Alicante

"La vida de la ciudad ha crecido en torno a sus mercados", afirma el presidente de los cuatro mercados municipales de Alicante (Babel, Benalúa, Carolinas y Central). El además propietario de Frutas Cachi representa la cuarta generación de una familia que empezó vendiendo frutas y verduras en uno de los antiguos centros del comercio de la ciudad, la Puerta del Mar.

Desde que abrió sus puertas oficialmente en noviembre de 1922, miles de comerciantes han pasado por allí. Claro que muchas de esas personas que 'probaron suerte' como venderos en las inmediaciones de la Plaza del 25 de Mayo ya no están, pero sus descendientes han ido tomando el relevo y hay puestos con una antigüedad de tres, cuatro, cinco y hasta sexta generación. 

Servicio de panadería, charcutería, congelados, pescados, frutos secos, hostelería... y así hasta completar la oferta de más de 200 puestos que conforman la oferta del Mercado Central. De ellos, 131 pertenecen a la Asociación de Comerciantes de los Mercados Municipales de Alicante que en pocos días celebra su 44 aniversario. El representante de la cuarta generación de los 'Cachi' destaca la importancia del asociacionismo como "motor de cambio" para los comerciantes, "sobre todo ahora que cada vez hay más supermercados y grandes cadenas que venden por internet". 

Principales diferencias

La calidad de los alimentos adquiridos en el comercio de proximidad es algo, en la mayoría de los casos, indiscutible. En cuanto a los productos del Mercado Central, casi todos provienen de España. Y la Vega Baja, el campo de Elche o La Marina Alta son los proveedores oficiales. Esto permite que el consumidor tenga "encima de la mesa" el producto al día siguiente de ser recogido por el agricultor. Lo que ahora se conoce como producto de 'kilómetro cero' es algo que siempre se ha hecho en los mercados de las ciudades. "Los productos tienen que recorrer muchos menos kilómetros para llegar al Mercado Central, generando cero residuos", destaca el presidente. 

Durante el confinamiento, la etapa más dura de la pandemia, los alicantinos se vieron obligados a realizar las compras en los comercios locales. Alemañ explica que en ese momento mucha gente "acabó descubriendo a qué sabe el tomate".

La cercanía con el cliente es otro de los puntos fuertes de los mercados. Los puestos no son un mero escaparate para servirse, sino que detrás hay "profesionales que conocen muy bien los productos y su procedencia". Por lo que, los vendedores acaban aconsejando a los clientes qué deben llevarse para cada ocasión. Hay quien se acerca hasta allí "pidiendo recetas" para cocinar un alimento concreto, cuenta Beatriz Sánchez, técnica de la Asociación de Comerciantes en Mercados Municipales de Alicante. 

Algunas personas realizando su compra en el Mercado Central de Alicante.

¿Por qué elige comprar aquí?, pregunta El Español de Alicante a María, una mujer de 87 años que observa curiosa el género del Cachi. "Yo siempre compro de aquí porque me gusta. Vive en la calle Castaños y una vez por semana sube hasta la avenida de Alfonso el Sabio para llevarse un poco de todo (calabacines, pimientos, plátanos, naranjas...). "Me suelo gastar unos 30 o 35 euros", explica. 

Sexta generación

Paco Alemañ no es el único comerciante que ha heredado el negocio familiar. Yolanda Segarra, de 'Huevos Julio y Yolanda' heredó el puesto de sus padres y es tercera generación porque sus abuelos también se dedicaban a la venta. La mayoría de los huevos de Yolanda son de gallinas de una fabrica de Algemesí (Valencia). Ella, con gusto, explica cómo diferenciar su procedencia a través del código. "Hay de todo tipo, desde huevos provenientes de gallinas criadas en jaulas hasta ecológicos", cuenta. 

Yolanda Segarra, con una foto del antiguo puesto de sus padres en Mercado Central. Andrea Reinosa

 

En el recorrido por el Mercado Central, nos encontramos a Pascual Bay, un carnicero jubilado. Él ha pasado el testigo a su hijo y su nieto, Sergio y Andy, que ya van por la sexta generación de comerciantes. "He estado aquí casi 60 años. Mis padres, abuelos y bisabuelos ya se dedicaban a esto", relata. 

Paco Pastor, más conocido como 'Esquena', es el propietario de uno de los puestos de pescado. Él, que también tiene arraigada la venta desde muy pequeño, destaca la proximidad de sus productos, que provienen en su mayoría de Villajoyosa. "Fomentamos lo que es de aquí a un precio menor porque no tengo intermediarios", destaca que tiene precios para todos los bolsillos.

David Jiménez, de la carnicería 'Hermanos Campana', o Juan Lloret, el propietario de la charcutería que hay situada en el puesto número 98 son solo algunos ejemplos de cómo el negocio de las ventas ha pasado de generación en generación apostando por el comercio local y dando de comer a miles de alicantinos que se acercan todos los días hasta el Mercado Central. 

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