Por el camino, los jóvenes Shore se han encontrado con la negativa de algunas ciudades que no querían que enseñaran sus vergüenzas. Pero lo cierto es que los chicos Shore no hacen otra cosa que disfrutar de la fiesta que les ofrece y organiza una ciudad y emitirlo por televisión. No inventan nada y sólo reflejan una realidad que existe por mucho que algunos quieren ocultar. 

Este año, Super Shore se desplazó en verano hasta el sur de España para ver cómo se puede mezclar el turismo y la fiesta. BLUPER se desplazó con el equipo de MTV España hasta Marbella para ver cómo se prepara el programa de televisión que ahora emite la cadena cada domingo.

Nuestro coche entra de lleno por uno de los barrios más ricos de Marbella. Entre jeques y casas de lujo, una de estas mansiones se ha reconvertido en un plató de televisión donde se graba la segunda edición de Super Shore y se escucha música hardcore. Dentro: nueve jóvenes que sólo piensan en pasar uno de sus veranos más inolvidables de sus vidas. O eso es lo que vemos. 

Y es que hasta la zona de grabación se desplazan hasta 80 personas del equipo para hacer posible este programa. Son tantas porque se tienen que dividir por turnos para cubrir todas las horas del día. Al final, esto es un reality que, además de convivir durante el día, se tienen que ir de fiesta por las noches. 

La calma que precede a la tormenta

Llegamos por la mañana a la gran mansión que han elegido para las grabaciones. En el garaje, escondidos bajo cientos de cables, se encuentra el control de cámaras y más de una docena de trabajadores. Son las 12 de la mañana, pero ellos duermen. Su territorio, donde ellos se sienten fuertes, es la noche. Han tenido fiesta y, si quieren mantener el ritmo del programa durante una temporada completa, hay que dejarles descansar. 

15 cámaras encendidas controlan cada uno de sus movimientos las 24 horas del día

En silencio, acurrucados en sus camas, parecen personas normales. Tal vez es que lo son. 15 cámaras encendidas controlan cada uno de sus movimientos las 24 horas del día. Y entonces me pregunto: ¿Es Un Real una serie que roza la realidad o tiene mucho de ficción? Mientras, dos redactoras esperan ansiosas a que comience la juerga. “Tenemos un grupo de whatsapp en el que se acumulan 200 mensajes. Pero te los tienes que leer todos para no perderte lo que ha pasado en el resto de turnos”, cuenta Óscar Vega, director del programa. 

Empiezan a levantarse. Su primer trabajo es grabar totales para explicar a la audiencia cómo fueron las cosas en la noche anterior. Cada uno de ellos se enfrenta a una hora de preguntas con un croma al fondo. De ahí sólo se emitirán unos pocos segundos, pero el contenido debe ser perfecto y sustancioso. 

Promotores de eventos

A nosotros nos tienen preparado un plan mejor mientras ellos se abren ante las cámaras. A unos cuentos kilómetros, en las playas de Torremolinos, un lugar llamado Maracas respira un ambiente tranquilo. Los turistas se toman sus copas tomando el sol en las hamacas. Las jóvenes se dan sus últimos retoques en el baño. Dentro de unos minutos, por allí aparecerán los chicos de Super Shore. 

“Mientras en el resto de programas el contenido depende de lo que acepte el departamento de producción, en este pasa todo lo contrario. Son los de producción los que van a rebufo de contenido. Sólo necesitan que les explique qué necesitan para que lo acepten”, explica el director. 

A un lado, un equipo de MTV organiza el reservado que se convertirá en el epicentro de todas las miradas. Pantalón corto y camisetas de tirantes es el vestuario oficial. Una indumentaria poco común para horas de trabajo pero indispensables para sobrevivir a una grabación de este tipo. Guionistas, redactores, cámaras y producción esperan órdenes. Ya llegan. 

Los camareros les han preparado una gran bandeja con todos los alcoholes disponibles

Los camareros les han preparado una gran bandeja con todos los alcoholes disponibles y una gran variedad de refrescos. Acompañado con una gran cachimba y una gran cama, los Shore no necesitan nada más para una fiesta. Ahora, sin guión, el equipo del programa espera para ver cómo se van sucediendo las cosas. Aquí no hay guiones ni órdenes. Ellos actúan como lo harían en una noche normal y entablan conversaciones con los jóvenes de su alrededor. 

“En Gandía Shore llegamos con la producción hecha, pero ahora no. Si estoy grabando me gusta estar grabando. No puedo estar montando al mismo tiempo. Yo ya sé cómo va a acabar el primer programa, cuál va a ser su cliffhanger. Pero lo sé una vez he visto el contenido”, declara Vega, explicando que, aunque tienen un plan de rodaje, no puede medir cuánto espacio de un capitulo ocupará cada fiesta. 

De pronto, un chorro de espuma comienza a salir de un gran tubo. Ellos no lo dudan. Los cámaras, por lo tanto, tampoco lo pueden hacer. Hay que grabarlo todo a pesar de las inclemencias circunstanciales y temporales. Comienzan los acercamientos, los enfados, las miradas y los flirteos. Pero eso ya es parte del show. El equipo sólo se encarga de organizar el contexto y los jóvenes de vivir el contenido. Organizadores de fiestas. Organizadores de un programa de televisión.