Alicante

Visitar los castillos y fortalezas de la provincia de Alicante puede ser la oportunidad perfecta para disfrutar de unas vistas vertiginosas y aprender historia. Aunque la mayoría de las fortificaciones fueron levantadas en la época de dominación árabe, lo cierto es que sus murallas han cumplido un papel fundamental para proteger a la población a lo largo de la historia, sobre todo en la época medieval. Ahora, lo que queda de ellos sirve para aprender sobre el comportamiento de civilizaciones pasadas y para transportar a la imaginación al Medievo

El Castillo de Santa Bárbara en Alicante ofrece unas vistas impresionantes de la ciudad y su bahía, pues se encuentra ubicado en el monte Benacantil, una mole rocosa de 166 metros de altura. En sus laderas se han encontrado restos arqueológicos pertenecientes a la Edad de Bronce, Ibéricos y de la época romana, pero el origen de la fortaleza se remonta a finales del siglo IX, con la dominación musulmana.

Adquiere el nombre de Santa Bárbara el 4 de diciembre de 1248, cuando Alfonso X el Sabio la tomó a los árabes. Es durante el reinado de Felipe II cuando se produce la gran reforma del castillo, con la construcción de la mayoría de las dependencias que hoy se pueden contemplar.

La estructura del castillo fue gravemente dañada debido a los bombardeos que hubo durante la guerra de Sucesión (1706-1709); y el último, provocado por la fragata Numancia.  Santa Bárbara estuvo en situación de abandono hasta su apertura al público en 1963, época en la que se instalaron los dos ascensores.

El castillo está dividido en tres áreas bien diferenciadas, y en una de ellas se encuentra el Museo de la Ciudad de Alicante, que recoge algunos de los momentos históricos más importantes de la ciudad. En Alicante también se encuentra el Castillo de San Fernando, ubicado en el monte Tossal. 

Castillo de Santa Bárbara en Alicante Ayuntamiento de Alicante

En la vecina localidad de Villena se encuentra el Castillo de La Atalaya, más concretamente sobre una de las ramificaciones del monte de San Cristóbal. La fortaleza fue construida a finales del siglo XII por el Imperio almohade con el objetivo de proteger a la población de posibles ataques. Destacan sus majestuosas bóvedas, que son similares a las del castillo de Biar, pero únicas en España.

En cuanto a su historia, Jaime I conquista el castillo en 1240. Posteriormente se produce la firma del tratado de Almizra, y el Señorío de Villena pasa a manos de la familia Manuel, primeros señores feudales. Don Juan Manuel, autor de El Conde Lucanor, reside en él durante el siglo XIV junto a su segunda esposa, la infanta Doña Constanza de Aragón. Más tarde, en el siglo XV, el castillo fue gobernado por la familia Pacheco, conocidos por ser los Marqueses de Villena, encargados de levantar dos nuevos pisos a la torre y construir la segunda muralla. Pero los Marqueses perdieron su propiedad en 1476, en un asedio contra los Reyes Católicos. Todavía hoy pueden verse los restos de los proyectiles en el patio de armas.

Las paredes de la fortaleza han sido testigos de grandes acontecimientos históricos como las guerras de las Germanías, la Sucesión o la Independencia. Está considerado como Monumento Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural desde 1931.

Castillo de la Atalaya, Villena Ayuntamiento de Villena

El tercero de los castillos está en uno de los pueblos más bonitos de España, Guadalest. A su castillo se le conoce con el nombre de San José. El Castillo de Guadalest se encuentra sobre una gran mole rocosa. Al igual que los anteriores, su historia también se remonta al periodo árabe, pues fueron ellos los que lo levantaron en el siglo XI. Durante la Edad Media fue de gran importancia debido a su situación estratégica.

Los terremotos acontecidos en 1644 y 1748, así como el ataque que sufrió durante la Guerra de Sucesión son algunas de las causas que explican su deterioro y la destrucción de algunas zonas. En la década de los 70 con la llegada de turistas al país, la fortaleza se popularizó y fue entonces cuando obtuvo el reconocimiento de conjunto histórico-artístico.

La localidad de Guadalest forma parte de la Asociación Los Pueblos Más Bonitos de España y en ella se encuentra el segundo hotel más romántico del mundo según la plataforma especializada en viajes TripAdvisor.

Paisaje del pueblo de Guadalest, Castillo de San José a lo lejos.

El Castillo de Banyeres de Mariola tiene unas vistas muy particulares porque desde lo más alto de la cima se divisan cuatro provincias (Alicante, Albacete, Murcia y Valencia). La fortaleza no ha sido reconstruida en su totalidad, por lo que todavía pueden verse los restos de su estructura original.

Tal y como destacan en Turismo de Banyeres, “los distintos recintos nos acercan a épocas pasadas y a sus modos de vida”. El castillo tiene una planta poligonal con doble recinto amurallado, en la que destaca la Torre del Homenaje, perteneciente a la época Almohade de los siglos XII-XIII.

Como en el caso del resto de fortalezas, la de Banyeres también ha sido testigo de diferentes episodios de guerra. Durante la guerra de Sucesión, por ejemplo, sirvió para proteger a la población que huía de los asedios e incendios. El rey Felipe V recompensó a esta localidad por su fidelidad en la guerra con un título de villa noble, fiel, leal y real, que puede verse en el escudo del municipio.

Castillo de Banyeres de Mariola Enrique Íñiguez Wikipedia

El Castillo de Petrer ofrece una panorámica de gran parte del valle de la comarca del Vinalopó, y está situado en el centro histórico del municipio. La fortaleza se construyó a finales del siglo XII por los musulmanes que poblaban la zona, conocida en aquel momento como Bitrir

Los árabes abandonaron la fortaleza tras el avance de las tropas castellanas y aragonesas, inicio del Reino de Valencia en el siglo XIV. El castillo está dividio en dos grandes recintos; el primero de ellos con la torre exenta, el calabozo y la sala noble; en segundo lugar, la explanada.

Vistas al Castillo de Petrer. Wikipedia

Una cosa curiosa de la fortaleza de Petrer son las casas-cueva, una de las primeras zonas pobladas de la época, donde sus habitantes construyeron las viviendas a base de picar la muralla. Estos son solo algunos de los castillos que tiene la provincia de Alicante, pero también hay otros de gran valor como la fortaleza de Santa Pola, el Castillo de Dénia, el Castillo de Castalla o el Castillo de Sax

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