Sandra Barneda es uno de los rostros de Telecinco que están de dulce porque no deja de enlazar proyectos. La catalana olvidó rápido su traspié que tuvo con La última noche con el nuevo éxito de La isla de las tentaciones, consolidar Así es la vida en las sobremesas y pilotar los debates de Supervivientes la noche de los domingos.

La presentadora y escritora, por otra parte, acostumbra a no callarse nunca sus opiniones, y aunque preserve su vida privada, siempre ha intentado dar visibilidad a la comunidad LGTBIQ+. Sin embargo, nunca había hablado tan abiertamente sobre su forzada "salida del armario".

"Fue una cabronada", sentencia Barneda en La Mala Reputación, el pódcast que presenta Nacho Gay para Vanitatis, al lamentar no elegir cómo y cuándo hacer público su orientación sexual. "Eso yo no sé si se lo han hecho a alguien. No denuncié por responsabilidad social", dijo explicando que por entonces no estaba preparada para dar el paso.

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"Sentí que si denunciaba, como personaje público, no estaba dando el ejemplo correcto. Yo no me avergüenzo de ser quién soy. Yo siempre he sido coherente. Nunca me he inventado un novio, nunca he creído que estuviese haciendo nada malo. Durante tiempo viví con la sensación de vivir con un subtítulo: Sandra, lesbiana", confesó.

La presentadora de Mediaset España se sinceró al contar lo que le ocurrió cuando trabajaba en Telemadrid, cuando entre 2004 y 2006 condujo Telenoticas 2 y Diario de la noche. "Me encerraron en un despacho y me preguntaron directamente si me gustaban las mujeres. Yo me quedé... que sudaba por dentro", contó Barneda.

La catalana se resigna señalando que "en ese momento eran otros tiempos" porque la sociedad no había avanzado mentalmente en estos aspectos. "El matrimonio aún no estaba aprobado", recordó. "Me preguntaron cosas que no se me debían preguntar quizás porque era una mujer guapa, que no entra en el canon de lo que se considera una mujer lesbiana".

Barneda confirmó que no respondió a la pregunta que le plantearon sus jefes "porque consideré que no tenía que hacerlo". "Solo le dije: 'Pues si te digo lo que dicen de ti'. Y me fui a un baño a llamar a una amiga mía. La mejor defensa es el mejor ataque", concluyó contundente.