Castilla y León

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Opinión

La factura de la luz

20 agosto, 2021 12:53

Si hay un tema de la máxima actualidad, al margen de la espantada occidental en Afganistán, es sin duda alguna el de la desaforada subida de la factura eléctrica en las últimas semanas. Y es que llevamos batiendo récords, más de una docena en las últimas semanas, y hoy sufrimos la quinta subida consecutiva en siete días… y lo que te rondaré morena… Menos mal que las tarifas eléctricas eran cuestión de principios para socialistas y podemitas, pero lo cierto y verdad es que hoy pagamos la energía eléctrica un 212% más cara que hace un año.

Ciertamente, el tema de la facturación eléctrica es complejo y ningún gobierno ha sido capaz de resolverlo satisfactoriamente, y para intentar despistar al usuario confeccionan una factura de difícil comprensión para el no iniciado en la materia.

Lo que no parece de recibo es que, quienes organizaban manifestaciones, amenazas, insultos y anunciaban compromisos electorales cuando gobernando Rajoy, subieron las tarifas un 4%, den ahora la callada por respuesta con las subidas escandalosas que estamos  padeciendo y que nuestra ministra de hacienda, la cantinflera farruquita eche la culpa a Aznar y a Rajoy, olvidando que con Aznar la tarifa subió un 1% en 2003 y 2004, y que Rato estableció por decreto que la subida no podría superar el IPC, y que entre uno y otro gobernó Zapatero, y que superSánchez lo lleva haciendo tres años y es precisamente ahora cuando la tarifa eléctrica ha adquirido tintes dramáticos. Y que fue Zapatero quien estableció unas primas para las renovables que superarían los 100.000 millones de euros en los próximos 15-20 años, y que obviamente hubo que rebajar estableciendo un rendimiento máximo del 7,5%. Y por cierto que la privatización de ENDESA la inició un gobierno socialista. Ciertamente el PP cometió un tremendo error con aquel impuesto al sol del ministro Soria.

Si uno, por muy profano que sea, lee con detenimiento su factura eléctrica, verá que del total de la factura el 65% son impuestos, tasas, peajes y otras zarandajas, (el IVA, el impuesto a la generación eléctrica, las subvenciones a las renovables, el coste de emisión del CO2, el pago por el cierre de las nucleares, el coste de suministro a los territorios insulares…), y que tan sólo un 35% es el coste de la producción y distribución de la energía consumida, que es lo que realmente deberíamos pagar. Pero es que la nueva tarificación horaria lo ha venido a complicar aún más, intentando modificar los horarios de consumo en hogares y negocios… pero de esto se ha escrito tanto y se han publicado tantos memes que no me voy a detener en ellos.

Y si la culpa no es de Aznar y Rajoy, es de Europa, y nuevamente farruquita miente culpando a Europa del régimen tarifario lo que es sólo parcialmente cierto. Como con las mascarillas, volvió a mentir asegurando que Europa no permitía bajar el IVA cuando más de media Europa lo tenía más bajo, para después rebajarlo aquí del 21 al 10%, si bien sólo para determinados hogares y con carácter temporal, o ignorando, como recomienda Europa, que los 2.300 millones que se recaudan como derechos de emisión se utilicen para rebajar la factura y no para engrosar las arcas de Hacienda. O que el ejercicio de solidaridad que hacemos con los españoles insulares no lo paguemos los consumidores peninsulares sino las arcas públicas.

Y es preciso señalar que la subida de la luz no sólo repercute en el recibo mensual de los hogares, sino que los comercios, los negocios de todo tipo y las industrias, especialmente las metalúrgicas y las automovilísticas, sufren la subida y estas lo repercuten en el precio final, con lo que contribuyen al incremento del IPC y a la pérdida de competitividad de nuestras empresas con sus homónimas del extranjero. Pero es que, además, el incremento del IPC se traduce en una subida de las pensiones, del sueldo de los funcionarios y de multitud de convenios colectivos ligados al IPC. Todo un éxito de la sagaz ministra.

Y por si todo esto fuera poco, estalla una guerra dentro del propio gobierno entre los dos sectores: el sector podemita exige fijar por decreto el tope del precio y propone crear una empresa pública para gestionar la electricidad en España. Por cierto, la empresa creada por Ada Colau en Barcelona en 1918 ha sido un absoluto fracaso con tan sólo 3651 abonados particulares cuando esperaba superar los 20.000 en tres años, y no es ni más barata ni más ecológica que las demás, y en Italia, con una empresa pública, las tarifas son más caras que en España.

Quizás esperan colocar otra manada de asesores al frente de estas empresas, ahora que la subvención electoral les ha caído en picado. Claro que, si vemos que quien defiende esta tesis es el Portavoz de IU cuya formación económica la adquirió al frente de un quiosco de prensa en León lo empezamos a entender. Afortunadamente el ministro de Consumo lleva sesenta y tres días sin decir esta boca es mía. ¡Afortunadamente!

Todo esto provoca el desconcierto en el bando socialista ante la insistencia en el tema de la vicepresidenta Yolanda Díaz, que pretende limitar por decreto los beneficios de las eléctricas, la también vicepresidenta Teresa Ribera inicialmente se opone, pero después se aviene a estudiar el tema y centra su atención en las confederaciones hidrográficas que recuperarían el control de los pantanos franquistas al terminar las concesiones, es decir no acepta las expropiaciones de las mismas, que en todo caso permitiría suministrar tan sólo el 2,5% de la energía consumida en 2.031.

También nos anuncia que ha enviado una carta riñendo a Iberdrola por vaciar sus pantanos en Zamora y Cáceres para facturar la energía al precio de la obtenida en las centrales de ciclo combinado., y descalifica a Echenique a quien acusa de demagogia, y hoy el secretario de Estado de Medio Ambiente, cuyo currículum profesional os invito a consultar en internet, nos anuncia la apertura de un expediente sancionador. Por su parte, Bolaños confirma que el Gobierno estudia la creación de una empresa pública, pero nada de expropiaciones, y la vicepresidenta Calviño que sigue siendo de lo poco sensato que hay en el Gobierno se opone a esta genialidad.

Mientras tanto, los sindicatos, la OCU, FACUA, y la legión de asociaciones, chiringuitos y medios de comunicación afines y subvencionados guardan un vergonzoso silencio, y SuperSanchez sigue de vacaciones en el palacio de la Moreta, seguro que con un buen aire acondicionado que pagamos entre todos, aunque se ponga un traje y unas alpargatas para aparentar que está trabajando.

Ciertamente el problema no tiene fácil solución, pero si al usuario se le factura tan sólo el coste de producción y trasporte, se alarga la vida útil de las centrales nucleares cuyo coste de producción es prácticamente nulo, por supuesto garantizando su seguridad, el IVA se rebaja para todos y para siempre, se suprime el impuesto a la electricidad y la compensación insular la asume hacienda y no los usuarios peninsulares, seguro que la bajada de la factura será importante.

¿Y cómo compensarán las arcas públicas estas caídas de ingresos? Pues muy fácil, adelgazando el Gobierno, los asesores, y en definitiva la industria política que denunciaba Gay de Liébana. Que soñar, no cuesta nada. Hasta la semana que viene.