'Pasaporte a la isla': el reality como medio de vida

'Pasaporte a la isla': el reality como medio de vida

Televisión

'Pasaporte a la isla': el reality como medio de vida

22 septiembre, 2020 12:02

Telecinco ha creado la fórmula perfecta para su programación: un reality para participar en otro reality. Este domingo, la cadena estrena Pasaporte a la isla, un programa en el que integrantes de sus otros espacios participarán para obtener un billete a la isla de Supervivientes. Se llama metatelevisión. 

La televisión dentro de la televisión. Los participantes de un programa de Mediaset, Mujeres y hombres y viceversa, ¿Quién quiere casarse con mi hijo? o nombres que han pasado por Sálvame se enfrentarán para ser el mejor producto de Telecinco. No hay más, ni menos. Participar en un reality de televisión es suficiente para muchos.

¿Qué tiene de atractivo participar en un reality sin premio final en metálico? Salir en televisión se ha convertido para muchos en una plataforma para que las discotecas y las salas se den codazos para tener a los mejores nombres, los más morbosos. Si los participantes del programa ya cobrarán semanalmente una cantidad ceder sus derechos de imagen, a su salida se pueden hacer de oro durante meses si saben hacer un buen concurso.

Un ganador de Gran hermano puede cobrar hasta 1.300 euros por bolo. A razón de dos discotecas cada sábado, que suele ser la media de un concursante con cierto don de atracción, y a cuatro fines de semana por mes, un participante se podría embolsar hasta 10.000 euros al mes en sus primeros meses. Y aquí estamos hablando de concursantes anónimos. Los participantes de Pasaporte a la isla, ya famosos algunos, tienen un plus.

Este es el verdadero atractivo del programa de televisión para los que han decidido participar. El ganador podría enlazar más de dos años viviendo de las rentas generadas por el mundo del reality, dentro de la televisión y fuera.

Telecinco, por su parte, no gastará mucho en este programa que sólo pretende dar contenido para el resto de espacios de la cadena como Sálvame o El programa de verano, que necesitan de este tipo de programas que les concedan vídeos diarios con gran interés para su audiencia. Los concursantes elegidos son low cost.

Y es que, entre los elegidos, no hay ninguna Chabelita, un Kiko Rivera o una Belén Esteban. Estos son los nombres que encarecen la producción. Es una estrategia que Telecinco ya usó en Campamento de verano hace dos años y que le otorgó una audiencia que no era tan estratosférica como GH VIP o Supervivientes pero suficiente como para vivir en los meses de verano sin tanto consumo televisivo.