Tensión hasta el último momento. Ha habido que esperar hasta el último segundo para saber el ganador de Eurovisión. El voto del público ha sido crucial, que ha colocado a Ucrania como la segunda canción favorita. Un puesto suficiente para convertirse en la ganadora de Eurovisión y superar a Australia, en segunda posición, y a Rusia, terceros. 

Algunos lo llaman justicia poética. La canción de Ucrania había provocado el enfado de Rusia al haber enviado una canción sobre Crimea a Eurovisión. ¿Show musical o batalla política? Jamala, la que ya es ganadora de Eurovisión, tuvo que defenderse para decir que la canción no ocultaba ningún tipo de mensaje político oculto.

La canción, titulada 1944, habla de viejas heridas, algo que muchos han querido ver como un mensaje a Putin después de que miles de tártaros de Crimea fueran deportados. Sólo decadas después pudieron volver a su casa. Jamala, nacida en Asia Central, cuenta en la canción que ella compuso en lengua tártara y en inglés la historia de su bisabuela

2016 traía una novedad bajo el brazo que hacía a esta edición diferente a todas las anteriores. El sistema de votaciones mantenía la tensión hasta el último momento. Este año, las televisiones de cada país sólo anunciaban los votos del jurado. Así se ha sabido que la candidatura más votada por el jurado profesional ha sido la de Australia.

Después, los presentadores Mans Zelmerlöw y Petra Mede iban repartiendo los votos del público. Se han ido desglosando de menor a mayor. De esta forma, el ganador de Eurovisión 2016 no se ha sabido hasta el último momento. Finalmente, Australia era la cuarta mejor votada. Ucrania era la segunda y Rusia era la primera. Sin embargo, la diferencia de puntos no le ha servido al ruso Sergey Lazarev para robarle la victoria a la ucraniana. 

Tras el recuento del voto del jurado y del público, Ucrania ha conseguido 534 puntos. Australia ha perdido el premio por muy poco, con 511 puntos. Rusia completa el podio con 491. El resto del TOP 10 lo completan Bulgaria, Suecia, Francia, Armenia, Polonia, Lituania y Bélgica.

Barei tropieza en Eurovisión

Barei era una de las apuestas españolas mejor valoradas de los últimos años. El Say Yay! sonaba como un TOP 10 asegurado en las casas de apuestas antes de aterrizar en Estocolmo. Pero la puesta en escena minimalista en contraste con la elección de otros países le ha jugado una mala juagada a la española. 

La cantante se ha tenido que contentar con un puesto 22. Barei empeora así el resultado obtenido con Edurne el pasado año, que cayó a un puesto 21. Pero no logra mejorar los mejores resultados de los últimos años, el de Ruth Lorenzo en un noveno puesto y el de Pastora Soler en un décimo puesto. 

La actuación de Barei ha estado en boca de todos los seguidores del Festival desde que se viesen los primeros ensayos de la cantante sobre el Globen Arena. Al final, pocos cambios se han producido desde las primeras pruebas. La candidatura española iba cayendo día a día en las casas de apuestas y, finalmente,  ha quedado una actuación que poco ha llamado la actuación.

Barei actuaba después de Rusia, una de las favoritas para hacerse con la victoria, y de Letonia. La UER dejaba para el final de la gala algunas de las actuaciones más potentes. Entre ellas, España se quedó en medio de un bocadillo de grandes apuestas entre las que no destacó demasiado. 

Así ha sido la gala

La final de Eurovisión arrancaba con un pase de modelos, homenajeando a los DJ suecos cuya música ha viajado estos últimos años alrededor de todo el mundo. Uno por uno, los 26 países que participaban este año han ido apareciendo en escena saludando directamente a las cámaras. 

Los presentadores no dejaban mucho tiempo para respirar. Había muchas actuaciones que ver y Eurovisión daba el pistoletazo de salida con Bélgica. Uno a uno, todos fueron pasando por este examen a nivel europeo. 

Uno de los grandes alicientes de la gala fue la aparición de Justin Timberlake. El americano se subía al escenario de Eurovisión para internacionalizar algo más este Festival de la música. El cantante, después de pasearse por la Green Room, cantó algunos de sus últimos temas para intentar desgrasar una gala en la que había demasiada tensión contenida. 

Pero Mans Zelmerlöw no permitió que Timberlake le hiciese sombre. Y no había mejor forma de demostrarlo que enseñando un poco de chicha. Ya lo hizo en la primera semifinal, pero ahora enseñaba carne delante de millones de personas. El presentador de la gala levantó más de un suspiro entre el público y las redes sociales no pasaron este detalle por alto.