Operación triunfo está en boca de todos. Es lo que estaban buscando en el programa desde hace varias semanas, pues parecía que el programa estaba perdiendo fuerza mediática. OT 2018 abre portadas de medios de comunicación y hasta la política se ha puesto a hablar sobre lo que pasa en el programa. Sin embargo, ¿es el golpe mediático que se estaba buscando?

Que se usara o no el término ‘mariconez’ en una de sus canciones abría el camino de la polémica. El país se ha dividido en dos, entre los que piensan que es una tontería ver homofobia en esta canción de Mecano y los que aseguran que este debate ha desenmascarado a muchos ‘cavernícolas’ de las redes sociales. En ocasiones parecía más una confrontación entre jóvenes y adultos, pero en cada bando se ha encontrado de todo.

Después llegaría el turno de la Falange. El partido político criticaba la actitud de Noemí Galera cuando uno de los alumnos se cagaba en ellos y TVE tenía que pedir perdón a través de un escrito asegurando que se tomarían medidas al respecto.

El talent show de TVE se ha convertido en un globo relleno de polémicas y no de notas musicales

Lo cierto es que Operación triunfo tendrá todos los ojos puestos encima este miércoles por la noche. Sin embargo, no de la manera que ellos quisieran. En estos momentos, cuando uno habla de OT 2018 no habla de música. El talent show de TVE se ha convertido en un globo relleno de polémicas y no de notas musicales. Apenas se habla del talento musical, que se ha dejado a un lado para comentar romances, debates lingüísticos y políticos.

Teniendo en cuenta que el programa ha perdido mucha fuerza en sus galas debido a que los concursantes no logran emocionar a los espectadores, lo que menos necesitaba el formato es este tipo de polémicas. Y es que esta confrontación es de mecha corta. Puede suponer, y se espera que suponga, una subida en las audiencias de este miércoles. Sin embargo, no rema a favor del futuro de los concursantes.

Que Pablo Echenique o Jorge Javier Vázquez se pongan a debatir sobre OT 2018 es una publicidad que no está pagada. Que Ciudadanos y Podemos se pongan a debatir sobre lo que tiene que pasar o no en un programa de televisión le concede a este espacio un estatus nunca visto. Pero no es la categoría que este programa anda buscando. 

A estas alturas, el año pasado se hablaba de aquel City of Stars, de la fuerza de Amaia sobre el escenario, de los cantantes que apoyaban el programa de televisión, de algún que otro romance y de ratos a solas con la guitarra de los concursantes. Se hablaba mucho de música y se valoraba lo que transmitían estos concursantes. Todo giraba en torno a ellos. Ahora, los de OT 2018 están en una burbuja mientras el el exterior se arremolina alrededor de ellos.