Alicante

El tardeo transformó el centro de Alicante en la década pasada y antes de cumplir los diez años la pandemia lo ha reconvertido. ¿Qué diferencia aportaba decidir salir antes si las autoridades obligaban a ello durante meses? Las fiestas y promociones habituales en los pubs, bares y discotecas del centro que se realizaban antes de 2020 no han vuelto tampoco este año. "Estamos básicamente preocupados por la supervivencia", reconoce el presidente de la patronal Alroa, Javier Galdeano.

La suma de factores que les preocupa empieza por su gravedad en el aumento de los costes. La factura de la luz ya ha hecho que reduzcan horarios de atención, incluso días, en algunos casos. En otros, directamente no se está ganando dinero. Así lo cuenta Galdeano sentado en un local en plena calle Castaños en una mañana de lluvia. Le basta mirar a los locales asociados para indicar lo que están afrontando.

Por eso avanza que están en proceso de constituir otra plataforma para protestar por estos costes. Cifras que se van acumulando unas sobre otras. "El local de la esquina, su última factura ha sido de 2.100 euros. Y los proveedores le van subiendo los precios. Eso crea una cadena que al final dices que estoy en el límite del bien y del mal: tengo abierto porque ya que estoy pagando alquiler lo mantengo, pero sin ganar dinero".

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Las señales de la crisis que todos temen para el otoño e invierno ya las empiezan a sentir después de un verano que ha funcionado muy bien. La gente está saliendo, apunta, porque nadie quiere volver a estar en casa, pero se está conteniendo en el gasto. Y ya saben que en noviembre las cajas de sus locales irán a peor porque los ahorros se dedican al puente de la Constitución o al intenso calendario social que se espera.

Con esos mimbres no pueden preparar esas atractivas cestas que animaban a disfrutar de los locales mediante sorteos, animación callejera y otras promociones. "No hay promociones extraordinarias, no hay nada por eso, es que estamos preocupados por otras cosas", señala. Y también, añade, porque otros han sabido aprovechar los dos años de pandemia.

En este tiempo se ha fortalecido la oferta de proximidad que antes no se tenía en cuenta. Eso también lo han aprovechado barrios como San Blas o Playa de San Juan. Incluso en localidades que antes aportaban cientos de personas cada fin de semana han conseguido retener a sus usuarios que les han redescubierto. 

Y ahí Galdeano matiza que no es que Alicante haya perdido su factor de atracción, ni mucho menos el centro, pero sí reconoce que se ha mejorado en otros lugares. A pesar de eso, mantienen la promoción por toda la provincia e incluso por Madrid con el tardeo como un factor clave de atracción para disfrutar de una escapada de fin de semana.

El gran éxito de público, con miles de personas que disfrutaban de intensos fines de semana en Alicante con una fórmula que sienten como suya y que no había cuajado antes del 2020 en otras ciudades, tenía otra cara con la que enfrentarse, los vecinos. En los juzgados sigue este tema porque a principios de enero se elevó la petición de declarar la calle como zona acústicamente saturada, o ZAS por sus siglas, hasta el Supremo. 

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Mientras Madrid decide sobre esa causa, se les había abierto otra con la que confían plenamente en que no prosperara porque consideran que está abordando las mismas cuestiones que debe decidir el Supremo. Como señala Galdeano, sienten de nuevo la espada de Damocles sobre sus negocios.