“No sé si nos corresponde hablar cuando son hechos que no están juzgados”. Con esta frase intentaba zanjar Kiko Matamoros el debate abierto el pasado viernes por Carlota Corredera en Sálvame sobre el hecho de que la sociedad sea más indulgente con las sombras de los deportistas tras la muerte de Diego Armando Maradona. 

No conozco a esa chica ni la voy a juzgar como ella se permite juzgar a los demás

Y lo hacía después de que haya contribuido más que nadie -se sienta en Sálvame, Sábado Deluxe, Viva la vida, Cantora: la herencia envenenada- a machacar a Isabel Pantoja con todo tipo de comentarios durante las más de 90 horas que ha dedicado Telecinco a juzgar a la tonadillera durante los últimos 21 días. 

Pero, esperen que hay más. Ya el lunes, después de que el programa emitiera las imágenes de una jugadora que se negó a guardar un minuto de silencio “por un hombre maltratador reconocido”, Matamoros fue tan hipócrita para decir que “no conozco a esa chica ni la voy a juzgar como ella se permite juzgar a los demás”.

“Es que en este caso es manchar la imagen de una persona cuando jamás hubo una sentencia condenatoria en su contra”, decía por su parte el una vez condenado por dar una paliza a un hombre, Rafa Mora, obviando que Maradona sí fue condenado a 14 meses de prisión por posesión de drogas o a dos años de prisión por agredir a periodistas. 

Dos posturas, las de Matamoros y Mora, que ejemplifican a la perfección la nauseabunda hipocresía que existe en la sociedad y esa indulgencia que se tiene hacia determinadas figuras por ser hombres, mientras que en el caso de mujeres como Pantoja, que ya pagó con cárcel su delito, aún a día de hoy se la sigue acribillando por su vida personal.

Cuando hay estrellas, sobre todo hombres, estos delitos terminan con un ‘y además'

“Entiendo que no es cómodo ni agradable que se hablen de determinadas cosas cuando una persona acaba de fallecer, pero hay realidades que no se pueden obviar. Igual que se pone el foco en la leyenda y cómo devolvió la autoestima a los argentinos, también hay que hablar de que hay acusaciones de malos tratos a parejas, que hay un video de él agrediendola, que se habla de sexo con menores con causas pendientes… Cuando hay estrellas, sobre todo hombres, estos delitos que tiene que ver en muchos casos con violencia hacia las mujeres terminan con un ‘y además’. Solo el 10% de los argentinos se cuestionan su figura. Sólo lo hacen los periodistas espectáculo”, defendía Carlota Corredera. 

Sin embargo, la realidad es bien distinta. Y es que mientras en el programa que presenta, ese que Jorge Javier Vázquez definió una vez como de “rojos y maricones” se ha dicho de todo de Isabel Pantoja, incluso debatiendo sobre su orientación sexual o la de su hermano Agustín, en el caso de Maradona se ha pasado de puntillas por sus condenas por violencia o de las acusaciones de sexo con menores.

¿Que han hablado de la polémica que rodea a su muerte, del tema de su herencia o de sus malos hábitos? Por supuesto. Es Sálvame. Pero, ¿no resulta curioso que se omitan tan descaradamente esas acusaciones de maltrato cuando hace justo un mes se estaba escarbando en el pasado de Cristina Ortiz La Veneno precisamente por un asunto igual?

¿Moralmente o judicialmente?

“Hay un peligro: ahí tenemos el ejemplo de Woody Allen, que ha sido absuelto y, sin embargo tiene el rechazo de todo el mundo por una etiqueta que se le colgó”, decía en otro momento Matamoros, que argumentó que el vídeo en el que se ve a Maradona pegando a una mujer no le parece porque sabe “lo que pasó esa noche”. El mismo Matamoros que, no olvidemos, fue denunciado por Makoke por agarrarla "de los pelos tirándola al suelo para golpearla repetidas veces".

Si existe ese peligro, ¿por qué se le está colgando entonces de forma diaria tantas etiquetas negativas (mala madre, mala abuela, presunta corrupta, enferma del dinero…) a una artista de la talla de Pantoja cuando ya ha pagado por sus delitos y cuando incluso María Patiño ha reconocido que judicialmente Isabel Pantoja no está obligada a entregar los bienes de Paquirri a Francisco y Cayetano Rivera?

“Moralmente no ha cumplido con la voluntad de Paco”, decía hace unos días la gallega. Pero, entonces, ¿en qué quedamos? ¿no decía Matamoros que “no nos corresponde hablar cuando son hechos que no están juzgados”? ¿no es manchar su imagen? 

Hace unos días, desde estas mismas páginas, realizabamos un paralelismo entre el acoso que sufrió Lady Di y el que está sufriendo Pantoja. “¿Estamos dispuestos a repetir la misma tragedia? Ojalá esta avalancha mediática no supere a la cantante y nos podamos encontrar ante una situación irreversible. Porque de ser así, no tendríamos ni un derecho a echarnos las manos a la cabeza. ¿Se tendría entonces esa indulgencia?