Muchas veces no sé si algunos políticos de la Comunidad Valenciana nos toman por tontos a los ciudadanos o creen que nuestra memoria es tan limitada como su capacidad de gestión y liderazgo. Pero lo del Botánico ya parece de chiste, cuando no de provocación.

En los últimos meses, cuando los ciudadanos y contribuyentes estamos sufriendo una nefasta gestión de la pandemia para nuestra economía regional, a Ximo Puig y Mónica Oltra -como he escrito en otras ocasiones Podemos, ni está ni se le espera- les ha dado por buscar un enemigo exterior con el que tapar su incompetencia: Madrid y los madrileños.

Por supuesto, no es algo nuevo. Cualquiera que haya estudiado algo de Filosofía o Ciencia Política se habrá topado en algún momento con la dialéctica de "amigo-enemigo" de Carl Schmitt. Es el fundamento de acción del superado "realismo político" que triunfaba a principios del siglo XX en Europa. Tan fácil y simplista como otorgar un condición de víctima a ti y a los tuyos por una supuesta responsabilidad de otro "de fuera", para mantener prietas las filas "dentro". Y qué mejor que ese enemigo esté gobernado por el PP...

Para el PSOE y Compromís ahora el problema es Madrid y los madrileños porque supuestamente Isabel Díaz Ayuso (PP) rebaja sus impuestos (en los que tiene competencias legales) para ser más competitivos a la hora de atraer empleo y riqueza. Y toda la periferia, entre la que se encuentran los privilegiados vascos y navarros con un sistema fiscal propio y poco solidario, resulta que ahora somos las víctimas.

La incongruencia

Puig y Oltra olvidan que los problemas suscitados por el independentismo catalán en la última década proceden de la genial idea de Artur Mas (siendo todavía Convergencia i Unió) de plantarse en 2012 ante Mariano Rajoy para exigir un "concierto económico para Cataluña", similar al vasco y navarro. ¡Vaya con los solidarios! Un espejo en el que mirarnos en la Comunidad.

Y fue ante el rechazo de aquella propuesta-imposición cuando el partido nacionalista se convirtió en independentista. De aquellos polvos estos lodos. Luego vendría el "España nos roba" hasta el golpe de Estado del 1-O. Y ahora resulta que "Madrid nos roba"

¿Hablamos de la afinidad del PSOE valenciano y Compromís a esas ideas tan solidarias que defiende el independentismo catalán? La prueba llegó, por ejemplo, en 2013 cuando la familia del actual presidente de las Cortes Valencianas, Enric Morera (antecesor de Mónica Oltra y segunda autoridad de la Comunidad Valenciana) participó en una "cadena independentista" que unió Vinaroz con la comunidad autónoma catalana. Es sólo un ejemplo de la doble vara de medir. Tengo muchísimos más.

Así las cosas, ¿de qué estamos hablando? EL ESPAÑOL, ante las peregrinas ideas de Ximo Puig y el ministro José Luis Escrivá de gravar con un impuesto a la Comunidad de Madrid para compensar el "efecto aspiradora-capitalidad" y el supuesto "dumping" respecto a otras autonomías, ha fundamentado lo absurdo de la propuesta con datos.

Y es que resulta que Madrid es la comunidad más solidaria con la denominada 'caja común' de las autonomías con el 68% de la aportación total a este fondo. Un total de 4.039 millones en 2019 al Fondo Estatal de Garantía de Servicios Públicos Fundamentales (FGSPF), muy por encima de lo que aporta Cataluña (25%) o Baleares (6,5%). ¿Seguimos mirándonos en la insolidaria Cataluña, País Vasco o Navarra y arremetemos contra Madrid? Yo no.