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En el corazón de San Vicente del Raspeig, una piscina se ha convertido en un espacio de vida, movimiento y esperanza.

Allí trabaja Paloma López Escribano, fisioterapeuta, presidenta y coordinadora de la Unidad de Terapia Acuática de la Asociación de padres y niños especiales de Alicante (APNEA).

Esta iniciativa pionera en la provincia de Alicante transforma la rehabilitación en una experiencia de encuentro y bienestar.

Hace cuatro años, la unidad fue una de las beneficiarias del proyecto solidario impulsado por Vectalia en su tradicional Bienvenida a la Navidad

Nos faltaban 24.000 euros para poder terminar las obras y poner en marcha la piscina”, cuenta López Escribano con una mezcla de gratitud y orgullo.

“Gracias a esa recaudación de 21.750 euros pudimos comprar el sistema de calentamiento del agua y la máquina de desinfección ultravioleta, que era indispensable para garantizar la seguridad de nuestros pacientes”, asegura.

Piscina pionera

La piscina, con el agua siempre a unos 33 o 34 grados, permite realizar sesiones adaptadas a personas con discapacidad, daño cerebral adquirido o procesos de rehabilitación tras accidentes o ictus.

Las sesiones se realizan siempre en grupos muy reducidos: dos terapeutas por cada dos pacientes, una fórmula que permite una atención individualizada y humana.

Pero más allá de la técnica, la unidad tiene un enfoque comunitario, comparte su espacio con asociaciones locales, desde entidades de daño cerebral hasta grupos de mujeres que han superado un cáncer de mama.

“Creemos en trabajar en red. La instalación está abierta a asociaciones que lo necesiten, porque el agua nos une a todos”, explica López Escribano.

Actualmente, unas cuarenta personas disfrutan semanalmente de las sesiones en la piscina, aunque en total son más de un centenar las que han pasado por la unidad.

Además, el equipo ha abierto grupos de desarrollo infantil para bebés sin patologías, una iniciativa que, según Paloma, “nos ayuda a mantener la referencia del desarrollo normal, y también sirve para construir espacios inclusivos donde las familias comparten distintas realidades”.

En Alicante hay pocas instalaciones de este tipo. “Como unidad de terapia acuática, con nuestro concepto de trabajo interdisciplinar, somos únicos”, asegura la terapeuta.

Cuando se le pregunta qué siente al mirar atrás, recuerda aquellos meses de incertidumbre antes de recibir la ayuda económica: “Si no hubiéramos tenido esa recaudación, habríamos tenido que esperar muchísimo para empezar. Pero el apoyo de Vectalia llegó en el momento justo. Nos permitió abrir la unidad y empezar a trabajar. Fue un impulso decisivo”.