Ese hombre de la de la cabina de En el aire, el programa de Buenafuente en el late night semanal de laSexta, que lleva pajarita, gafas de pasta y camisetas de estampados de miles de colores es mucho más que un merodeador de Twitter. Bob Pop, o lo que es lo mismo, Roberto Enríquez, es escritor y crítico televisivo, pero también es –sin lugar a dudas y sí, por encima de Karmele- el colaborador con el look más excéntrico y divertido de nuestra pequeña pantalla.

Irónico, sagaz y con una cultura pop que no conoce límites y que abarca desde Belén Esteban a John Galliano y Cesare Pavese o Kafka. Aunque dentro de su cabeza hay muchísimas ideas locas e interesantes -y a veces imagino que también mucha purpurina-, le preguntamos cómo utiliza la moda para expresarse. Y por qué no tiene vergüenza. Y hablaremos de divas y divos. Y de todo lo que le dé la gana, que para eso es el entrevistado.  

¿Hay alguna diferencia entre Roberto y Bob Pop? ¿Y cuándo abren el armario para vestirse?

Al principio la verdad es que no existía esa diferencia, y cuando me cambiaba de ropa para el programa a veces me ponía más discreto de como había salido de casa. Pero últimamente, desde que soy modelo y vigoréxica, y voy al gimnasio a diario, he optado por cierta sobriedad en mi vida exterior, fuera de la cabina. Supongo que reconciliarse con el propio cuerpo hace el disfraz menos necesario...

¿Cómo trabajas con el departamento de vestuario para determinar la ropa que acabas sacando en el programa?

Ellas -que son unas genias- me proponen atuendos y yo, que no sé decir que no, me los pongo encantado.

¿Sueles repetir como Doña Letizia o Kate Middleton?
Si no hay más remedio... Aunque generalmente estreno modeluqui cada noche.

¿Se han puesto marcas en contacto contigo o con el programa para vestirte?

Sí. Y se lo agradezco mucho. Mi carrera como It-Gay no ha hecho más que
empezar. ¡Tiembla, Paula Echevarría! ¡Tiembla Brian Boy!

Solo le pido a Zeus que no me confunda y acabe luciendo este verano una camiseta con escote y unos minishorts

Dices que te gusta jugar con la moda. ¿Cómo es ese juego?

Me gusta jugar a lo intersexual con la ropa, a cierto travestismo. Me gusta vestirme según mi estado de ánimo y, últimamente, he descubierto que me mola vestir sexy cuando me siento sexy. Solo le pido a Zeus que no me confunda y acabe luciendo este verano una camiseta con escote y unos minishorts. Si me veis así por la calle, ESCUPIDME. Seguro que capto la indirecta.

Sobre tu admiración hacia Paula Echevarría como it girl-empresaria. ¿Es el momento de lanzar tu blog como it boy?

Yo creo que ese momento se acerca. Aunque todavía necesito una casa con jardín y un jardinero fotógrafo que me eche las fotos cada mañana. Las fotos y lo que haga falta...

Imagino que ya estarás acostumbrado a que tu estilo llame la atención, ¿has sentido alguna vez que se te prejuzgaba por ello de algún modo?

Sí, pero no me ha perjudicado. Si alguien no ha querido ir más allá de mi apariencia, es que no merecía la pena ir más lejos en ningún sentido. Creo que, muchas veces, ese prejuicio ajeno me ha ahorrado mucho tiempo, mucho esfuerzo y muchas decepciones.

¿Cómo definirías tu estilo?

Colorinchi contemporáneo intersexual.

¿Dónde sueles ir a comprar? Marcas favoritas...

Uniqlo, American Apparel, Nudie Jeans. Y, últimamente, los estampados de Pull&Bear me ponen berraco.

Una de tus claves, sin duda, son las gafas de pasta y los accesorios (pajaritas, collares) ¿Qué te aportan?

Diversión, desconcierto y color. Lo que le pido a la vida.

¿Hay algo que no te pondrías?

Un miriñaque. No cabría por la puerta de la cabina.

¿Tienes algún icono de estilo?

Leigh Bowery. Grace Jones. David Bowie. Boy George. Y un poco Vicky Martín Berrocal.

Tú que estás tan presente en las redes... ¿has notado que tu ropa cause sorpresa o te preguntan por ella?

Sí. Cada noche recibo parabienes por mi lookazo. Y cada noche insisto en que yo soy solo un hombre objeto: que las artistazas son las estilistas del programa: Mariona, Ari y Mar. BRAVAS.

¿Cuál es esa prenda especial o favorita?

Una camisa de cuadros de Penguin que me regaló un amigo el verano pasado.

La ropa siempre depende del personaje que construyas ante la cámara

Como crítico de televisión (que además sale por la tele) ¿hasta qué punto
crees que es importante la ropa que llevan los presentadores y colaboradores?

La ropa siempre depende del personaje que construyas ante la cámara. En mi caso es muy importante porque me permite decir más cosas ante la cámara de las que digo de viva voz. En el caso de los hombres televisivos suele tener menos importancia (aunque este año ando maravillado por el cambio de Jordi Évole, que ha pasado de las camisas de cuadros a los jerseys de lana sin pelotillas). Y en el de las mujeres suele ser un elemento que se trata muy mal, desde el machismo sexuado o asexuado.

¿Cómo valoras la evolución del programa En el aire en este tiempo de emisión?

A mí el programa cada día me gusta más, está más vivo y es más divertido. Se nota que hay mucho cariño, respeto e interés entre nosotros, que nos hacemos gracia. Hemos empezado a ser un late night cada vez más gamberro, y espero que esto se note cada noche más.

¿Qué le añadirías o qué le quitarías?

Yo echo de menos un número musical mío a lo vedette para cerrar el programa cada noche. Con mucho muslamen, lentejuelas y chulazos que me elevaran del suelo.

¿No te da claustrofobia esa cabina?

No. Es un buen refugio y una buena atalaya para verlo todo.

¿Qué haces exactamente durante el tiempo en el que no te enfocan?

Tuiteo, busco en internet información sobre lo que se habla en programa, selecciono tuits de espectadores...

Cómo definirías los estilos de Buenafuente, Berto y Jorge.

Andreu viste de señor elegante y cómodo. Sobrio y atractivo. Berto luce rollo informal sportchic de vecinito de al lado. Jorge tiene más un aire jovenzuelo heterosexual sin miedo a los colores. A mí me gustan mucho los tres. Se nota, ¿no?

¿Cuántas horas de televisión ves al día?

Cada vez menos. Me estoy quitando.

¿Dónde podemos buscarte además de En El Aire?

Escribo un diario cada día. Colaboro con La Marea y Mongolia cada mes. Escribo un monólogo para teatro y pienso, pienso mucho QUÉ COÑO VA A SER DE MÍ.