Su nieto no se lo podía creer. El cuerpo de Francisco Alcolea Cremades, conocido como "el del ojo del cristal", como consta en los sumarios redactados por el franquismo tras su detención, ha sido encontrado... o al menos su prótesis ocular. A la espera de las pruebas de ADN, todo parece apuntar a que, "después de tres décadas de búsqueda", sus familiares van a poder enterrar a este aspense "como se merece". Con este y otros hallazgos, como el del cráneo con un orificio de salida de bala en la fosa 36, las exhumaciones en el cementerio de Alicante empiezan a dar resultado tras los intentos infructuosos desde febrero. 

Su bisnieta, Inés Alcolea, también estallaba de alegría en Twitter, donde explicaba que el ojo se lo había guardado en el bolsillo antes de ser fusilado el 26 de junio de 1941, dos años después de que acabara la Guerra Civil y de que comenzara la represión al bando perdedor. "Estamos muy contentos, para mi es como si hubiera encontrado a mi abuelo", explica María José Pérez Galant, presidenta de la Asociación de Familiares represaliados por el Franquismo del Cementerio de Alicante.

Esta mujer recuerda que dicho hallazgo como de otros de entre los 14 cuerpos enterrados en la fosa 20 del cementerio de Alicante -y otros tantos en la fosa 36-, suponen "los primeros que se han podido desenterrar en toda la provincia", tras no encontrar restos ni en Monóvar ni en Orihuela, al parecer por haber movido la tierra de las fosas con posterioridad, ni en Elche, cuya exhumación se ha paralizado por falta de contrato del Ayuntamiento. 

La causa Calpena

Por su parte, el nieto de Francisco, Paco Alcolea, asume que no estará "contento del todo hasta que no se encuentren todos los cuerpos y se confirmen con las pruebas de ADN". Su abuelo, explica, fue un agricultor natural de Aspe que había nacido en 1901 y se afilió al PCE y al UGT "porque es lo que tocaba si querías trabajar".

En los sumarios del franquismo se añade que el inicio de la contienda le pilló en Francia, por lo que "regresó a la zona roja" para "hacer propaganda a favor de la causa roja" hasta acabar como miliciano del Frente Popular que marchó al frente en la 71 brigada mixta, batallón 282.  

Aunque si por algo fue juzgado por el franquismo fue por supuestamente haber sido "promotor del asesinato de los Calpena", siempre según el juicio sumarísimo al que se tuvo que enfrentar después de su detención poco antes de que acabara formalmente la guerra en 1939. Los hechos, por lo que se ha podido documentar, tuvieron lugar al inicio de la contienda cuando, el 7 de julio de 1937 fueron linchados hasta la muerte el empresario Ramón Calmena Cañizares, de 74 años -y teniente de alcalde durante la dictadura de Primo de Rivera y su hijo Luis Calpena Pastor; un tercer familiar, el yerno Javier González Avellán, quedó gravemente herido. 

De este suceso, enmarcado en la represión del bando republicano, ha realizado una investigación el historiador local José Ramón García Gandía, que pudo dilucidar que el Consejo de Guerra celebrado en Alicante el 2 de abril de 1941, 21 vecinos de Aspe fueron condenados a la pena de muerte y otros 27 a distintas penas de privación de libertad, 16 de los cuales a 30 años. De ellos, 14 se supone que están en la fosa 20 del cementerio alicantino, cuyos trabajos de exhumación continúa trabajando la empresa Drakkar este fin de semana.  

Por delante, explica la presidente de la asociación, "aún queda mucho". En enero está previsto que se empiece a abrir la fosa 33 y también queda la 14, al tiempo que se van realizando las pruebas genéticas para confirmar las autorías. "Este es un logro muy importante para los familiares que nos hemos empeñado de que se buscara y buscara", asume tras aclarar que "no solo se están desenterrando huesos, también palabras y la memoria".