'Supervivientes': Kiko intenta limpiar su imagen tras el rapapolvo de su madre

'Supervivientes': Kiko intenta limpiar su imagen tras el rapapolvo de su madre

Televisión

'Supervivientes': Kiko intenta limpiar su imagen tras el rapapolvo de su madre

El novio de Gloria Camila había sido criticado hasta por Jorge Javier Vázquez por su trato a Gloria Camila.

29 mayo, 2017 09:48

José Luis no gana para disgustos. A ojos de algunos de sus compañeros, el manchego no es más que un incordio con tendencia a repetir las cosas una y otra vez. Le acusan de dar órdenes sin venir a cuento y no se muestran muy agradecidos cuando el concursante más cuestionado se presenta en la isla con varios peces para comer. Prefieren criticarle antes de reconocer que es el participante que más hace honor al nombre de este concurso, y, en consecuencia, el justo ganador si hoy por hoy se produjera el desenlace definitivo del programa.

Gloria Camila es la que dice en voz alta lo que algunos piensan acerca del ex concursante del programa culinario de la televisión pública. Se excusa alegando que José Luis se cree líder, y aclara que el único paladín en el programa es el que gana la prueba de los jueves para no salir nominado. Debería Gloria pensar un poco en lugar de hablar tanto, porque solo los que reflexionan y abren su mente son capaces de dormir con menos amargura en el cuerpo, y el carácter de la hija de Ortega Cano empieza a oler demasiado a vinagre. Ser o no líder forma parte de la personalidad del sujeto en cuestión, y no es algo que deba ser censurado, mucho menos en un concurso como supervivientes.

José Luis siente la necesidad de organizar las tareas comunes y de conseguir comida para sus compañeros. Podría optar por una supervivencia individual y obtener comida para él solo, pero prefiere compartir esta experiencia con sus compañeros. Su actitud no debería ser puesta duda, no es justo. Entiendo y acepto que haya concursantes que decidan tirarse a la bartola y vivir este concurso desde otro prisma completamente opuesto, es una posibilidad tan loable y respetable como la de José Luis, jugador que recuerda a aquellos náufragos de ediciones muy anteriores donde la auténtica supervivencia estaba más presente en el día a día.

Si hay alguien que siente admiración por José Luis esa es Laura Matamoros, que no puede evitar sonreír cuando su compañero le explica a Sandra Barneda su cuestionada actitud en el grupo. Laura lleva unos días de bajón, probablemente porque Gloria Camila no ayuda a que suceda lo contrario. Se podría decir que la hija de Kiko Matamoros ha tenido que cargar con su desánimo y con el de su compañera, que se ha tirado una semana larga queriendo abandonar el concurso por no poder estar cerca de su novio, que ahora se dedica a tallar anillos de boda para su amada.

Lo de Kiko tiene una sencilla explicación, pues no hace falta ser muy listo para deducir que este concursante únicamente busca limpiar su imagen tras el rapapolvo de su madre el pasado jueves. Es consciente de su gran metedura de pata y de las barbaridades que ha soltado por la boca en compañía de su amiga Leticia, y cree que regalándole un anillo de madera a Gloria para pedirle matrimonio en directo va a borrar todas sus malas acciones en el concurso. No creo que la audiencia votante olvide tan pronto y, además, la personalidad de este concursante terminará por brotar de nuevo, dejándole en el lugar que merece.

No está del todo acertada Laura Matamoros cuando le dice a Gloria que las burradas que ha soltado Kiko por la boca son consecuencia de su unión con Leticia Sabater. Hay que aprender a otorgar a cada uno el grado de responsabilidad que le pertenece. Es inadmisible culpar al resto de los propios errores que uno comete, y es justo admitir que Kiko es el único dueño de sus palabras, aunque detrás de ellas haya un perrito faldero como Leticia para aplaudirlas.

Sabater, zombi de esta semana, está haciendo el papel que le toca a la perfección. No solo está robando cosas que necesita, sino que está desestabilizando a sus contrarios quitándoles sus pertenencias más privadas y elementales. Es lo que un buen desterrado debe hacer, pues bajar el ánimo de tus rivales es una estrategia completamente válida en un reality, sobre todo si quieres escalar posiciones sacando a relucir los peores defectos de tus enemigos, que en un concurso donde solo puede haber un ganador son todos.