Luján Argüelles en la presentación de '¿A quién le gusta mi follower?' en el FesTVal.

Luján Argüelles en la presentación de '¿A quién le gusta mi follower?' en el FesTVal.

Bluper TELEVISIÓN

Luján Argüelles: "No se apuesta por los tróspidos en abierto porque Cuatro ya no es Cuatro"

La presentadora está al frente de '¿A quién le gusta mi follower?', el nuevo reality de Netflix que rescata el universo de

8 septiembre, 2022 13:43
Vitoria

Luján Argüelles vuelve al género que le granjeó uno de sus mejores momentos profesionales: el dating show. Al frente de programas como ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, Un príncipe para Corina o Granjero busca esposa, la presentadora se convirtió en referente de un movimiento -el de los tróspidos- que hizo las delicias de los espectadores de una Cuatro de la que ya no queda nada.

Ahora, el mundo tróspido vuelve a la televisión de la mano de Netflix y ¿A quién le gusta mi follower?, un programa que llega de la mano del equipo que dio vida a los mencionados formatos de Cuatro y, como no podía ser de otra manera, con Luján como maestra de ceremonias.

El formato, un dating en el que los influencers Jedet, Jonan Wiergo y Aroyitt buscan pareja para uno de sus seguidores, ha sido presentado en el marco del FesTVal de Vitoria y BLUPER ha podido charlar con la presentadora.

¿Qué tal la experiencia grabando este programa?

Pues un subidón, porque son gente muy vital, con mucho que ofrecer, muy divertida y muy libre. Están entregados a ser ellos mismos y a sus ideales

¿Qué has aprendido del amor y de los influencers en este formato?

Del amor no puedo aprender nada. Puedo aprender cómo se enfrentan ellos a sus situaciones amorosas, a la vida, a su visión de las cosas. Lo que me ha sorprendido y que voy a intentar interiorizar es esa libertad con la que se enfrentan a una relación entre dos personas... o tres.

¿Es muy diferente trabajar para una plataforma y para una televisión en abierto?

Yo he trabajado para la televisión como presentadora. Aquí también estoy trabajando en la parte de producción ejecutiva, de planteamiento de ideas, desarrollo de formatos... Con lo cual ya estás metido en territorios que antes no estabas. En lo que veo que hay una diferencia abismal es en las exigencias de calidad, en los requisitos técnicos... Su discurso ha de ser, visualmente, magia. Creo que eso enriquece mucho el producto.

Luján Argüelles está al frente de '¿A quién le gusta mi follower?'.

Luján Argüelles está al frente de '¿A quién le gusta mi follower?'. Netflix

¿Trabajar para una plataforma hace que estés menos preocupada por las audiencias?

Yo no sé lo que va a pasar, cómo van a medir ni lo que nos van a decir. La audiencia siempre presiona un poco, pero después de 14 años en televisión ya digo "mira, tú tiras el dado y que caiga donde quiera". En la televisión lineal tiene mucho que ver quién te contraprograma, en qué lugar te colocan. A todos nos gusta que a la gente le guste nuestro producto, pero está todo muy condicionado.

'¿A quién le gusta mi follower?' supone la vuelta de los tróspidos a la televisión. ¿Crees que ese tipo de formatos podría funcionar si se volviera a emitir en abierto?

Yo creo que había un canal, que era Cuatro, que es el canal que reventó con los dating y con el mundo tróspido. Ningún otro, porque háblame de un dating que esté en otro canal que no sea Cuatro y que fuese bien... No lo hay. Si hablamos de dating en los últimos diez años en televisión, hablamos de 'Granjero busca esposa', '¿Quién quiere casarse con mi hijo?' o 'Un príncipe para...'.

¿Y por qué crees que no se siguió confiando en esos formatos?

Porque Cuatro, a día de hoy, no es Cuatro.

¿Echas de menos aquel Cuatro?

Yo creo que quien lo echa de menos es la audiencia, porque es la que ya no está.

¿En qué ha cambiado aquella Luján que triunfó con los tróspidos?

Soy la misma, con diez años más, pero en esencia soy la misma. Lo que ocurre es que hay momentos críticos en tu vida como la pandemia, que nos dio mil vueltas a la cabeza. A mí, además, me coincidió con un momento profesional que no me gustaba, con el que yo no me identificaba y no me sentía cómoda ni con fuerzas para nada. Estaba como desencantada y a nivel personal es evidente que tampoco estaba bien, porque después de la pandemia me separé del padre de mi hija. Ahí viví un proceso de crecimiento, de aprender cosas y desaprender otras. Eso me ha colocado en lugar en el que sí siento que la vida es un regalo y que cada día mi obligación es dar lo mejor de mí.