Alicante

¿Estás listo para ser un súperhéroe? Entonces, es mejor no presentarse para ser un negociador de la Policía Nacional. Trabajar en equipo es una de las prioridades que se deben asumir al tratar las situaciones de crisis más extremas que debe afrontar este cuerpo, como suicidios, rehenes o extorsiones. El intenso curso de formación que deben pasar por toda España está a punto de iniciar una nueva fase con el arranque de septiembre.

Luis Alfonso Bardón es un hombre meticuloso. En su mesa del despacho de la comisaría norte de Alicante recibe con los papeles ordenados en los que detalla minuciosamente cómo es el trabajo del negociador y cómo se forma. Él es uno de los 57 que hay en toda España y el único en la provincia.

Superar el curso de negociador es uno de los procesos más exigentes que se puede pasar una vez dentro del cuerpo de Policía. Dura meses y se alternan fases de estudio teórico con las pruebas físicas y psicológicas en las que se pone a prueba la resistencia en el tiempo ante las situaciones de duro estrés que deberán afrontar en la calle.

Bardón así lo hizo hace diez años. Y desde entonces ha tenido que seguirse formándose porque "la formación no se acaba, todos los años se hacen jornadas de actualización presenciales". En ellas se estudia "la evolución de los casos y se plantean situaciones reales que se han vivido durante el año".

Revivir el peligro

Con ello quiere decir que se recrean los momentos más peligrosos que han vivido, donde el que fuera negociador asume el papel del sujeto en crisis para mostrarlo ante los compañeros. El objetivo es que desde la crítica constructiva "se ve lo bueno y lo malo, lo que se podría mejorar. Y eso es muy importante".

A finales de un año normal, es decir cuando una pandemia mundial no impide que se puedan reunir, buscan el lugar donde poder ejercitar estas pruebas. En una de esas ocasiones, por ejemplo, el aeropuerto Miguel Hernández en Elche ha sido uno de esos espacios ya que se quería practicar el simulacro del secuestro de una nave. "Siempre se está en evolución continua de conocimientos", subraya el inspector-jefe de la comisaría del Distrito Norte de Alicante. 

Cómo entrar

Los cursos de formación para ser negociador se realizan cada dos años. La persona que decida asumir esta responsabilidad por la que no se cobra más salario y que exige plena disponibilidad horaria para atender una crisis a cualquier hora tiene que tener el cargo de inspector o inspector jefe. Y la comisaría provincial de la que dependa debe de aprobar que pueda acceder a ella.

Este 2021 se presentaron cuarenta personas a las pruebas. En la selección a distancia se les evalúa si reúnen a priori el perfil idóneo para este trabajo. En la segunda fase acuden a la parte práctica antes mencionada. En este caso, Madrid. Ahí, se alternan jornadas de diferentes horarios de mañana, tarde y noche para comprobar esa resiliencia.

Hasta 24 horas

Esta es la parte más dura. De las cuatro decenas de aspirantes solo han quedado una docena. En estas pruebas como uno más de los negociadores de toda España que acuden ya sea con charlas teóricas o con las prácticas. "Se prueba el entorno físico y psíquico que se puede prolongar 15 o 24 horas", apunta. Con ello, el propio candidato puede valorar por sí mismo si decide seguir adelante. 

"Son prácticas que, aunque sepas que lo son, machacan mucho y psicológicamente te afectan", asegura. De hecho, se llega a buscar actores para apoyar en la recreación de las situaciones "y lo hacen tan bien que se pasa muy mal". En este caso, se ha llegado a contar con la colaboración del ejército de tierra "que cedió sus instalaciones para poder hacer recreaciones que no podrías tener en un sitio normal".

Tras cubrir esta fase a finales de la primavera, se vuelve a una fase a distancia que dura dos meses. En estos cada semana se les presenta una prueba nueva. Como en la fase anterior, "si no se cumple, se les elimina del curso". Eso sí, Bardón matiza que lo peor ya ha pasado y lo habitual es que esta fase se supere.

La gran final

A partir del 6 de septiembre se abrirá la última y definitiva etapa. Serán quince días en los que volverán a alternar jornadas de mañana, tarde y noche. Esta vez acudirán a las instalaciones de los GEO en Guadalajara, la unidad táctica de élite de la Policía Nacional y con la que tendrán que trabajar en los episodios más complicados.

Bardón considera que "es un auténtico lujo poder colaborar con estos equipos en un proceso de formación". Él sabe lo importante que es esta fase final puesto que allí ha estado en otras ediciones. En esta les esperan a los aspirantes las recreaciones más complicadas que podrían asumir, como por ejemplo el atraco a una sucursal bancaria o un secuestro.

Como en una gran final, se cuenta con expertos de otras áreas. "Pueden acudir jueces y fiscales de reconocido prestigio, psicólogos, profesores de universidad o del Samu", enumera el inspector-jefe. Incluso, señala, desde el extranjero. Él lo vivió cuando vinieron profesionales del FBI y de la Policía Federal de México. "Los que la acaben y den la talla" de la docena de aspirantes "pasarán a formar parte de la red nacional de negociadores".

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