La Comunidad Valenciana sigue aumentando su población. En el primer semestre de este año ha crecido un 0,44 por ciento más hasta alcanzar los 5.270.802 habitantes. Sin embargo, algunos de sus municipios, sobre todo los del interior rural, siguen notando los efectos de la despoblación. 

En ellos nos centramos en esta ocasión para señalar los conocidos como "pueblos fantasmas" que, ya sea históricamente o en las últimas décadas, se han quedado con una población exigua por debajo de los 50 habitantes censados. 

El último padrón del Instituto Nacional de Estadística (INE), que recoge datos del censo a 1 de enero de 2022, refleja cuáles son los pueblos más despoblados de la Comunidad Valenciana. Estos son: 

[El potencial de la "Alicante despoblada": 100.000 personas viven en municipios de menos de 5.000 habitantes]

Castell de Cabres

Castell de Cabres es conocida en los últimos años por ser la localidad más despoblada de la autonomía. Situada al noroeste de Castellón, cuenta con una resistencia de tan solo 22 vecinos, 12 hombres y 8 mujeres para una superficie de 30 kilómetros cuadrados.

Sus habitantes no han variado en los últimos 30 años, pero sí anteriormente. En 1910 llegaron al pico poblacional más alto que se recuerda, 489 personas y luego, sobre todo a raíz del desarrollismo de la década de los 50, comenzó la sangría cuando muchos de ellos optaron por marchar a tierras más prosperas. 

Famorca

De Castellón saltamos a Alicante provincia, en cuya comarca de Condado de Cocentaina se esconde, literalmente, un minúsculo municipio de menos de 10 kilómetros cuadrados. Como Castell de Cabres, Famorca tuvo su techo poblacional en 1910: 307 habitantes y, desde entonces, no ha habido década que no haya perdido vecinos en su censo hasta el último oficial: 45 personas. 

Fuente la Reina

Volvemos a Castellón y subimos hasta la sierra de Montalgrao, a unos mil metros de altitud, donde prácticamente cuelgan las pocas casas de Fuente la Reina, cuyo suelo municipal únicamente consta de 7 kilómetros cuadrados y su población ha pasado de casi 600 habitantes hace un siglo a 49 en la actualidad. Uno de ellos, Gonzalo Moliner Tamborero, ha sido hasta la fecha el vecino más popular: llegó a ser presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial hace una década.  

Higueras

Vamos ahora a la sierra de Espadán, al sur de Castellón, donde descansa una población de casi 12 kilómetros cuadrados y 49 habitantes, cuando hace un siglo eran casi 300 vecinos y vecinas. Como anécdota, siempre ha estado gobernada por el PP; su última alcaldesa, Mercedes Gimeno, suma ya tres mandatos seguidos. 

Palanques

Seguimos en la provincia de Castellón, aunque prácticamente rozando con Aragón. Palanques es un pueblo a casi 700 metros de altura, de 14 kilómetros cuadrados y de 36 habitantes, 23 hombres y 15 mujeres. El pico lo alcanzaron en 1887 con 425 habitantes y el suelo en el año 2000 con solo 21. 

Sempere

El segundo pueblo más deshabitado está en la provincia de Valencia, en la comarca del Valle de Albaida. Con apenas 4 kilómetros cuadrados de superficie, únicamente tiene a 26 semperinos censados, 15 hombres y 11 mujeres. Conocido en el pasado por su habilidad alfarera, hace 30 años eran el doble y su Ayuntamiento ha estado gobernado ininterrumpidamente por el PSOE desde 1979 (por dos alcaldes y una alcaldesa). 

Tollos

Repetimos en la comarca alicantina de Condado de Cocentaina para descubrir Tollos, en el valle del río Seta 37 a casi 800 metros de altitud. Sin ningún vecino tras la expulsión de los moriscos en 1609, su repoblación fue a cuentagotas, alcanzando en 1860 el pico de 354 habitantes.

[Pueblos casi sin almas (pero con mucho espíritu), estos son los más deshabitados de la provincia de Alicante]

Pero, de nuevo, el desarrollismo de los años 60 del siglo pasado devolvió a Tollos a la realidad y su censo no ha dejado de caer hasta sus 37 vecinos y vecinas. Si no ha terminado de caer del todo es gracias a la creación de una residencia de ancianos (se acaban empadronando allí). 

Villores

Casi entrando en Aragón, en la provincia de Castellón, encontramos el último pueblo con menos de 50 habitantes. A principios del siglo XX fueron 550 personas y ahora quedan 46, 26 hombres y 27 mujeres que resisten a los signos de despoblación en apenas 5 kilómetros cuadrados de superficie. 

Otros pueblos 

Acabamos con la mención a los pueblos valencianos con menos de 100 habitantes y que, quién sabe si acabarán pronto por debajo del medio centenar: Benimassot, 97; Espadilla, 84; Fuente de Ayódar, 93; Herbers, 53; Puebla de San Miguel, 60; Sacañet, 57; Pavías, 72; La Serretalla, 92; Torrechiva, 93; Vallat, 57; Vallibona, 67; Villamalur, 92 y Villanueva de Viver, 82.