El programa En boca de todos informó esta mañana de cómo tienen que vivir los vecinos de Arroyo del Fresno, localidad madrileña en la que se ha instalado un asentamiento chabolista. Esto ha desencadenado problemas como el tráfico de drogas, gente consumiendo estupefacientes al lado de niños o atracos a punta de jeringuilla. Nacho Abad era quien daba paso al reportero Miguel Ángel Silva, y explicaba a la audiencia que el equipo del programa había sido recibido, literalmente, a pedradas.

El periodista estaba en un camino que llevaba hasta el poblado de chabolas de Pitis, y al acercarse a unas infraviviendas una persona comenzaba a gritarle. Silva le decía que quería hablar con él, y esa persona le lanzó una piedra. “¿No podemos ni hablar?”, preguntaba, y le respondía que “no”, y añadía “tira para allá”. “Nos tiran piedras, este es el recibimiento en estas narcochabolas”, expresaba el periodista, que pudo hablar con varios vecinos, que contaban cómo la situación es insostenible.

“Acercarse a las chabolas a intentar hablar con ellos es correr un riesgo seguro, me acaban de tirar una piedra, y vamos a alejarnos de aquí para no correr peligro”, seguía narrando el periodista en la pieza, que entonces conectaba en directo con Nacho Abad. Pero la situación no era mucho mejor entonces.

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“Está llamando por teléfono, está avisando a gente. Nacho, disculpa, es que tenemos justo ahora aquí a uno de estos toxicómanos que nos ha increpado, que está llamando por teléfono y está avisando a gente del poblado este, supongo que para que vengan”, decía con evidente nerviosismo. “Cuando vienes a estos sitios casi que asumes que te tiren piedras como estas, como hemos sufrido nosotros esta mañana, porque les molesta que pongamos la cámara, le molesta que enseñamos lo que están haciendo ahí”, añadía, mostrando entonces a cámara una piedra.

El programa incidía entonces en que, a pesar de haber un asentamiento chabolista, se trata de una zona donde se han construido nuevos chalés de un alto precio, cercano al millón de euros. “Nos lo decía un vecino esta mañana: me acabo de venir aquí y es que estoy acojonado literalmente”, describía el reportero, que también habló con un vecino que, por miedo, prefirió no mostrar la cara. “La verdad es que lo que se observa es que cada vez esto va mayor, ¿eh? Cada vez se ve más gente pinchándose y consumiendo drogas”, lamentaba el vecino, aunque también se destacó que en los últimos días había crecido la vigilancia policial. “Al final te acostumbras, y es lo triste de esto, que te tengas que acostumbrar a vivir en esta situación”, añadía el vecino, que cree que “la solución es que venga la policía y que limpie toda esa zona”. Finalmente, por la inseguridad de la situación, Miguel Ángel Silva tuvo que cortar la conexión, volviendo a contar que había una persona llamando a otras por teléfono y desconocía las intenciones.