
Imagen de Azuara este sábado.
El director de la Aemet en Aragón defiende los avisos en la tormenta: “El nivel naranja cubrió lo que ocurrió”
La Aemet lanzó un primer aviso amarillo el jueves, que se actualizó el viernes a naranja.
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“El aviso naranja cubrió lo que ocurrió”. Con estas palabras, el director de la Aemet en Aragón, Arcadio Blasco, ha defendido la previsión que lanzó el organismo estatal antes de las tormentas del pasado viernes, que azotaron a una docena de localidades de la comarca Campo de Belchite.
Según ha explicado, el jueves por la mañana ya se lanzó un aviso amarillo por tormentas y granizo que se actualizó a naranja el propio viernes, a las 8:49, por “tormentas muy fuertes”.
Esa alerta naranja, ha desgranado Blasco, supone tormentas “con extraordinario aparato eléctrico, acompañadas de precipitaciones muy fuertes o torrenciales y/o rachas máximas de viento muy fuertes, huracanadas, o granizo de dos centímetros”. Ello, insiste, fue “lo que ocurrió”.
En concreto, según los datos de la Aemet, cayeron hasta 90 litros/metro cuadrado, aunque hay estimaciones a través del radar que elevan la acumulación de lluvia hasta los 180. “No se trató de una situación de lluvias torrenciales generalizadas, sino un fenómeno local. Había un aviso naranja, que tiene su implicación, con precipitaciones muy fuertes y torrenciales”, ha remarcado.
A su juicio, el aviso rojo, el más elevado, implica “un nivel de daños contra vidas y bienes todavía más elevado” que el que sucedió el pasado viernes en Zaragoza. “Son tormentas muy fuertes que por características excepcionales puedan tener un impacto muy alto”, ha explicado.
Además, sostiene que no es necesario cambiar los protocolos de avisos. “La situación estaba prevista, precipitaciones localmente muy fuertes o torrenciales. La situación está incluida. La implicación de torrencial es una lluvia en muy poco tiempo y muy elevada”, ha incidido.