La reescritura de la historia se hace con faltas de ortografía. Así lo deben de entender en Vox cuando proponen que la que fuera capital de la Segunda República borre su pasado. En una proposición que envía la portavoz de este partido en esta ciudad en el corazón de Alicante, Paqui Cremades habla de la "Vara de mando de Hazaña".

La representante de Vox en Elda ha registrado la proposición este martes a propósito de la ley de la Concordia que ha aprobado recientemente la Generalitat. En su escrito critica que el Gobierno municipal haga "alusiones históricas ensalzando una época no menos triste que la que la sigue, la República".

Y ahí es donde arranca con la "Vara de mando de Hazaña", que debe de aludir a la vara de mando de Manuel Azaña y no al hito de que la ciudad fuera capital de España entre el 25 de febrero y el 6 de marzo de 1939.

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La propuesta de Vox incluye "eliminar las alusiones que ensalcen a la época Republicana de todas las publicaciones del ayuntamiento" y "que el edificio del ayuntamiento quede libre de toda alusión a la época de la República se mantenga neutro y se lleven sus símbolos a los museos que es donde deben estar".

La vara de mando que conserva el Ayuntamiento de Elda se exhibe en la entrada del edificio "como reflejo de la trascendencia de nuestra ciudad en varios momentos de la historia de la Segunda República (1931-1939)". Así lo explican en la página oficial en la que detallan cómo es este objeto y destacan su importancia simbólica ya que "acompañó a Azaña hasta su muerte en el exilio en Francia (1940)".

El hecho de que esté actualmente exhibiéndose en la capital de la comarca del Medio Vinalopó es fruto de un azaroso recorrido. Como detallan, la viuda de Azaña, María Dolores de Rivas Cherif, entregó la vara a la Liga Española Pro-Derechos Humanos, entidad que había fundado su mismo marido.

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Esta Liga cedió la vara en 1997 "al entonces presidente de Portugal, Jorge Sampaio, hasta que finalizara su mandato". Y cuando eso sucedió en 2006, el presidente de la misma entidad la recibió, Francisco José Alonso. Este mantenía "por su cargo vínculos personales con varios eldenses" y decidió que esta ciudad fuera el actual destino "por haber sido escenario final de la Segunda República española. Así, en 2007 la vara pasó a manos del Ayuntamiento de Elda, que la ha conservado hasta la actualidad".