Nieves Gil, alpinista aragonesa.

Nieves Gil, alpinista aragonesa.

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Nieves Gil, la aragonesa que conquista cumbres por todo el mundo: "Si surge un problema, hay que tener mente fría"

La oscense formó parte de la primera cordada femenina española en ascender por la cara norte a la cima del Eiger, en los Alpes, además de otros hitos.

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Zaragoza
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La pasión de Nieves Gil (Huesca, 1991) es inagotable. Criada entre las montañas de Hecho, con su madre como referente, esta aragonesa no sabe vivir sin respirar el aire puro de la naturaleza ni sin la adrenalina de las alturas o la emoción de cada nueva aventura.

A sus 33 años, la alpinista y escaladora oscense puede presumir de haber conquistado algunas de las cumbres más prestigiosas del planeta Tierra, pero esa lista de cordilleras todavía espera sumar nuevos hitos.

En el año 2018, Nieves Gil entró al Equipo Español de Alpinismo Femenino de la Federación de Deportes de Montaña y Escalada (Fedme), donde se formó hasta 2021. Desde entonces, compaginando su labor como Agente de Protección de la Naturaleza en el Pirineo, ha ampliado fronteras y subido la exigencia de sus expediciones.

Cada año busca nuevos y grandes retos. En 2021 viajó hasta el Himalaya nepalí y abrió una vía en el monte Chekigo, en 2022 fue al Eiger (primera cordada femenina española), al Parque Nacional de Yosemite para escalar la Salathé y al Zanskar (en el Himalaya Hindú).

Ya en 2023 acudió a la Patagonia y escaló con su compañera Lucía Guichot la 'Supercanaleta' en el monte Fitz Roy. En 2024 se apuntó las Torres del Trango y la Eternal Flame en Pakistán, además de intentar ascender el Cerro Torre en la Patagonia. Ahora, este 2025, Nieves viajará hasta Perú con sus compañeras y amigas, Lucía y Laia.

Nieves Gil en una de sus expediciones.

Nieves Gil en una de sus expediciones.

“Queremos ir en agosto a la Cordillera Blanca. Cuando vas a un viaje de estos, nunca sabes lo que vas a hacer, porque depende de las condiciones y de cómo esté el monte. Pero tenemos claro que nos gustaría hacer alpinismo, porque hay montañas de 7.000 metros de altitud, y otras que no hemos escalado. Hay muchas posibilidades de abrir nuevas rutas”, analiza la chesa con emoción.

Nieves Gil trabaja actualmente en Ainsa y, aunque le gusta su profesión y tiene ganas de hacer vida en la zona, descuenta los días para este nuevo viaje, para el que ha tenido que pedir un mes sin sueldo.

“Tengo la gran ventaja de que puedo pedir un mes sin sueldo, que me tienen que aprobar, fuera de los días que me corresponden de vacaciones. Puedo pedir tres meses cada dos años, la gente no lo suele pedir porque no cobras, pero a mí no me importa, prefiero el tiempo. Me compensa”, explica Nieves Gil demostrando su gran amor por las montañas.

Es algo que me llena tanto que nunca he dudado

Nieves Gil, alpinista aragonesa

Una motivación que no necesita avivar porque va dentro de sus genes: “Es algo que me llena tanto que nunca he dudado, no he necesitado hacer nada para mantener la pasión. Me encanta descubrir sitios nuevos, escalar, es algo que está dentro de mí”. 

En ese sentido, la protagonista considera que, en mayor o menos medida, “Creo que tampoco hay que pensar mucho en el futuro, sino en el ahora. Ahora me gusta, estoy a gusto, pues adelante, ya se verá”.

Mente fría y confianza

A pesar de su juventud, Nieves Gil demuestra una madurez en sus palabras perfectamente nutrida por su extensa experiencia. A su modo de ver, la confianza en uno mismo “es la base de todo” y cuando llega un momento de desequilibrio o adversidad, se necesita “mente fría”, no dudar y afrontarlo. “Quejándote no vas a llegar a ningún sitio”, resume.

“Si llegas a un extremo que ves que no lo puedes solucionar, te das la vuelta si puedes. Y si no puedes hacer nada, pues tocará aceptarlo”, defiende con seguridad.

Recordando los momentos de mayor riesgo, confiesa que su mayor reto fue el Fitz Roy: “Era la primera aventura más grande que hicimos Lucía y yo. Nadie había hecho la vía esa temporada, no sabíamos en qué condiciones estaba y no había nadie alrededor. Había muerto ahí una nuestra amiga y era especial. Dimos un paso para coger confianza y para sentirnos más alpinistas”.

Aventurera, luchadora, guerrera y perseverante, Nieves Gil es una digna referente en el alpinismo femenino español. Sin embargo, cuando tiene que hablar de su ejemplo a seguir, no tiene dudas, su madre. “Arrasó con todo. Se fue de Zaragoza a vivir a un pueblo del Pirineo. Ha hecho maratones, ha hecho ultras, ha hecho lo que ha querido, muchas cosas innovadoras para su época”, manifiesta con mucho orgullo y siguiendo sus pasos.