Enrique Urbizu.

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Televisión

Enrique Urbizu: "'Alatriste' fue muy frustrante. La tengo más o menos cicatrizada"

El director ha regresado a la televisión por la puerta grande con 'Gigantes'.

11 noviembre, 2018 10:06

Tres años después del fracaso de la "frustrante" Las aventuras del Capitán Alatriste en Telecinco, Enrique Urbizu ha regresado a la televisión por la puerta grande con Gigantes, la última gran apuesta de Movistar en la que ha trabajado con la libertad que no le dieron en la ficción de Mediaset España.

Gran defensor de acercar el cine a las escuelas, el director charla con BLUPER sobre el estado actual de la industria -"en el cine se volverá a la sala como acontecimiento social"- , la llegada de las plataformas de streaming -"permiten ciertas particularidades en sus series o características inaúditas", o los peligros del consumo rápido -"tenemos a los chavales analfabetos".

Entre La vida mancha y No habrá paz para los malvados pasaron ocho años. Y desde entonces hasta ahora han pasado siete. ¿Pasa tanto tiempo entre proyecto y proyecto porque lo decides tú o es la industria? 

En esos años ha habido varios guiones que no se han podido rodar. En 2014 íbamos a haber hecho Hijos de puta, hemos tenido también otro guión, escribimos también una serie auto conclusiva de seis capítulos sobre la trata de blancas. Se trata de seguir trabajando y ser consciente de que algunos proyectos salen y otros no. Y que los tiempos están difíciles para productos que sean poco cómodos o que no se adapten a las formas de éxito. Y de repente se te coloca Gigantes como posibilidad, como encargo. Y te metes hasta el cuello y llevo tres años sumergido. Igual si hubiéramos hecho unas, no hubiéramos hecho otras. Tu filmografía es la que haces y la que no haces. 

Tu filmografía es la que haces y la que no haces. 

Paesa, por ejemplo, forma parte de esa filmografía que no has hecho…  

Sí, forma parte de ese plazo de años. Un trabajo intenso solitario, pero muy bonito. Y otro proyecto que acabó en un cajón hasta que años después lo desempolvaron con Alberto (Rodríguez).  

¿Qué hay de uno mismo en Gigantes?

Todo. Voy a hacer 55 años y cada película tiene que ser de alguna manera diferente y superior a lo que has hecho antes. Gigantes era un problema gigantesco en su inicio, un formato nuevo, el serial. Ha sido un viaje doble, una doble travesía. Y ha sido altamente satisfactoria.

¿Por qué has dirigido sólo los tres primeros capítulos?

La cadena quería así la producción por capítulo. Obligaba a tener un director alternativo. Querían ver el resultado sobre la marcha. De tal manera que, cuando Jorge Dorado empezó a rodar los tres últimos, yo ya tenía prácticamente acabados los míos. La segunda parte se ha visto que quizá sea más conveniente mantener una unidad.  

Has dicho que en Gigantes la masculinidad se resquebraja y la feminidad va saliendo...

Eso fue desarrollo de guión y va surgiendo. Te das cuentas que frente a estos tres anormales se va formando delante un muro heterogéneo y que están los personajes femeninos muy cruzados. Ha sido involuntario, pero de pura lógica argumental. No fue premeditado.

Pero es muy actual...

Sí. Y en la segunda parte el protagonismo se lo lleva Carmen prácticamente.

¿Es tabú hablar de corrupción en ficción?

¡Qué va! Depende también de lo que digas y si utilizas la corrupción como una herramienta para dramatizar otro tipo de drama o si el objetivo es una narración en torno al funcionamiento del sistema. Puede ser telón de fondo, excusa para el espectáculo o pieza esencial de la película.

Pero parece que no ha llegado una gran serie que hable claramente de la corrupción en el país...

Crematorio fue eso. Es cuestión de ir avanzando poco a poco. Si esta fórmula de Movistar permite ciertas particularidades en sus series o características inauditas de más riesgo, seguiremos avanzando y pudiendo hacer dramas contemporáneos ambientados en el mundo de la empresa, del periodismo, sobre la distribución del poder. En Gigantes se deja entrever en el capítulo tres.

En el cine se volverá a la sala como acontecimiento social

En 2011 decías que el cine sobreviviría porque rodarías con piedras sin hace falta. Ahora han llegado las plataformas, lo que ha incrementado la producción. ¿Hacia dónde va el cine?

En televisión va hacia el suministro a la carta, al diseño por parte del consumidor de su programa. Y en el cine se volverá a la sala como acontecimiento social. Hay ciclos y habrá una recuperación del espectáculo sobredimensionado, lo social. No es lo mismo ver una comedia rodeado de gente que solo en casa. Y luego el respeto por la pantalla, por la imagen. Ahora todo el mundo tiene televisión en casa. Se empieza a recuperar un cierto concepto de calidad. Distinguimos lo que está bien hecho. Hay sitio para el buen relato, el texto bien escrito, el respeto por el lenguaje.

Y en el audiovisual, al igual que ocurre con la comida y el fast food, hemos caído el consumo rápido...

La devastacion es terrible. Mira la cultura gastronómica. Gran parte de la cultura popular doméstica de la cocina se ha perdido.

Por eso siempre has defendido que lo que hay que hacer es educar en el audiovisual…

Un audiovisual, una película, un capítulo de una serie, es un texto. Un texto se lee. Y tenemos a los chavales analfabetos. No saben lo que es un encuadre, la sintaxis... No tienen el control y absoluto de las imágenes que consumen. Y no son conscientes y nadie les explica ese constructo, ni de dónde viene.

Así tienes a los estudiantes franceses que llevan con el cine incorporado en la docencia desde hace décadas y son espectadores conscientes de dónde son y dónde vienen sus cineastas, de la importancia que tienen. Tienen más herramientas para la defensa frente a ese bombardeo que desde pequeños se les da un tableta. Alguien se está volviendo muy loco. Y eso no puede ser así. Uno está gobernado por las imágenes y las imágenes construyen sentido.

Tenemos a los chavales analfabetos: no saben lo que es un encuadre, la sintaxis...

Nuestra primera obligación es con el lenguaje y ser arriesgado, tratar de hacer espectadores activos y no pasivos. Cosas que huyen de cierta homogeneización de las formas, el plano medio, la duración breve, la duración de los montajes, la ausencia de plano general o de silencio... Una serie de cosas que no sé quien ha dicho que tienen que ser así y no tienen por qué ser así.

Durante la promoción de Gigantes se malinterpretó unas palabras tuyas en las que decías que había que dignificar el lenguaje televisivo…

Eso he oído. Yo no tengo redes. No entiendo por qué se dan por aludidos. No hablo de ellos. Solo hablo de lo que intento hacer. No tengo ningún ánimo polemista.

De hecho hablaste de tu amor por series como The Wire...

No creo que tenga que demostrar nada ni excusarme delante de nadie. Son libres de pensar lo que quieran. Espero que yo también.

¿Eres consumidor habitual de series? 

Estos tres años muy poco porque he estado absorbido y cuando estás trabajando no te cabe gran cosa, ni debe entrar gran cosa. Debes estar en tu cocina. No soy un gran consumidor. Sigo viendo mucho cine antiguo, poniéndome al día. He visto algunas series. Las veo de un tirón como si fuera una novela larga. Lo último ha sido Hannibal, que me ha parecido maravillosa y la he visto dos veces. Y luego están Sherlock y Peaky Blinders y tengo pendiente Twin Peaks.  

Lo que se puso en televisión de Alatriste no tenía que ver 100% con lo que yo había intentado hacer

Tu última experiencia en televisión fue con Alatriste. ¿Cómo la valoras?

Prefiero no valorarla. La tengo más o menos cicatrizada. Alatriste fue muy frustrante y un fracaso en toda regla. Y luego, lo que se puso en televisión, no tenía que ver 100% con lo que yo había intentado hacer. Tampoco se podía hacer gran cosa. No merece la pena hablar de Alatriste. De todo se aprende y tuve un reparto estupendo... Es una experiencia a olvidar.

¿Te vamos a seguir viendo en televisión? 

Ahora me encierro a montar la segunda parte de Gigantes y luego vamos a ver si hacemos un largo. Es distinto, es otro volumen, otra edición. Esto de los 50 minutos está muy bien porque llegas como un tiro al clímax, no hay preclimax. Es otra navegación distinta. 

También te permite desarrollar otro tipo de historias...

Sí y una concentración sintética del tema.  

¿Cómo recomiendas ver Gigantes? ¿Del tirón?

Sí, que se vean los seis capítulos del tirón y esperar a los otros seis. También está muy llena de detalles por lo que tampoco hay que desechar un segundo vistazo.