Alicante

Escribir Operación Kazán, con la ha ganado el Premio Primavera de Novela, está llevando a Vicente Vallés de promoción por toda España. A su rápida visita a Valencia, el también presentador del informativo más visto en la televisión por cuarto año consecutivo, descubre lo que significa pasar a ser el protagonista en lugar de dedicarse a contarlas cada noche en Antena 3.  

Pasar del ensayo a la novela ha hecho a Vicente Vallés descubrir cosas con las que lo ha pasado bien y otras que le han generado "alguna inquietud". "El ensayo me es natural porque es como hacer reportajes muy largos, en el caso de la novela me preocupaba no saber adaptarme lo suficiente a las peculiaridades propias de una historia de ficción". A pesar de eso, asegura que se lo ha pasado muy bien y que ha aprendido mucho.

Cuando lo escribió, lo pasó a gente de confianza para que le dieran su opinión. ¿Pasaría el corte? "Les ha parecido lo suficientemente legible para publicarlo", añade risueño. Ahora, cuando ya lleva más de un mes en el mercado le hace muy feliz recibir otras respuestas, las de los lectores que valoran su entretenida propuesta.

Y han sido muchos los esfuerzos para llegar a esta parte del camino, teniendo que cumplir con sus obligaciones de lunes a viernes. Así se siente satisfecho, como también lo está su editorial, pero aún no sabe si habrá más novelas en su futuro. "Surgió casi, casi por casualidad. No tenía desde mi tierna infancia la idea de escribir novelas", cuenta.

Ser más intenso

El rastro de los rusos muertos, su anterior ensayo, contaba la injerencia de los rusos en las elecciones americanas de 2016 y lo que es la Rusia de Putin. Aquella fue lo que plantó la semilla de dar el salto a la ficción. Una pregunta le rondaba al contar lo que podría ser una novela de espionaje, ¿podía llevarlo más arriba y que aquello fuera más intenso?

En 2018, antes de publicar ese ensayo, ya había dado el salto y tenía media novela cuando llegó el confinamiento por la pandemia en marzo de 2020. "El extra de trabajo que tuvimos no me permitía dedicarle ni cinco minutos a la novela. Cuando pasaron las semanas pensé que nunca la terminaría".

El final del verano le dio el impulso para volver a ella, pero "como no tengo tiempo he tardado tres años en escribir Operación Kazán, si lo hubiera tenido habría tardado mucho menos, en un año la habría tenido porque los temas que trato en la parte histórica los conozco bien".

Clásicos del género de espías como John Le Carré y Frederick Forsyth le inspiraron, en particular este último al que le dedica el lujo de releer sus obras "porque procuro no volver a lecturas anteriores". Y por eso siempre dice que esta "es un homenaje personal al buen rato que me han hecho pasar sus novelas y sus películas".

Ser el periodista escritor

Al llevarla a las librerías le corresponde exponerse. "A la gente que le caes bien empieza a leer la novela con un prejuicio positivo y a los que les caes mal tendrán el prejuicio del periodista famosillo que se pone a escribir novelas. Pero lo entiendo y lo asumo", asegura, "no tengo ningún problema hacia eso. Es normal que sea así".

Su sinceridad al encarar este aspecto le lleva a que "aprecio todas las opiniones: las positivas y las que han aportado alguna crítica, que en algún caso estaban bien tiradas y las comparto". De hecho, en otras entrevistas ha llegado a decir que cada vez que relee su libro, encuentra algo que cambiaría. "Me gusta ser sincero con esto", recalca.

Por eso, puntualiza que si aún hoy abre la novela y se lee una docena de páginas no le duele decir que ve "que podría haber escrito de otra manera esta palabra o este sinónimo". Detalles que incluso comparte con los lectores con los que ya ha tenido contacto y que "más allá de eso me dicen que se lo han pasado bien y eso lo que me hace sentirme tranquilo y contento".

El buen resultado del libro ya ha hecho que la editorial le traslade mensajes para que vaya pensando más en su nueva línea de trabajo. "Y es verdad que Operación Kazán termina de tal manera que quedan varias vías para poder tirar y hacer una segunda parte. O hacer otra novela. Pero ahora como ha sido muy intenso y con la promoción que estoy sin parar no me da tiempo de pensar".

Eso sí, su objetivo es entrar en "una fase de descompresión y de rebajar las pulsaciones" que alargará hasta después del verano. "Y después, ya veremos".

Ser feminista

Más allá de los análisis que le piden sobre la guerra entre Ucrania y Rusia, su novela arranca con dos poderosas mujeres que se ponen de acuerdo para presentarse a las elecciones americanas. Con el debate sobre la representación del feminismo en la mesa, Vallés "cree que no hay una única manera de ser feminista. Y está bien que haya una pluralidad de formas".

En este caso, con la actuación, elogios y críticas a Chanel por Eurovisión frescas, "no entiendo que esté perjudicando la imagen de la mujer sino todo lo contrario porque ha tenido mucho éxito con ese trabajo que hace tan bien. No creo que su caso esté lejos de la defensa de los valores feministas, sino todo lo contrario".

¿Serie o película?

Volviendo a Operación Kazán para concluir, Vallés cuenta que decidió no ver la serie The Americans, que también aborda el tema de espías rusos infiltrados en Estados Unidos. "Cuando estaba escribiendo el libro tuve la tentación de verla, pero me dije a mí mismo de no verla para que no me condicionara. Y cuando lo entregué me vi la serie completa en tres semanas. Me encantó".

Con su estilo de escritura pegado a lo audiovisual, cuenta que ya son muchos los que le preguntan por una posible adaptación. "Es inevitable que sea así por deformación profesional y lo veo así. Pensando en la novela me lo puedo imaginar en una serie o película, pero eso depende de quien se dedica a estas cosas. Si algún productor lee esta historia, igual también se lo imagina. Y a mí me encantaría".

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