Dani Rovira en una imagen promocional de 'B&b' (Mediaset España)

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Televisión

Dani Rovira: "Cataluña no es la franja de Gaza"

15 noviembre, 2015 06:59

La fama ha cambiado a Dani Rovira. Es algo más que evidente. Y no sólo todo lo que le rodea. Él ya no es el mismo. Su trato es distinto. Cualquiera que le entrevistara hace unos años cuando empezaba a ser conocido por El Club de la Comedia, ahora se encuentra con otra persona. Aquella sintonía que se conseguía no es fácil que se repita. 

Ahora es alguien más desconfiado, más receloso. Incluso a veces puede decirse que se pone a la defensiva. Eso por no hablar de lo difícil que resulta acceder a él. Tras dos semanas intentando concertar una cita, por fin pudimos hablar con él sobre su situación presente, futura y pasada. Otros no serán tan afortunados.

¿Estás mentalizado para todo lo que se te viene encima?

Sí.  Ahora sí estoy mentalizado. Cuando no lo estaba era en la primera. Fue todo tan exagerado, que ninguno lo esperábamos. Ahora venga lo que venga, estamos prevenidos. Peor que la avalancha de la primera, en el buen sentido de la palabra. no creo que sea esta.

¿Te llegaste a sentir agobiado?

Sí, claro. Esto le hubiera agobiado a cualquiera. Imagínate. De la noche a la mañana te conviertes en el protagonista de la película más vista del cine español. Es una cosa maravillosa, pero luego está la otra cara, la cara de que pierdes tu anonimato y te conviertes en una persona más conocida que Espinete. Lo que tuvo que sufrir. Ahora empatizo con él.

Dejé de coger el metro a raíz de un par de episodios de agobio. 

¿Puedes montar en metro?

Dejé de coger el metro a raíz de un par de episodios de agobio. Me compré una moto y así me muevo.

¿Hay algo que cambiarías de aquellos momentos? ¿Algo de lo que te arrepientas?

No. No me arrepiento de nada. Todo sucedió como tenía que suceder. No cambiaría nada.

¿Cómo te llegó el papel?

Eva y Yolanda fueron de casualidad a verme al teatro y vieron en mí un actor en potencia. Y cuando les llegó el papel de Ocho apellidos vascos, pensaron en que era perfecto para mi. Te he contado la parte más corta, porque la más larga me da pereza.

¿De pequeño querías ser actor?

De pequeño quería ser 20.000 cosas que no fueran ni una ni otra. De pequeño quería ser Emilio Aragón.

De pequeño quería ser Emilio Aragón.

Te queda fundar una cadena…

De pequeño era un showman a la que me quería parecer. No era consciente de que era porque era un comunicador nato y tenía un carisma que traspasara la pantalla.

Emilio Aragón se fue dramatizando con los años. ¿Te ves igual?

Ni sí, ni no. Si sigo en esta profesión seguiré aceptando los papeles que me gusten. La comedia la llevo dentro, ya sé que la sé hacer. No descarto hacer un thriller. Mola tocar otras cosas, para que la vida sea más entretenida. La carrera de actor te la haces tú y te viene dada.

¿Tienes miedo a un encasillamiento?

No tengo miedo a encasillarme. Sólo se han estrenado dos películas mías. Y si me encasillo, bienvenido sea porque significará que estoy trabajando. Denzel Washington se encasilló de negro y siempre mola.

Y a que te encasillen…

Poca gente se sabe el nombre del personaje de la película. Está bonito que me reconozcan de por vida como el protagonista de la película más taquillera del cine español. La putada sería que te encasillaran por tener un gatillazo.

La vida consiste en algo más allá de estar en la cúspide de las estrellas del cine.

¿Eres consciente de que hay un después de Ocho apellidos vascos? ¿De que probablemente se acabe esta vorágine?

Parece una amenaza…. Que la montaña rusa vaya donde vaya. Soy feliz haciendo lo que hago. La vida consiste en algo más allá de estar en la cúspide de las estrellas del cine. Soy feliz paseando a mi perro o estando con la familia. No sufras por mí, que voy a estar bien.

A otros actores les ha costado retomar su vida de antes…

Antes de Ocho apellidos vascos llevaba doce años subiéndome a los escenario haciendo comedia. Vivía muy bien, era feliz y no me iba mal. Si no me llaman para hacer cine, iré a teatros o a bares a hacer monólogos, que he ido a miles. No se me caen los anillos. Y si no me estudiaré unas oposiciones para ser profesor porque estudié la carrera. No tengo miedo. Tengo miedo a que mi hermano caiga enfermo o a mi padre le pille un coche.

¿Echas de menos aquella etapa de los bares?

Era una época muy bonita. No obstante, no soy persona de mirar atrás. Era bastante divertido sobre todo la parte que no te conocía nadie y no repercutía lo que hacías o decías, por esa parte canalla. También poder actuar en una sala pequeña. Ahora actúo en una sala y las medidas de seguridad son otras. AL año me hago tres o cuatro salas más míticas donde siempre he ido. Me gusta ese contacto con ese público más canalla.

Ahora también tu vida más privada ha pasado a ser pública. ¿Cómo lo llevas?

Mal. Es una cosa que a nadie le guste que pongan tu vida en un escaparate cuando tú no la pones. O incluso si la pones, la estás poniendo tú. Es un tipo de periodismo que no comparto. Cada uno intenta ganarse el pan. Yo intento ganarmelo de manera digna y poder dormir bien por las noches. Si hay gente que duerme por las noches, no seré yo quien se lo impida. La libertad de uno termina cuando empieza la de otro. Uno ve coartada su libertad cuando empieza el beneficio de otro.

Cataluña no es la franja de Gaza

Ocho apellidos catalanes llega en un momento tenso en Cataluña… ¿Qué tal fue el rodaje?

No es la franja de Gaza. Me he sentido muy bien. Me han cuidado como nunca.

¿Os atrevéis con el independentismo?

No hay que perder la perspectiva de que esto es una comedia, es ficción. Se cogen tópicos y se le da una vuelta de tuercas. En ningún momento la película tiene una intención de ofender o provocar. Si en la primera se supo tratar el terrorismo de forma blanca, no creo que esto provoque ningún tipo de cataclismo en Cataluña.

¿Cuanto crees que haréis de taquilla?

No tengo ni idea. Igual que en la primera nos pilló de sorpresa. A poco que haga la mitad, es un triunfazo. Tengo la sensación que va a hacer bastante taquilla. Me interesa más que la gente se lo pase bien y se ría. No creo que suceda algo raro. Lo primero es insuperable porque el factor sorpresa jugaba un papel importante. Pero el mundo Ocho apellidos es tan loco, que nadie se moja.

Con Ocho apellidos... existe el peligro de estirar el chicle demasiado

¿Firmarias una tercera parte?

Digo lo mismo que cuando terminó la primera. No lo sé. Dependerá de cómo ha funcionado esta, de la propuesta, que haya una buena historia que contar, que estemos los mismos... Existe el peligro de estirar el chicle demasiado.

¿Qué tal tu relación con Telecinco?

Muy bien. ¿Sabes qué pasa? Soy como los perros. Si algo me molesta, marco. No tengo ningún tipo de rencor. Era una información que no era correcta y sólo corregí. Son tantos fregados a lo largo del día, que ahora casi ni me acuerdo. He trabajado con ellos en B&b, la película con Telecinco Cinema. Mi relación con Telecinco es estupenda. Yo veo a Vasile y le digo: ¿Qué pasa hijo? ¿Cómo estás?