Cuando Paco León sentenció que a Zapeando le quedan poco más que dos telediarios, pocos le quitaban la razón. Y es que el programa de laSexta estaba sentenciado a durar poco más de un par de semanas teniendo en cuenta sus datos de audiencia. Reaccionaron rápido y lo cambiarion de arriba a abajo. Más humor y menos análisis. Y así es como nació el verdadero Zapeando que hoy conocemos. 

El mismo que este viernes cumple exactamente tres años. Ya están más sueltos. Ya no existe el nervio de estar en la cuerda floja. Los colaboradores saben cuál es su papel y el programa ha cogido soltura con el paso de los meses. Aquel espacio que iba a durar dos días se ha convertido en un estandarte de laSexta que la cadena no quiere soltar.

Para celebrar este tercer aniversario, los colaboradores y el presentador del programa han preparado un Tu cara casi me suena donde imitar a cantantes famosos. Para hablar sobre todo lo acontecido en estos últimos años hablamos con Frank Blanco, que habla de presente, de futuro y de todo lo que se ha encontrado por el camino. 

¿Te imaginabas que estarías hablando con la prensa sobre este tercer aniversario hace tres años?

Pues... no. Imaginaba que el programa tenía más vida de la que la mayoría de gente le auguraba. Pero tres años supera la mejor de mis espectativas. 

Fueros unos incios difíciles. ¿Creiste que te cancelaban?

No lo creí, pero en televisión eso puede pasar. No lo creí pero sé que había ciertos riesgos. Estaba muy convencido de que en laSexta y en Globomedia íbamos a ser capaces de darle el giro que el programa necesitaba. Sólo era cuestión de darle el tiempo suficiente, que no te cortasen la cabeza antes de poder dar en la diana. Fue una cosa muy progresiva, muy de poquito a poco. Lo que me angustiaba era pensar que no nos daban las semanas que necesitábamos. 

¿Qué cambió para que de pronto la audiencia se enganchara?

Creo que es la suma de muchas cosas. El secreto de que funcionase no lo sabremos nunca. Zapeando nació como una tertulia más o menos serie aunque desenfadada, de televisión. Lo era de todos los canales, incluso de Mediaset. No teníamos vídeos de ellos y el programa ya estaba cojo. Cuando empezamos a darnos cuenta de que teníamos que hacer una tertulia para comentar lo que había pasado en la tele pero no tratarlo con tanta seriedad, sin datos y con más momentazos, lo detectamos a tiempo y empezamos a hacer ese cambio. Eso sumado a seleccionar los colaboradores adecuados, que no es fácil, y al zasca de Paco León hizo que el rumbo fuese el adecuado.

¿Cansa hacer un programa diario?

Cansa mentalmente. Físicamente, más allá de las horas que le dedicas, no. Mentalmente tienes que estar muy despierto y concentrado. Nuestro programa tiene una alta dosis de guión, pero también tiene la particularidad de que es un guión que te permite entrar y salir y tienes que estar al loro. Mis compañeros a veces se ponen muy juguetones y me obligan a estar en guardia. 

No tengo ninguna envidia del prime time

¿Se valora mucho más al presentador de prime time, al de la noche, que a uno que hace un programa todos los días? ¿Hay envidia?

Yo no noto la siferencia de trato de sentirme menos por estar haciendo un programa a mediodía. No tengo ninguna envidia. Yo he trabajado haciendo un prime time o un late night. Mola hacerlo porque llegas a más espectadores, pero la presión es mayor. Es impensable un prime time diario y yo tengo la suerte de que todos los días después de comer tengo mi programa. Y a mí me gusta dar guerra todos los días. 

¿Cómo te organizas en el día a día con la radio y la televisión?

Mi día empieza por la mañana, como a las 8:00 más o menos. Me levanto para poder desayunar con mis hijos y si puedo les acerco al colegio. Me conecto por mis grupos de whatsapp a mis programas y a los equipos. El programa de radio ya empiezo a diseñarlo. A media mañana me voy a la televisión y me meto de lleno en Zapeando. Cuando acabo, a las 17:30, estoy ya con todos mis sentidos en Vamos tarde de Europa FM. Como el equipo lleva todo el día trabajando en él me lo ponen muy fácil. Cuando llego hay muy poca cosa que enderezar.

A veces el humor no sienta tan bien. ¿Hay muchos que todavía no os han perdonado alguna broma?

Yo no sé si me habrán perdonado o no, pero hay algunos personajes. Hay alguno valiente y que cuando nos hemos visto cara a cara han sido capaces de expresar su disgusto y de decir que le ha parecido mal. Pero también me consta que hay otros que, si nos hemos encontrado en alguna ocasión, no han querido compartir su malestar y lo tienen con el programa. A lo mejor ni nos visitan por eso. Es una pena, porque si te lo dicen tienes la oportunidad de disculparte si tienes que hacerlo.  

¿Qué tal con Alfonso Rojo?

La verdad es que no he tenido ningún problema. Hubo un tiempo en el que le metimos mucha caña y él también nos tiró algún dardo. Pero en alguna ocasión nos hemos encontrado y el trato es cordial. Alfonso Rojo me ha demostrado que es un señor que tiene sentido del humor. 

¿Qué le dirías a Paco León ahora que han pasado tres años?

Pues que vuelva al programa un día de estos. Esto hay que celebrarlo. La última vez que hablé con él fue para celebrar el programa 600, que le llamamos desde un 600 para comunicárselo. Todo el mundo recuerda aquel momento. Tiene toda mi simpatía y cariño. 

Sí voy a presentar las Campanadas, pero sin Paco León

¿Presentas o no las Campanadas?

Yo sí voy a presentar las Campanadas, pero sin Paco León. Voy a ser una de las caras. 

Serás la competencia de Pedroche...

Es muy curioso este caso. Recuerdo como si fuera ayer cuando las presentamos juntos hace dos años. Eran sus primeras Campanadas. Lo recuerdo con mucho cariño. Este año Atresmedia ha decidido sepraranos y cada uno en un sitio. La competencia es entre cadenas hermanas, entonces se lleva de forma mucho más sana. 

¿Qué tal con Cárdenas en la radio?

Cárdenas es mi compañero en la radio. Le conozco desde que coincidimos en Crónicas marcianas hace mucho. Me une una relación cordial desde hace más de 15 años. En la radio me ha recibido con los brazos abiertos. Como compañero no le puedo pedir más.

¿Qué te falta por hacer? ¿Qué programa le robarías a un compañero?

Si fuese tan fácil como coger una varita, todo presentador quiere hacerse un Un, dos, tres. Todos lo hemos soñado. El último que lo pudo hacer fue Luis Larrodera y qué pena que ese programa no vuelva. Si volviera sería un sueño hecho realidad.

Nunca he pensado que haya espectadores de primera o de segunda en función de lo que consumen

¿Te sientes raro pensando que fuiste presentador de 'Gran Hermano'?

De los debates... ¿Por?

¿No es como un oasis en tu curriculum?

Para mí sí tiene sentido. Siempre lo tuvo. Me criticaron mucho en su momento por aceptar ese trabajo. Siempre he defendido que esto es como la música, que cada canción tiene su momento. Para mí es muy compatible que puedas ver a Évole en Salvados entrevistando a Pedro Sánchez y que te interese Gran Hermano. Nunca he pensado que haya espectadores de primera o de segunda en función de lo que consumen. Creo que todo es muchísimo más relativo de lo que nos pensamos. Hay que estar unidos en los extremos. Si hay espectadores de primera y de segunda también hay presentadores de primera y de segunda. Tampoco estoy de acuerdo.

¿No te sientes más cómodo en un formato que en otro?

Es que son diferentes. Me sentí muy cómodo en su momento conduciendo El debate porque era seguidor de Gran Hermano. Era poder vivir desde dentro un programa que sigues. Que ahora presente Zapeando son programas que nada tienen que ver. Zapeando es mi programa, no lo cambio por nada. Estoy en mi casa, que me falta poner los pies en la mesa. En el caso profesional no se diferencia, eres un presentador.