El 25 aniversario del parque Mundomar en Benidorm llega acompañado de una esperada noticia para el equipo del centro, el nacimiento de una cría de flamenco. A lo largo de todos estos años no habían conseguido un hecho así. Como destacan las fuentes de este espacio "es la primera de su historia".

¿Cómo ha llegado esta pequeña cría al parque? El camino para que este nacimiento se produjera sirve para reflejar el trabajo necesario en estos centros para aclimatar a los animales. Todo empezó con la cesión de un zoológico español de un grupo de flamencos para su cuidado.

El personal de Mundomar se puso manos a la obra, desde los cuidadores hasta los veterinarios y biólogos, para recrear el hábitat que necesitan estas aves. El esfuerzo ha conseguido su recompensa puesto que, como prueba la cría, una pareja ya se encuentra plenamente adaptada y ha alcanzado su madurez sexual, hecho que ha favorecido su reproducción.

La crianza de flamencos se complica, incluso con ese hábitat en el que se puedan sentir cómodos, porque ponen un único huevo. Este se encargan de cuidarlo en el nido que construyen, para el que necesitan de barro y otros elementos naturales que encuentran en su entorno.

Una cría juguetona

Los responsables del parque apuntan que el proceso de incubación y cuidado del huevo, que dura aproximadamente un mes, se organiza en igualdad de condiciones entre ambos sexos. Tras la rotura del cascarón, la cría ya es capaz de valerse por sí misma. Y, como demuestra, la imagen con la que han acompañado la noticia, se atreve a nadar junto a sus padres y el resto de miembros de su grupo social.

Quienes se hayan sorprendido al ver a los dos flamencos adultos con su característico color rosado y una cría pequeña blanquecina quizá desconozcan que este es un rasgo que se adquiere a través de la alimentación. Es decir, estas aves nacen con un plumaje blanco que acaba virando a rosado después de comer muchos caretonoides a través de los restos de crustáceos.

Este primer flamenco nacido en cautividad en Mundomar, como señalan sus responsables, acabará adquiriendo el color rosado de sus padres cuando alcance la edad adulta. Un rasgo que le será necesario para facilitar posteriormente su  descendencia, puesto que los que no lo cambian son considerados ejemplares enfermos o que tienen problemas con su alimentación.

El parque situado en Benidorm reabrió sus puertas el pasado 12 de junio, con la intención de cambiar sus propuestas y eliminar los espectáculos con animales que ha sustituido por demostraciones didácticas de carácter educativo.