Maite se enfrentó este martes a un juicio en el que se valoró su actitud dentro de la casa de Gran Hermano 16 durante la emisión del Última hora del formato. La navarra fue juzgada por varias acusaciones que fue exponiendo el magistrado Pedro Chamorro en plató mientras la audiencia valoraba desde sus casas a través de la app oficial.

El primero de los casos a los que se tuvo que enfrentar fue si había hecho imposible la convivencia al resto de concursantes. Ella aseguró que no, alegando que ha estado "estupenda, maravillosa" y que encantó "al mundo entero". Sin embargo, el 77% de la audiencia consideró que era culpable.

El juez también puso sobre la mesa que Maite se había extralimitado en su papel como madre de Suso, secreto que la organización les hizo representar. Merche, la madre del concursante, salió al estrado a declarar y afirmó que había desestabilizado a su hijo y no le parecía bien que hubiera intentado llevárselo a la cama o decirle a Sofía lo que tenía que hacer con él.

"No tengo la culpa de volver locos a todos los hombres", se defendía Maite, quien afirmaba que para su hija y para ella el sexo es como una tarta de chocolate. Sin embargo, su defensa tampoco sirvió en este caso y también fue declarada culpable con el 75% de los votos.

Maite también tuvo que enfrentarse a su mala relación con Raquel. El juez la acusó de haber desconfiado sin razones de su compañera, pero la navarra afirma que iba por la espalda. La madre de Raquel salió al estrado para afirmar que Maite estaba obsesionada con su hija porque creía que era la novia de Suso fuera de la casa. De nuevo, la audiencia condenó a Maite con un 72%.