De pequeños cameos en series como Cuéntame cómo pasó, Hospital Central, El Príncipe o Bienvenidos al Lolita, a un papel protagónico en El secreto de Puente Viejo… y de ahí a triunfar de forma internacional La Casa de Papel. Álvaro Morte, la estrella televisiva del momento, ejemplifica a la perfección la evolución que ha sufrido la ficción española y el valor con el que cuenta actualmente en el mundo.

La fama me la tomo con mucho humor, con sensatez

“Hace unos años hablaba con mi chica justo antes de La casa de papel y me decía: ‘Tú ya no vas a dar pelotazos. Harás secundarios estupendos y disfrutaremos de esto y del teatro. Esto de los pelotazos de convertirte en un tipo conocido a nivel español, ya se te pasó. ¡Y fíjate lo que ha sido esto!”, cuenta el gaditano a BLUPER durante la promoción de El Embarcadero, su nueva serie con los creadores de La casa de papel.

Allí interpreta a Óscar, un hombre que ha estado compartiendo su vida durante ocho años con dos mujeres. “Fue complicado encontrar el personaje. El reto estaba en poder empatizar con un tipo infiel que lleva aparejado una condena social. Era muy difícil y para mí era difícil entender cómo se podía estar enamorado de dos personas a la vez y no estar loco”, explica.

“Las quiere al mismo nivel, pero de formas completamente distintas. Y ahí fue cuando lo pude entender. Cuando Óscar se enamora de Verónica, no sólo se enamora de ella: se enamora de una vida distinta, de un ambiente distinto. Abre una puerta a un universo distinto. Y eso es de lo que Óscar no puede escapar e intenta evitarlo queriendo escapar”, añade.

¿Te tuviste que quitar las prejuicios? “Para hacerlo, desde luego. Pero, no por asumirlo. Si tienes que interpretar a Hitler, tienes que entender por qué tomó esas decisiones, más allá de que compartas o no lo que hizo. En el caso de Óscar fue así. Necesitaba dejar a Álvaro Morte detrás y entender a este tipo desde cero”.

Ofertas de trabajo

De los actores más amables y educados que se puede encontrar en la profesión, a pesar de su éxito internacional, Morte sigue con los pies en el suelo. “Efectivamente hay que disfrutar del camino, seguir trabajando con honestidad. Esta fama igual que viene se va. Soy consciente de que en muchos casos es efímero".

No es gratuito que Netflix se haya venido a España a poner una sede

“Yo me quedo con que estoy teniendo muchas ofertas de trabajo. Me encantaría seguir trabajando haciendo personajes que nos den cosas, arriesgados, que supongan un salto al vacío, que te hagan crecer, que te saquen de tu zona de confort. La fama, como te digo, me lo toma con mucho humor, con sensatez y con los pies en el suelo y de no creerme absolutamente nada”, comenta el actor, quien confiesa que aceptó este papel sin saber si sería protagonista o secundario.

Y es que él mejor que nadie sabe de dónde viene, las dificultades que se han vivido en la profesión en los últimos años con más de un 80% de paro entre los actores. “Las plataformas son un respiro, pero sigue habiendo un paro brutal. Seguimos en crisis a muchos niveles. No te cuento cómo está el teatro. Seguimos sin las ayudas que nos quitaron en su momento. Los teatros se ven obligados a programar funciones con las que piensan que el público va a ir al teatro. Muchas de ellas son comerciales o que se preocupan más de lo comercial que de hacer llegar al público un teatro más crítico o que te mueva más en la butaca. Está muy bien lo otro, pero que haya de todo. Sin esas ayudas, con la subida demoledora del IVA, nos vimos muy afectados. La profesión sigue estando mal. Ojalá mucho más trabajo para todos y todas”.

¿Y cómo ha vivido esta evolución de la ficción española? ¿De ser vilipendiada a ser respetada internacionalmente en cuestión de apenas cinco años? “La he vivido en primerísima persona. No sólo con La casa de papel hemos conseguido poner la ficción española en el punto de mira de la producción audiovisual mundial. No es gratuito que Netflix se haya venido a España a poner una sede. Por fin empezamos a hacer las cosas de otra manera sin complejos. Tenemos muy buen material en España para trabajar: actores, técnicos…”.