Alicante
Publicada
Actualizada

En las aulas de la Escuela Oficial de Idiomas (EOI) de Torrevieja, los profesores de español para extranjeros asumen una responsabilidad que va mucho más allá de la enseñanza del idioma.

Actuando muchas veces como primer contacto, acompañan a los recién llegados en su integración y se convierten en un nexo vital entre su mundo anterior y la sociedad española.

Es el caso de Raquel Cabezas, profesora en la EOI. "En los niveles bajos, especialmente en A1, los alumnos llegan a clase con mucho miedo. Para muchos, somos el único contacto real que tienen con el idioma y la cultura; nos convertimos en una referencia, casi como una familia", explica.

Cabezal imparte clase a los niveles A2 y B2, además de práctica oral, una clase en la que los alumnos aprenden sobre cultura y costumbres españolas.

125 nacionalidades

El aula de Raquel es un microcosmos de la Torrevieja actual: estudiantes de 125 nacionalidades distintas, siendo mayoría ucranianos y rusos, pero también tailandeses, filipinos, británicos, iraníes o alemanes.

Muchos de estos alumnos llegan solos, a menudo dejando atrás familias rotas por conflictos o migraciones forzadas.

Algunos apenas entienden una palabra, otros tienen ya cierto bagaje, pero no pueden acceder al nivel correspondiente porque los recortes han colapsado los cursos intermedios y superiores.

Puente de integración

Raquel describe cómo su papel y el de sus compañeros supera lo puramente académico: escucha historias de refugiados, ayuda a madres y padres a entender el sistema educativo de sus hijos, y, sobre todo, traduce los códigos culturales de la vida cotidiana española.

Son frecuentes los momentos de revelación en clase.

"Explicando una costumbre, una alumna cae en la cuenta de por qué su suegra actúa de cierta manera. Muchos de quienes llevan tiempo aquí siguen sorprendidos por detalles culturales, porque la integración es un proceso largo y profundo", asegura su compañera Patricia de la Cavada Fernández Coronado, otra profesora de español.

La escuela es también un punto de partida: lo aprendido en el aula se transmite luego a través de redes sociales, familiares y comunidades de compatriotas.

De este modo, la labor de profesores como Raquel y sus compañeros acaba multiplicándose fuera de clase, extendiendo la comprensión y la convivencia a todo Torrevieja.

Un derecho básico

La comunidad educativa denuncia que la precariedad, los recortes y la saturación suponen un obstáculo añadido para la integración.

"Pierdes muy buenos profesionales formados que no pueden homologar sus títulos, y a refugiados a los que ni siquiera se les garantiza el aprendizaje básico del idioma, pese a que es un derecho elemental y necesario para vivir dignamente", señalan desde el claustro.

A pesar del escaso reconocimiento exterior y de la falta de apoyo institucional, las aulas de la EOI de Torrevieja siguen siendo, para cientos de personas, el primer espacio de acogida real en España.

Profesores como Raquel, Patricia, Manuel, María y Elisa desempeñan, cada día, la tarea invisible de acercar culturas, mediar en conflictos y ayudar a comprender una nueva vida.

"Somos el lazo que une dos mundos. A veces, el único referente que tienen", concluye Raquel.