Cuando anoche rastreaba Twitter en busca de opiniones sobre La Casa Fuerte, el nuevo reality de Telecinco para cubrir el hueco que ha dejado en su parrilla Supervivientes y la ausencia de la Eurocopa 2020, me topé con un comentario de alguien que es público objetivo de este tipo de programas que preguntaba a la comunidad de realities si alguien le podía resumir que había pasado ya que no le había dado tiempo a llegar al comienzo. “Nada”, se pasó por mi cabeza contestarle. 

Por no haber, no hubo esas típicas judiadas a las concursantes en su entrada en la casa

Hacía tiempo que no veía una primera gala de un reality con tan poca tensión e interés, y en la que lo más interesante fue -”in my opinion, your honor”- ver lo madura, elegante y joven que luce Yola Berrocal, así como su conflicto con Leticia Sabater por haberle arruinado una actuación en directo quitándole el pendrive con la música. “Pero, si era playback”, contestó pizpireta la otrora miembro de Sex Bomb. Digamos, un humor más blanco.

Poco más. Y es que, por no haber no hubo esa mala leche tan propia de este tipo de programas en el que se hacen todo tipo de judiadas a las concursantes en su entrada en la casa, o esa provocación de momentos telenovelescos de conflicto como aquella primera toma de contacto entre Belén Esteban y Olvido Hormigos. 

Nada. Los asaltantes entraron uno a uno subidos en un bicitaxi y a los residentes los vimos ya preparados para disputar la primera prueba. No hubo tiempo de ver a Oriana Marzoli gateando o ensuciarse para entrar en la casa, a Maite Galdeano hacer alguna de las suyas, o a Yola Berrocal marcándose un Sabrina. 

Menos mal que el dueño del cortijo, Jorge Javier Vázquez, sobresaliente como siempre, supo meter el dedo en la llaga para provocar alguna pelea entre la venezolana y su ¿novio? Iván González con una historia tan falsa como la carrera de José Antonio Avilés, o entre la ‘abandona-realities’ y Leticia Sabater.

Y así, a falta de una trama o un concepto, el programa optó por dejar todo el peso de la primera gala en la venezolana, una niñata pija con pocas neuronas que ha demostrado lo fácil que resulta sacarla de sus casillas. "Cuidado que Oriana se está cabreando, que yo la conozco", comentaba el presentador.

Marquesa de Casa Fuerte

De hecho pocos dudaban de que el presentador no iba a dudar en sacarle a colación el hecho de que la joven había acudido a la manifestación convocada por VOX hace ahora un par de semanas. "¿Oriana por qué te comes las i latinas de los verbos? En vez de decir 'voy' dices 'vo'", le ha preguntaba Jorge Javier. "Es verdad, un amigo me ha dicho que hablo así últimamente", reconocía. "¿Pero sabes por qué te pasa eso? Porque vas a las manifestaciones esas a las que van a manifestarse con coches", le espetó el catalán.

"Le rompieron una ventanilla", comentaba Labrador, quién también apoyó aquella manifestación, algo que el presentador obvió quizá por desconocimiento o porque sabía que de Gandía Shore no le iba a dar juego. "¡Ay, bueno! No vamos a hablar del tema por favor. Cada uno con sus ideales, no pasa nada", ha zanjado ella. "Oriana, yo a esas manifestaciones no 'Vo'", le vacilaba Jorge. 

Sin embargo, en un intento por mostrar el poco intelecto de la joven, el presentador volvió a las andadas forzando una broma con tintes políticos que casi ninguno de los concursantes -y por lo que vi en redes, tampoco muchos espectadores- pillaron. 

“Estoy cayendo ahora que Cayetana Álvarez de Toledo es Marquesa de la Casa Fuerte”, les dijo sin venir a cuento ante la incredulidad de todos. “¿Quién narices es Cayetana?”, preguntó la venelozana. “¡Hombre! La del Partido Popular”, le explicó Leticia Sabater demostrando una vez más que, al contrario de lo que muchos piensan, es la más lista de todos.

La Casa Fuerte se estrenó anoche con un 22,3% y 2.124.000 espectadores, un dato positivo en la línea de lo obtenido por el estreno de La Última Cena (15,6% y 2.040.000 espectadores), dejando en evidencia cuál es el público nicho de Telecinco, pero que queda lejos de lo cosechado por Supervivientes. Muy a tener en cuenta la perdida que sufrió el reality de su parte Express, en la que anotó un 17,2% y 2.858.000 espectadores, a la gala. Por el camino se dejó 734.000 espectadores.