Escena del episodio final de 'Amar es para siempre'.

Escena del episodio final de 'Amar es para siempre'.

Bluper

Darse cuenta de que lo más importante está delante: la última lección de 'Amar es para siempre'

La serie diaria de Antena 3 ha emitido su emotivo final por todo lo alto, despidiéndose en prime time, con un broche de oro ideal.

7 marzo, 2024 00:36

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Ha llegado el día que nadie pensaba que iba a venir, el de la emisión del último episodio de Amar es para siempre. Lo ha hecho con una auténtica alfombra roja, pues Antena 3 ha llevado al prime time la despedida de una sus series más emblemáticas. De la misma manera que sucedió con El secreto de Puente Viejo en ese fatídico 2020, es ahora el turno de decir adiós a la gran ficción diaria que revolucionó las sobremesas de Antena 3 y las convirtió en alternativa, primero, y luego en referente.

Recordando lo que compartió Itziar Miranda en la entrevista que concedió a BLUPER, el final de Amar es para siempre se antoja como ese último día de las vacaciones de verano, en el que la veterana ficción dirigida por Eduardo Casanova opta por abrazar la nostalgia que deja ese último día, pero con una interesante mirada a lo que venga después. Sí, el episodio final de Amar es para siempre está lleno de despedidas y de reencuentros, pero también cierra un curioso círculo con el que Amar termina emparentada en cierta forma con Cuéntame cómo pasó.

Si algo ha dejado claro el episodio final, es que los Gómez Sanabria, conocidos como los Asturianos, han sido el eje vertebral de la ficción desde sus inicios, allá por el 14 de enero de 2013. La familia liderada por Marcelino y Manolita ha sabido llevar el hilo de cada nueva temporada, en la que se fueron sumando otros personajes como la Benigna de Anabel Alonso, la Visi de Ángeles Martín o el Justo de Iñaki Miramón. Sin embargo, han sido los Gómez Sanabria los que se convirtieron en el emblema de la veterana ficción que se despide, dado que también fue el nexo que hubo con la ficción predecesora, Amar en tiempos revueltos.

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Por ello, no ha sido extraño que todo el episodio se centrase en ellos. Era la guinda final a lo que la ficción ha ido preparando esta última semana, en la que lograba que volviesen los siete hijos vivos de la familia y la mayoría con sus parejas, como Leonor con Miguel, María con Ignacio o las queridas Luisita y Amelia. Pero lo que hubiera sido un reencuentro típico, Amar lo convierte en un alegato no sólo a querer, sino a saber dejar marchar y también conocer cuando toca volver.

Escena de 'Amar es para siempre'.

Escena de 'Amar es para siempre'.

'Amar' como metáfora del ciclo de la propia vida

Es lo que sucede cuando Pelayo anuncia a su hijo y su nuera que se marcha a vivir a Salamanca con Marisa o los regreso a Madrid de varios hijos de la pareja, como Ciriaco, María o Manolín, quienes deciden volver a vivir a Madrid, recordando lo importante es que es disfrutar del amor en familia, de estar cerca de los seres queridos. Los mayores dejan su espacio y deciden disfrutar de su vida, los jóvenes se aferran a sus referentes en el propio ciclo de la vida. Fascinante manera de retratarlo.

Por ello, no extraña que el capítulo muestra un cambio de ciclo, en el que unos se van, otros regresan y otros nacen. Un perfecto ejemplo de lo que ha sido el espíritu de Amar es para siempre desde sus inicios y también cuando estuvo en La 1. De ahí, que las emociones se sintieran a flor de piel. Y es que tantos años narrando historias en la plaza de los Frutos han provocado esa sensación de familiaridad, cómo si Marcelino, Manolita, Pelayo o cualquiera de sus hijos fuesen un miembro más de las casas de los espectadores.

Escena del último episodio de 'Amar es para siempre'.

Escena del último episodio de 'Amar es para siempre'.

Conscientes de eso, los Gómez Sanabria, con casi 20 años en la pantalla a través de dos series en dos cadenas distintas, bien podrían compararse con los Alcántara de Cuéntame cómo pasó. Lo es por esa última escena con la que la serie reconoce todos estos años en los que Amar ha acompañado al público durante casi dos décadas. Lo hace con la primogénita de la familia, convertida en escritora y cuya primera novela es convertida en serie de televisión.

"Una serie sobre nuestra historia y la de muchas familias"

Tal y como sucedía con Carlos Alcántara, Leonor Gómez Sanabria termina convirtiéndose en la narradora de las historias que ha habido alrededor de la plaza de los Frutos. Lo hace evocando a sus primeras temporadas, a imágenes de archivo que recuerdan a Amar en tiempos revueltos y con claras referencias a sus creadores (Josep Maria Benet, Antonio Onetti y Rodolf Sirera). “Espero que hagan una serie sobre nuestra historia, que la historia de muchas familias”, comenta entre lágrimas Leonor, mientras su madre, Manolita, cierra con un hermoso broche de oro: “yo espero que esa serie sobre sobre lo importante que es amar, que amar es para siempre”.

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Tras ello, una escena en la que se ve a casi toda la familia reunida para ver ese primer episodio de Amar. Tal y como sucedía cuando Carlos se reencontraba con Luis y Josete en la calle principal de San Genaro e iban juntos al descampado mientras se veía la primera cabecera de Cuéntame en una televisión de una tienda de electrodomésticos. En este caso, se muestran a los personajes fundamentales de la ficción diaria de Diagonal, junto con aquellos que pueden estar y llevando en sus corazones a los que no.

Escena del último episodio de 'Amar es para siempre'.

Escena del último episodio de 'Amar es para siempre'.

Un cierra magnífico que termina con unos créditos que muestran a los distintos actores que han sido cantera de Amar. Porque si de algo puede presumir el serial es de haber tenido en su reparto a actores de renombre como Ana Milán, Juanjo Artero, Ana Torrent, Roberto Álvarez, Belén López, Antonio Garrido, Lola Herrera, Jordi Rebellón, Josep Linuesa, Jaime Blanch o Miriam Díaz-Aroca, entre otros muchos grandes.

Se cierra así una etapa en la que el legado de Amar es para siempre sigue más vivo que nunca. Gracias a esta ficción, el concepto de seria diaria se ha revalorizado, convirtiéndose en sinónimo de calidad, pedigrí y cuidado por el detalle. Sin Amar es para siempre, no hubieran existido otras producciones como El secreto de Puente Viejo, Acacias 38 o títulos actuales como La Promesa, La Moderna o la recientemente estrenada Sueños de libertad. Un cierre a la altura de lo que significa Amar.