María José y Mari Carmen, de ¿Quién quiere casarse con mi hijo? a Pasaporte a la isla

María José y Mari Carmen, de ¿Quién quiere casarse con mi hijo? a Pasaporte a la isla

Televisión

Telecinco "quema" una vez más la maquinaria con sus realities VIP

23 enero, 2020 01:45

Telecinco lleva todo 2015 empalmando un reality VIP con otro. La fórmula funcionó muy bien con el regreso de Gran Hermano VIP en el primer trimestre y Supervivientes supo heredar esos espectadores sedientos de convivencia de celebrities.

Ahora, vistos los resultados de ambos formatos Mediaset ha querido seguir por esa línea programando en verano otro reality protagonizado por famosos: Pasaporte a la isla. Sin embargo, a veces forzar la máquina tiene sus consecuencias, y los resultados del estreno de este programa no han sido tan fuertes como los de sus predecesores.

El pasado domingo, Pasaporte a la isla promedió un 14,7% de cuota de pantalla con poco más de 1,5 millones de espectadores, unas cifras poco prometedoras para un reality en la cadena madre de estos formatos en España.

¿Volverá a estar a la altura 'GH' este otoño tras tantos formatos con famosos?

Sin duda, las características "low cost" de Pasaporte a la isla han influenciado que no haya tanto interés como con Supervivientes o Gran Hermano VIP, pero también la estrategia de programación. Si llevar el reality en la isla pegado al de Guadalix se mostró como un acierto, no dejar descansar ahora el concepto "VIP" sí se ha visto como un error en el siguiente intento.

Y es que además no es la primera vez que Mediaset tropieza con la misma piedra. La estrategia cortoplacista que habitualmente mantiene suele funcionar, pero cuando la máquina se fuerza más de la cuenta se notan las dificultades.

Un ejemplo se vio con los "tróspidos" de Cuatro. En la temporada 2013-14 la cadena empalmó las emisiones de la tercera edición de ¿Quién quiere casarse con mi hijo? con su spin off, ¿Quién quiere casarse con mi madre? y con Un príncipe para Laura muy poco tiempo después.

El primero de ellos fue un éxito rotundo de audiencia. El segundo notó la flaqueza de un formato que no era el original y un leve cansancio de tantas semanas "tróspidas". El tercero perdió casi por completo el interés de muchos seguidores, que dejaron los datos de la segunda edición de Un príncipe para... muy alejados de los de la primera con Corina Randazzo.

Los éxitos hay que saber tratarlos antes de que lleguen las consecuencias por sobreexplotación, y esa es una tarea aún pendiente en Mediaset. Tiene muchos y muy sonados formatos con gran acogida, pero debe aprender a programarlos en su justa medida y alargar su visión a largo plazo. Así se hizo finalmente con ¿Quién quiere..., que esperó para volver y regresó con una de sus ediciones más exitosas.

No hacerlo así no solo puede dañar a los "realities VIP" de Telecinco. En otoño, Gran Hermano se enfrentará a una dura prueba después de llevar todo el año acostumbrando a la audiencia a la convivencia de celebrities. ¿Volverá a estar a la altura un formato con anónimos?