En su último programa de la temporada, Samanta Villar se ha enfrentado con la mentira cara a cara. Y, para concer más cerca un ámbito en el que se miente mucho: el del porno y, en general -y por desgracia-, el de la cama, la reportera ha quedado con una vieja amiga: María Lapiedra.

Ahora que está en el candelero y, como buena amiga, le ha enseñado a fingir un orgasmo porque, según ella misma ha dicho, ha "fingido mucho con sus exnovios".

Como Samanta vive en sus carnes todos sus reportajes, y éste iba sobre la mentira, además de fingir un orgasmo con María, la reportera se ha sometido a la prueba del polígrafo, con la intención de engañarlo y mentir. Samanta contestó a todo que no y las preguntas eran tan comprometidas como si ha tenido alguna aventura con algún famoso o si se ha arrepentido de ser madre.