Albarracín.

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El pueblo medieval más bonito de España está en Aragón: "Es un lugar mágico y único en el mundo"

Se trata de un lugar que destaca por sus murallas, sus calles estrechas, sus casas rojizas y su espectacular ubicación en un meandro del río Guadalaviar.

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España está llena de pueblos medievales que han sabido conservar su encanto histórico, con calles empedradas, castillos, murallas y casas de piedra que nos transportan a otra época.

Son muchos los pueblos medievales increíbles repartidos por la Península Ibérica. Sin embargo, muchos consideran que Albarracín (Teruel, Aragón) es el pueblo medieval más bonito de España. De hecho, ha sido elegido en varias ocasiones como uno de los destinos más encantadores del país.

Sus murallas, calles estrechas, casas rojizas y su espectacular ubicación en un meandro del río Guadalaviar lo convierten en un lugar mágico, casi de cuento. De hecho, para muchos, es un lugar único en el mundo.

Son muchos los pueblos medievales que compiten por el título del pueblo medieval más bonito de España, como Besalú (Girona), Santillana del Mar (Cantabria) o Pedraza (Segovia), cada uno con su propio encanto medieval. Sin embargo, Albarracín es considerado por muchos como el más bello.

Albarracín, en la provincia de Teruel, Aragón, es considerado uno de los pueblos más bonitos de España. Su apariencia medieval, con calles empedradas, casas de color rojizo y una impresionante muralla que lo rodea, lo convierten en un destino único, como sacado de un cuento.

Cabe destacar que, actualmente su término municipal cuenta con una población de 1.002 habitantes (según el INE 2024). Además, fue declarado Monumento Nacional en 1961 y recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 1996. Asimismo, la Unesco lo ha propuesto para ser reconocido como Patrimonio de la Humanidad.

Uno de los grandes atractivos de Albarracín tiene que ver con que el casco histórico está asentado en las laderas de una montaña, casi completamente rodeado por el río Guadalaviar. Al norte limita con la sierra de Albarracín, mientras que al sur se extienden los montes Universales. Dentro de su término municipal se encuentra parte del Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno.

Además, Albarracín tiene un pasado fascinante. Durante la Edad Media, fue una importante plaza defensiva y llegó a ser capital de un reino de taifas en el siglo XI. Más tarde, pasó a formar parte del Reino de Aragón, pero mantuvo cierta independencia hasta el siglo XIV. Esta mezcla de influencias árabes y cristianas es visible en su arquitectura y urbanismo.

Y más allá del casco histórico, son muchos los lugares de Albarracín que no te puedes perder. Entre ellos, la Catedral del Salvador, ubicada junto al castillo, data del siglo XVI y presenta una única nave con capillas a los lados. Su museo alberga una destacada colección de tapices flamencos que narran la historia de Gedeón.

También el Alcázar de Albarracín, situado en el casco histórico, ha sido recientemente restaurado y preparado para su visita. Entre 2004 y 2006 se llevaron a cabo excavaciones arqueológicas y se rehabilitaron sus estructuras. Aunque mantiene un robusto recinto amurallado, en su interior se encuentra un interesante yacimiento arqueológico de la época medieval.

Tampoco te puedes perder el Palacio Episcopal, ubicado junto a la catedral, presenta una portada de estilo barroco. Igualmente, la Casa Consistorial se sitúa en la plaza del Ayuntamiento; es un edificio del siglo XVI con balcones de madera y un corredor que se extiende sobre el río. Y como no, la Casa de la Julianeta, una construcción de estilo popular, se encuentra en el Portal de Molina.

Asimismo, las murallas de Albarracín, construidas en el siglo XIV, son de origen cristiano, así como la Torre del Andador, de origen musulmán de los siglos X y XI, está reforzada con un pequeño recinto rectangular, la Torre de doña Blanca, similar a la del Andador, se encuentra en el extremo del espolón, y la Torre de la Muela, que ya no existe, era parecida a las anteriores y se ubicaba al otro lado del río.

Igualmente, en Albarracín se puede disfrutar de una cocina típica aragonesa, con platos como: ternasco de Aragón (cordero asado), migas aragonesas, jamón de Terue, trucha del río Guadalaviar y queso de Albarracín, uno de los mejores de España.

Sin duda, Albarracín es una joya medieval perfecta para una escapada. Su conservación, su entorno natural y su historia lo convierten en un destino imprescindible. Además, al estar cerca de Teruel, se puede combinar la visita con la capital, famosa por su arte mudéjar.