‘Volverte a ver’ también se “salvamiza”

‘Volverte a ver’ también se “salvamiza”

Televisión

‘Volverte a ver’ también se “salvamiza”

Kiko Matamoros o Sofía Suescun han protagonizado sorpresas en el programa

29 julio, 2018 08:58

¿Puede un programa de Telecinco no girar alrededor del mundo del corazón? Parece difícil, y prueba de ello es cómo en las últimas semanas Volverte a ver ha acabado empapándose del universo de Sálvame, de las historias personajes de sus colaboradores e invitados, y cómo Carlos Sobera les ayuda a encontrar una solución.

Este viernes la protagonista absoluta de la entrega fue Sofía Suescun. La ganadora de Gran Hermano y de Supervivientes acudió al programa para ofrecer unas palabras de agradecimiento a su hermano Christian, quien la ha defendido durante su estancia en Honduras. Y es que pese a ser hermanos de padre y madre han vivido toda su vida separados por orden de una sentencia judicial, él junto a su padre y ella con su madre, algo que se ha tratado en más de una y de dos veces en Sálvame en sus versiones diarias y Deluxe.

El vivir en hogares separados les hizo perder ese lazo fraternal que precisamente la televisión y los realities les ha ayudado a tejer de nuevo. “Te he traído aquí para decirte que te quiero, que estoy encantada de haber recuperado la relación contigo y que nunca nadie nos volverá a separar” dijo Sofía a Christian.

Pese a que el joven más allá de su faceta de defensor de Sofía se ha mantenido discreto en la tensa vida familiar, explicó ante Carlos Sobera que echa “en falta a mi madre, me habría gustado vivir con ella y con mi hermana, ella me aportaba valores muy buenos”.

Fueron moderados, eso sí, con la tormentosa relación de Sofía y su madre Mayte Galdeano con el padre de la primera. De hecho, Sofía afirmó en Volverte a ver que su hermano “es tan bueno que es incapaz de hablar mal de mi padre pese a todo lo que nos ha hecho”, otro asunto que ha dado muchas horas de guion a Sálvame.

La reconciliación de Kiko y Laura Matamoros

No ha sido el único momento que personajes habituales del universo Sálvame y sus historias familiares difíciles toman el sillón de Carlos Sobera. La pasada semana ya estuvo allí Laura Matamoros para limar asperezas con su padre, Kiko.

“Pese a las carencia que he podido tener contigo yo como padre quiero que Matías, tu nieto, no las tenga como nieto que es. Quiero que le permitas tu tiempo todo lo posible. Que lo lleves a ver los partidos del Madrid, al cine… que pases todo el tiempo con él que no hemos pasado juntos tú y yo”, pedía Laura a un emocionado Kiko, que entonó el mea culpa por los errores cometidos en el pasado.

Un asunto que bien podría haberse tratado un sábado en el Deluxe, pero que en cierto modo permitió alargar los tentáculos de Sálvame al prime time del viernes.

‘Viva la vida’ y hasta ‘Mi casa es la tuya’

Viva la vida nació hace algo más de un año como un magazine fresco para la tarde del sábado de Telecinco, que pronto se expandió hasta el domingo y se convirtió en una especie de comodín, un programa contenedor. Allí lo mismo siguen en directo la boda de una celebrity que se analiza la crónica negra, o se comentan realities.

Aunque la idea inicial no era que estuviese marcada por el corazón, al final y de manera paulatina, rostros ligados a Sálvame como Rosa Benito, Raquel Bollo o Makoke han pasado por el programa para hablar con Toñi Moreno de su faceta más íntima y personal y de sus relaciones familiares. Y es que para este tipo de perfil catódico, Viva la vida se ha convertido en una forma de volver a Telecinco sin pasar por Sálvame, aunque para contar lo mismo.

El único espacio que ha permanecido blindado a Sálvame es Mi casa es la tuya, programa en el que Bertín Osborne entrevista a famosos variopintos, a veces de la propia cadena “pero no porque sean de esta cadena, sino porque nos parecen interesantes”, tal como dijo en 2017, cuando le preguntaron que por qué no ha sentado en el programa a Belén Esteban.

Sin embargo, sí que acabó cediendo al panorama rosa cuando entrevistó a Tamara Falcó, que aunque ha comenzado una carrera como diseñadora, no es famosa por su profesión, sino por su vida personal. Algo que, en cierto modo, permite abrir las puertas a otras personas que hayan alcanzado la popularidad por sus lazons familiares o su vida amorosa y no por ser artistas, deportistas o destacados políticos.