Alicante

Que debamos tener unos hábitos de consumo sanos y una alimentación variada y saludable lo llevamos oyendo toda la vida. Los frutos secos, al igual que la fruta, la verdura, las legumbres y las proteínas, son indispensables para crear una alimentación variada y equilibrada. Sin embargo, son conocidos por tener un alto porcentaje en grasa. En este sentido, la profesora de Nutrición y Bromatología de la Universidad Miguel Hernández de Elche, Ana Belén Ropero, enfatiza sobre la "exepción" de los frutos secos, el que no lleva tanta grasa y se puede consumir sin miedo a engordar: la castaña.

Conocido por contener grandes cantidades de minerales y de fibra, este fruto seco típico de esta temporada otoñal es además muy versátil y se puede cocinar de múltiples formas como en forma de cremas, purés, acompañando carnes y guisos, y hasta en repostería. A diferencia de otros frutos secos como las avellanas, nueces, almendras y cacahuetes, famosos por su alto valor calórico, la castaña tan sólo cuenta con menos de 200 kcal por cada 100 gramos.

La profesora de nutrición de la UMH, afirma que, a la hora de recomendar qué tipo de frutos secos consumir este otoño, la castaña sería "una buena recomendación", por su bajo contenido en grasa y "su alto contenido en minerales, fibras y vitaminas como la B1, B9 y E". 

No existen frutos secos milagrosos

Aunque contienen grandes cantidades de grasa, están demostrados científicamente los múltiples beneficios de los frutos secos en nuestra salud. Sin embargo, acostumbrados a oír hablar de "alimentos milagrosos", podemos llegar a pensar erróneamente que existen determinados tipos de frutos secos que nos van a cambiar la vida o nos van a solucionar por arte de magia algún problema de salud.

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La profesora advierte, en este sentido, sobre el peligro de difundir este tipo de "afirmaciones falsas". Cada fruto seco tiene sus propiedades propias y aporta algo concreto a nuestra salud, pero "no existe ninguno" que nos solucione determinado problema o una condición física específica. "Se trata de un equilibrio. Está demostrado de que un puñado de 25-30 gramos al día de frutos secos contribuye a rebajar la mortalidad, sin embargo, al igual que todos los alimentos, no existe un fruto seco milagroso", destaca la experta.

Lo menos recomendable

Los frutos secos son conocidos por contener un alto contenido en grasa "saludable", fibras, minerales y vitaminas. Unas propiedades que pueden variar según la forma en la que se procesan. "Hay que priorizar la mezcla de distintos frutos secos y que estos sean siempre al natural", asegura la profesora, advirtiendo de que "al añadirles sal, aceite o azúcar, se pueden aniquilar sus propiedades".

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Sobre qué frutos secos priorizar, la profesora hace hincapié en la importancia de mezclar "todo tipo de frutos secos" para aprovechar las propiedades de cada uno de ellos. Una mezcla "de entre 25 y 30 gramos" que se consuma preferiblemente en las primeras horas del día, evitando su ingesta en las horas previas a la noche por su alto contenido en grasa y la difícil digestión de esta última.