Alicante

En internet, aparecen más de 79 millones de resultados con información sobre cómo "perder peso”, y la primavera es una de las estaciones que más anima a la gente a llevar a cabo dietas hipocalóricas o pobres en calorías. Las dietas 'milagro' son aquellas que prometen perder gran cantidad de peso, con poco esfuerzo y en muy poco tiempo, a veces incluso en días, y siempre han gozado de gran popularidad.

Los milagros no existen

Quién no ha oído hablar alguna vez de dietas como la de la alcachofa, la piña, el limón, u otras más polémicas y actuales: la dieta paleo, el ayuno intermitente o la dieta Keto. Si hay algo que tienen en común la mayoría de peresonas que realizan este tipo de dietas es que quieren perder peso en un tiempo récord y sin apenas esfuerzo. Aunque lo del esfuerzo es relativo, ya que a más de uno se le atragantará la piña después de comerla tres días seguidos.

La dieta cetogénica o Keto, como algunos la conocen, consiste en llevar una alimentación baja en hidratos de carbono. Se llama así porque ante la falta de hidratos, el cuerpo utiliza la grasa para la fabricación de cuerpos cetónicos. Los hidratos de carbono son la base de la alimentación, ya que el cuerpo los necesita para obtener energía, y así realizar las actividades cotidianas con normalidad.

Pero cuando no hay hidratos de carbono suficientes para mantener los sistemas metabólicos, el organismo tiene que actuar por otras vías. En este caso, las grasas. El problema es que el cerebro del ser humano solo funciona correctamente con glucosa.

Según el estudio Low-carbohydrate ketogenic diets in body weight control, publicado por la Universidad de Fribourg, Suiza; llevar una dieta reducida en hidratos de carbono tiene consecuencias muy negativas para la salud. Algunos de los síntomas, a corto plazo, son: fatiga crónica, náuseas, dolor de cabeza, pérdida de pelo, menor rendimiento físico, palpitaciones en el corazón, calambres en las piernas, boca seca, mal aliento, gota o estreñimiento.

Adelgazar de forma responsable

El cuerpo de una persona no entiende que esta quiera adelgazar para sentirse más guapa, sino que lo que el organismo intenta es mantener su peso. Según Ana Belén Ropero, profesora de Nutrición de la Universidad Miguel Hernández de Elche y codirectora de la web de alimentación BADALI, para que la pérdida de peso pueda funcionar debe hacerse de forma gradual y progresiva.

La persona que la realiza debe aprender a comer correctamente y practicar ejercicio físico. “En algunas ocasiones queremos ir tan rápido que, lo que perdemos en este tipo de dietas no es grasa, sino agua y masa muscular”, advierte Ropero.

Antes de empezar una dieta para perder peso, uno tiene que detenerse a pensar en las razones que le llevan a hacerlo. Si se debe a una cuestión estética o de salud. El siguiente paso debería ser acudir a un dietista-nutricionista para que estudie el caso de forma personalizada y pueda ayudar teniendo en cuenta las preferencias, objetivos, necesidades y la salud de cada individuo.

Una dieta equilibrada contiene gran cantidad de frutas y verduras, cereales, patatas y leguminosas. La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) propone en su 'Guía para la Alimentación Saludable', consumir de cuatro a seis raciones diarias de cereales, patatas y leguminosas. En cuanto al grupo formado por frutas, verduras y hortalizas, las recomendaciones son de al menos cinco raciones al día. Asimismo, añade, de dos a tres raciones de lácteos.

“Hay que comer mucha verdura, no la verdura que pones en un ladito del plato y que después nadie se come”, recalca Ana Belén Ropero.

La SENC recomienda que el consumo de carne blanca, legumbres, pescado y huevos sea de tres a cuatro veces por semana. Hay otros alimentos como los ultraprocesados, los refrescos o el alcohol que aunque están incluidos en muchas pirámides nutricionales bajo la premisa “alimentos opcionales y de consumo ocasional”, su consumo está totalmente desaconsejado por los expertos.

En definitiva, perder peso rápidamente es más sencillo de lo que parece. Lo realmente complicado es hacerlo bien, de forma sana, y mantener ese cambio en el tiempo. Lo mejor es hacerlo con ayuda de un especialista, incorporando hábitos saludables y practicando ejercicio físico. 

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