El polifacético Arturo Valls fue uno de los invitados de este martes del programa La noche D, en TVE, el magacín que presenta Eva Soriano, y que en esta ocasión giró alrededor del mundo de la moda. Además, el espacio contó con la participación de Pablo Chiapella y Martina Klein, y la cantante malagueña María Peláe debutó como colaboradora.

En su visita, Arturo promocionó la serie Dos años y un día, ficción que se estrena el próximo 3 de julio en la plataforma ATRESplayer Premium, y en la que interpreta a un famoso y querido actor y presentador que es condenado a cumplir una pena de dos años y un día por un delito de ofensas religiosas por un inocente, pero desafortunado, chiste.

Entre otros temas, Valls habló de uno de los grandes proyectos televisivos de su carrera, el concurso diario Ahora caigo, que permaneció en Antena 3 la friolera de diez años. Un programa que le ha hecho ganarse una gran popularidad al otro lado del charco, pues se emitía en Uruguay, al igual que el programa Me resbala, en el que numerosos actores y humoristas improvisan números cómicos y realizan pruebas de lo más divertidas.

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Ambos formatos le han permitido ganar una gran popularidad en este país, y en ese sentido, recordó cómo hace unos meses participó en la edición uruguaya de Mask Singer, que él presenta en Antena 3. Nada más llegar al país comenzaron a reconocerle, algo que le impactó bastante, y notó el cariño del público el día que perdió su máscara.

Ahora caigo funcionó muy bien en Uruguay, y ahora van a lanzar una edición en este país. Por eso, le han ofrecido acudir para apadrinar el estreno. “Esta mañana me ha llamado mi repre, que han comprado los derechos para hacer la versión uruguaya del Ahora caigo, y me han propuesto irme una semana a hacer algún programa, un especial, y a lo mejor podría volver de alguna manera”, explicó.

En su charla con Soriano, recordó su carrera desde sus orígenes, y cómo dejó la carrera para hacer el programa Caiga quien caiga en Telecinco, donde inició su carrera televisiva. Eso supuso dejar aparcada su carrera de Periodismo cuando ya estaba en el tercer curso, y nunca la terminó. En ese sentido, contó que era una persona joven, que salía bastante, y que lo más habitual es que estuviese en el plató con resaca. Como consecuencia, había guiones que ni siquiera le daba tiempo a mirarse antes de empezar la grabación. “Tenía 23, 24 años, en Madrid... Llegaban los guiones ya en plató, y hacía una lectura trasversal. Yo leía, me equivocaba y Juanra Bonet lo celebraba un montón. Y se creó un personaje, cada vez que me equivocaba la gente lo celebraba”, explicó.