Cuestión de tiempo, el nuevo programa de la tarde de TVE producido por Secuoya, tiene un claro objetivo: emocionar. Como si de Julie Andrews se tratara, Patricia Gaztañaga ha vuelto a la franja donde triunfó con El diario de Patricia para, de una manera totalmente distinta, lograr sacar las risas y, sobre todo, las lágrimas de sus espectadores.

Y en esto la presentadora es experta. En pocos minutos se ha demostrado como un auténtico acierto, como si no hubieran pasado ocho años desde que dejara el talk show de Antena 3. Gaztañaga sabe escuchar y dejar que los invitados expresen sus emociones, sean cuales sean, y se transmitan a través de la pantalla para llegarle al espectador.

Patricia Gaztañaga se ha demostrado como un auténtico acierto, como si no hubieran pasado ocho años desde 'El diario de Patricia'

La mayoría de las historias tocan mucho más al llanto que a la comedia, al menos las primeras que hemos visto en este estreno, aunque todas desde un punto de vista positivo de amor que pega en TVE. Una pareja que ha pasado por momentos duros de salud, una hija que quiere agradecer a sus padres su apoyo en la situación de crisis económica por la que pasan y un grupo de amigas que quiere compensar a una de ellas después de algunos disgustos han sido las que han hecho la declaración de intenciones de Cuestión de tiempo.

Los protagonistas tienen fácil romper a llorar, pero no es la única emoción que se deja ver en el programa. Patricia Gaztañaga se ocupa de desengrasar, de hacer que el programa no sea tan intenso y, si es necesario, de hacer reír a remitentes y destinatarios.

La clave del programa son y serán las historias elegidas, y es ahí donde Secuoya tiene el principal reto. El talk show gusta en España, y el giro que Cuestión de tiempo le da al género es interesante, pero sin protagonistas interesantes quedará todo en agua de borrajas.

De momento, TVE tiene un producto que pega en su programación. Si la pública deja el tiempo suficiente para que sus espectadores potenciales lo conozcan, y Secuoya sabe estar a la altura, Cuestión de tiempo puede hacerse su hueco en la difícil tarde de La 1.