Un año después de Eurovisión, por Ruth Lorenzo

Un año después de Eurovisión, por Ruth Lorenzo

Televisión

Un año después de Eurovisión, por Ruth Lorenzo

24 julio, 2019 01:11

Siempre fui una cantante de directos. Tras unos cinco o seis ensayos en el estadio vacío, llegaba el momento en el que me presentaba ante más de 10.000 personas en directo, y sabiendo que, a través de esas cámaras, me verían más de 190 millones. Voy caminando por uno de los pasillos traseros de las entrañas del B&W Hallerne de Copenhaguen. Ha llegado el momento.

Pienso en esa niña de 5 años que cantaba delante del espejo, de esa que imitaba a Montserrat Caballé. Me acuerdo de esa inmigrante española, nueva en un instituto americano y que fue seleccionada para participar en el coro del colegio. De esa adolescente que monta su propio grupo de rock y se va de gira por España. Y, por supuesto, de esa mujer que factura sus sueños en dos maletas naranjas y se va al Reino Unido a buscarse la vida. Todos tenemos nuestra historia, y estaba a punto de escribir uno de los capítulos más hermosos de ella: representar a mi país en el Festival de Eurovisión. Era mi carta de presentación, pues muy poca gente conocía el nombre de Ruth Lorenzo.

Mi estilista me quita el albornoz y me coloca el pelo. Últimos retoques de maquillaje. El corazón me late con fuerza. No de nervios, sino de ganas. Me coloco los pinganillos. Me entregan el micrófono. Abrazo rápido con mis coristas. Beso de buena suerte de mi manager. Cierro los ojos. Una última oración. Me toca salir al escenario. Tres, dos, uno...

Un año después recuerdo ese momento y se me mojan los ojos de ilusión, de orgullo. Tanta gente me intentó convencer de que no me presentara a una preselección para representar a España en Eurovisión. Pero si algo me caracteriza es que siempre hago caso a mi corazón, y ese fin de semana de enero cuando tenía que tomar la decisión me dijo que sí, que me lanzara al vacío. Un año después, he recorrido el país de gira y promoción de mi primer disco y he sido jurado en un programa de televisión. Ahora estoy escribiendo para mi segundo disco y preparando mi gira. No hubiese sido posible sin Eurovisión.

Siempre defenderé Eurovisión. No es fácil, que nadie lo piense. Son meses de trabajo incansable, de sudor, de nervios. Pero todo ese merece la pena por esos tres minutos. Esos tres minutos son tu prueba y tu examen, pero sólo saldrá bien si los disfrutas.

Este año estoy disfrutando de Eurovisión desde otra perspectiva, la de jurado. He valorado las canciones, sus puestas en escena y los artistas. Hay una calidad increíble (de hecho, hacer mi Top 10 ha sido una tarea casi imposible). La actuación de Bélgica es una de mis favoritas. Si me dicen que es una actuación de Lorde en los Premios Grammy, me lo creo. La propuesta sueca parece un videoclip. Si fuese Sia la que estuviese cantando enfundada en el vestido rojo de Aminata (Letonia), no me sorprendería. Esa es mi sensación de este año, que no estoy viendo Eurovisión, sino que estoy ante actuaciones de artistas de primer nivel, consagrados en el panorama musical internacional.

No sé quién ganará ni quién quedará último. Pero lo que tienen que hacer todas las delegaciones es disfrutar de esos tres minutos.