Zaragoza honra al pueblo gitano en el 600 aniversario de su llegada a la Península

El tiempo no borra la memoria de quienes han luchado por la dignidad y la justicia. Este martes, 8 de abril, seis siglos después de que el Pueblo Gitano pisara por primera vez tierras peninsulares, Zaragoza ha rendido homenaje a su historia, su cultura y su incansable defensa de los derechos humanos.

En el Día Internacional del Pueblo Gitano, la capital aragonesa ha querido tejer un puente entre pasado y presente. La jornada ha comenzado esta mañana en la casa Consistorial, con un acto institucional presidido por la alcaldesa, Natalia Chueca, acompañada por la consejera municipal de Políticas Sociales, Marian Orós, la consejera de Bienestar Social y Familia del Gobierno de Aragón, Carmen Susín, y la representante del colectivo gitano, Esther Jiménez, quien ha leído el manifiesto en nombre de las entidades gitanas de Aragón: la Federación de Asociaciones Gitanas, la Asociación de Promoción Gitana, AMIGA y la Fundación Secretariado Gitano.

Durante su intervención, la alcaldesa ha subrayado el valor del pueblo gitano como símbolo de resistencia. "Los derechos fundamentales son la base de una sociedad justa y equitativa, y son la bandera que el pueblo gitano ha levantado con valentía y determinación", ha expresado Chueca.

Figuras emblemáticas

La alcaldesa también ha recordado figuras emblemáticas como Pilar Clavería, la querida Tía Rona, "una mujer valiente que dedicó su vida a la defensa de la igualdad" y cuyo legado continúa vivo en Zaragoza, donde una calle del barrio Oliver lleva su nombre y fue reconocida como Zaragozana Ejemplar a título póstumo. "Hoy seguimos viendo cómo muchas personas de vuestra comunidad enriquecen nuestra ciudad y nuestra cultura", ha concluido.

El acto ha finalizado con una sentida interpretación del himno gitano, 'Gelem Gelem', acompañado por guitarra y cajón flamenco, llenando el Salón de Recepciones del Ayuntamiento con la emoción de siglos de historia.

El momento más simbólico del día llegará esta tarde, a las 18.00, cuando el Puente de Hierro se convierta en escenario de la ceremonia del río. Como se hace en otros rincones del mundo, gitanos y gitanas lanzarán claveles al Ebro, en memoria de todas las discriminaciones sufridas a lo largo de los siglos. Un gesto silencioso, poético y poderoso, que convierte el agua en testigo y cómplice de una memoria colectiva que se niega al olvido.

600 aniversario

Este 2025 se cumple el 600 aniversario de la llegada del Pueblo Gitano a la Península Ibérica, recogido en el salvoconducto firmado en Zaragoza el 12 de enero de 1425 por el rey Alfonso V el Magnánimo. En él se autorizaba a Don Juan de Egipto el menor y a su grupo a peregrinar libremente hacia Santiago de Compostela. Ese documento no sólo es una prueba histórica: es el punto de partida de una convivencia que ha dejado una huella profunda en la cultura, la música y la vida de esta tierra.

Para conmemorar esta efeméride, el Centro Cívico Estación del Norte acogerá a partir de las 19.00 una jornada cultural organizada por las entidades gitanas junto a la Casa de las Culturas. El programa incluye:

• 19.00 – Undivel Te Dikele, interpretación musical a cargo de niñas y niños gitanos.

• 19.15 – Proyección del audiovisual 600 años de una historia compartida: El buen Rey.

• 19.30 – Presentación del cómic Pueblo gitano: una historia por conocer.

• 19.45 – Espectáculo flamenco con la bailaora Amor Sánchez, bajo el nombre artístico AMOR.

Como cierre de esta conmemoración, tres enclaves de la ciudad —las fuentes de la Hispanidad, la plaza de España y el Parque Grande José Antonio Labordeta— se iluminarán con los colores de la bandera gitana, azul cielo y verde tierra, coronada por una rueda roja, símbolo de libertad y camino.

Además, desde el 7 y hasta el 16 de abril, la Casa de las Culturas y la Solidaridad (calle Palafox, 29) acoge la exposición '600 años de historia compartida', que ofrece un recorrido visual y pedagógico por los momentos clave del pueblo gitano en España. Una oportunidad única para descubrir una historia a menudo silenciada, pero siempre presente.