que no le creyera una palabra. Y qué razón tenían… Por cierto, el secretario general del Ayuntamiento y el interventor general, es decir, los dos funcionarios de más alto rango del ayuntamiento declararon que las confort letter no eran documentos de uso habitual en los ayuntamientos y desde luego, nunca se habían utilizado en el de Valladolid. Seguro que Pedro Navaja sí lo sabía. Es tan fuerte su formación económica…

El tema da para un libro, pero el ayuntamiento nunca debió 400 millones y en todo caso las gestiones y los créditos de la sociedad fueron negociados por el gerente, siempre propuesto por el ministerio de Fomento. Pero la intervención prioritaria era la construcción de los nuevos talleres para, con el suelo liberado, financiar la operación. 

El alcalde, lejos de cumplir su palabra dio traslado de las confort letter a la fiscalía y personó al propio ayuntamiento contra mi… y ya sabemos que el alcalde se mueve en los terrenos judiciales y fiscales bastante mejor que yo. ¿Os sorprende? Afortunadamente, a pesar del empeño del Alkalde y de la Fiscalía, la Audiencia Provincial primero, y el TSJ después, decidieron por unanimidad los seis magistrados proclamar mi inocencia frente a los 9 años de cárcel, y los 27 de inhabilitación que solicitaron las acusaciones. Por cierto, los tribunales condenaron en costas al ayuntamiento, pero tranquilos, por supuesto que no lo pagó el Alkalde.

Y ya, en el colmo de la desesperación, para buscar por donde apuñalarme, cuando Pilar Del Olmo hizo referencia a mí como el mejor alcalde de Valladolid, afirmó sin movérsele un pelo de la ropa, que Javier León era un “delincuente convicto” y ante el revuelo que se organizó en las tribunas, Oscar Puente afirmó que era verdad. Se referían a la condena por desobediencia en el tema de los áticos de Zorrilla, de una Sala que cuando se celebraba el juicio reconoció que la sentencia estaba cumplida, en una sala, por cierto, con más de 2000 sentencias pendientes de cumplir, y en una materia, el urbanismo, que en nuestro ayuntamiento estaba íntegramente delegada en la concejalía correspondiente.

Pero no quiero entrar en desacato y de esto no quiero decir nada más. No esperaba menos del alcalde, pero os aseguro que si en un pleno presidido por mí, alguien se hubiera referido en esos términos al anterior alcalde, denunciado por la asociación de Vecinos Antonio Machado por cobrar las dietas al tiempo que pagaba con la Visa fue condenado por el Tribunal Supremo a devolver unos cientos de miles de pesetas, yo no lo hubiera tolerado. Y mucho menos, lo hubiera ratificado. Y es que siempre hubo clases.

II.- La audiencia pública:  Por la tarde, en el salón de recepciones se celebró una pseudo audiencia pública, que no fue ni audiencia, porque las intervenciones en la misma quedaron a capricho del alcalde, ni pública, pues el acceso fue restringido a 80 personas previamente seleccionadas. Mis compañeros prefirieron bajar a la calle para acompañar a los más de 150 ciudadanos que quisieron entrar y no los dejaron. Comprenderán que con estos antecedentes no vale la pena perder un minuto.

III.- Conclusión: el soterramiento sigue siendo posible, aunque ciertamente hay que revisar el proyecto original de Rogers, (q.e.p.d.) y aprovechar los fondos europeos que en contra de las afirmaciones del alcalde sí que pueden utilizarse en este tipo de proyectos.

Y mientras tanto, el alcalde sigue prevaricando en materia de tráfico en nuestra ciudad.

Hasta la semana que viene.