Si hay un actor y director de cine que sabe de concursos de televisión, ese es sin duda Santiago Segura. No solo porque haya participado en tres ediciones de Tu cara me suena (dos de adultos y una con niños), en MasterChef Celebrity, Family Feud o Pasapalabra, formato al que vuelve esta tarde como invitado, junto a David Meca, Andrea Ros y Rosario Pardo. Y es que, como muchos sabrán, antes de ser una importante figura de la industria de nuestro entretenimiento, Santiago Segura empezó en la televisión intentando ganar dinero en concursos, el cual luego invertía en sus primeros cortometrajes.

Corría el año 1990 cuando Santiago probó suerte en un formato que se emitía en la sobremesa de TVE. Hablamos de No te rías que es peor, el cual presentaba Jordi Estadella, y en el que un nutrido grupo de humoristas como el señor Barragán, Pedro Reyes, Paco Aguilar o Marianico El Corto contaban chistes y hacían gracietas, una detrás de otra, intentando que los concursantes se riesen. Cada risa se traduciría en una penalización.

Una de las pruebas estelares de aquella competición era el momento en el que cada uno de los dos contrincantes tenía que hacer reír al otro, y ahí Santiago sacó a la luz todo tipo de utensilios, de unos dientes positivos a unas maracas, para conseguir la victoria. Al final, se fue del plató con 70.000 pesetas de las de entonces en el bolsillo, 420 euros actuales.

Curiosamente, años después, Santiago acabó presentando LOL, si te ríes, pierdes, un concurso con famosos de Amazon Prime Video cuyo espíritu era muy similar al de No te rías que es peor.

En Telecinco, Santiago cambió de registro, y probó suerte para encontrar el amor. Así, participó en 1991 en Viva los novios, un dating show en el que tres solteros/as tenían que conquistar a un pretendiente al que no habían visto, solo a través de un juego de picantes preguntas y respuestas. También concursó en El huevo de Colón, que presentaba Javier Gurruchaga, en 1992.

Santiago Segura en 'Vivan los novios'

En muy poco tiempo, Santiago consiguió hacerse un hueco dentro de la industria del entretenimiento, y comenzó a ejercer de humorista en espacios como El peor programa de la semana, de el Gran Wyoming, en La 2, en 1993. Allí interpretó un amplio abanico de personajes.

Su primer papel recurrente en una serie fue en Tres hijos para mí solo, de Antena 3. Una rareza, prácticamente olvidada, que partía del mismo punto que Médico de familia: un joven viudo tenía que rehacer su vida, con tres hijos a su cargo. Ahí Santiago interpretó a un secuestrador un tanto desastre, que compartía fechorías con un todavía desconocido Antonio de la Torre. Y su primer trabajo como presentador, en un dating show llamado Dobles parejas, también de Antena 3. Desde ahí, el resto es de sobra conocido.