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Las trabajadoras del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) de Alicante reclaman respeto a su labor y exigen que se reconozca su papel como profesionales tituladas en el cuidado de personas dependientes. Denuncian que se las confunde con empleadas de limpieza cuando, en realidad, realizan un trabajo sociosanitario esencial para mayores, enfermos y personas con discapacidad.

Más de 120 profesionales del SAD viven en la incertidumbre ante la finalización de su contrato el próximo 20 de noviembre. La plantilla teme quedarse en la misma situación que sus compañeros del Servicio de Estancias Diurnas (SED), que perdieron su empleo tras el cierre del Centro de Día de Plaza de América hace apenas unas semanas.

Una de las auxiliares de ayuda al domicilio y delegada de personal de Comisiones Obreras (CCOO) del SAD en Alicante, Carmen Granero, explica a EL ESPAÑOL que el servicio ha demostrado su valor, especialmente durante la pandemia, cuando se convirtió en un recurso imprescindible para cientos de familias.

Incertidumbre entre el SAD

La mayor preocupación del colectivo es la licitación pendiente, que debía haberse publicado en mayo y sigue sin salir a concurso.

"Nos dijeron que no nos preocupáramos, que la licitación estaba en marcha, que no había ningún problema", recuerda Granero. Pero, a estas alturas, asegura que se encuentran "fuera de plazo".

La trabajadora teme que se repita lo ocurrido con el Centro de Día de Plaza América, cuya licitación fue retirada semanas después de su publicación. "Esta política está destruyendo, incluso te podría decir matando, los servicios públicos que tenemos ahora mismo en la ciudad de Alicante", advierte.

Salarios congelados

Granero denuncia también la precariedad salarial del colectivo. Durante el actual contrato, de cinco años, apenas han tenido un aumento del 1% anual, una cifra que no compensa el incremento del coste de la vida.

Según el convenio, su sueldo bruto es de 1.320 euros. Lo que, con 14 pagas, deja unos 1.068 euros netos al mes. "El sueldo no corresponde a lo que deberíamos estar cobrando", afirma, reclamando una subida cercana a los 200 euros mensuales.

La situación es aún más precaria para compañeros con jornadas parciales, donde algunos que trabajan 10 o 20 horas a la semana, con disponibilidad de mañana y tarde, apenas ganan entre 300 y 600 € al mes. Se trata sobre todo de contratos para fin de semana o festivos.

La trabajadora señala que la presión económica es cada vez mayor. "O comes o pagas. Es muy difícil salir adelante", lamenta.

En cuanto a la carga de trabajo, explica que cada profesional atiende a seis o siete usuarios diarios en jornadas de 35 horas semanales.

A su juicio, la calidad del servicio ha disminuido porque, en lugar de centrarse en el cuidado integral de la persona, se está derivando hacia tareas domésticas.

"Nuestro servicio pierde calidad", recalca.

Falta de reconocimiento

El malestar del colectivo también surge de la falta de reconocimiento social. Granero critica que en ocasiones se refieren a ellas como "chicas de la limpieza".

"Muchas de mis compañeras llevan más de 25 años trabajando y han tenido que titularse para mejorar el servicio", subraya, recordando además que la plantilla no está formada solo por mujeres. "No se nos valora", concluye con indignación.

El SAD de Alicante atiende a más de 700 usuarios y ha prestado más de 150.000 horas de servicio en el último año. Por eso, Granero lanza un llamamiento: "Queremos que se nos dé voz y que esto tenga trascendencia".

La respuesta del Ayuntamiento

Fuentes municipales señalan que "el nuevo contrato del SAD está ya en Contratación para sacarlo a licitación en cuanto sea posible".

Desde el Consistorio insisten en que está prevista la subrogación de todo el personal y destacan que el presupuesto se incrementará un 28%, pasando de 3 millones a 4,1 millones de euros.

Esto permitirá ampliar el número de horas de servicio. Solo en 2024 se prestaron 145.294 horas a un total de 662 usuarios.

Compromís alerta de "mercadeo"

El portavoz de Compromís en Alicante, Rafa Mas, advierte que los servicios de atención a la dependencia y a los mayores están en peligro en la ciudad. Asegura que "se está mercadeando con las contratas" y pone como ejemplo lo ocurrido con el SED de Plaza de América.

Explica que las empresas impugnaron los pliegos de licitación y el Ayuntamiento "lo dejó caer" en lugar de reforzarlo. “Lo mismo puede pasar con el SAD", alerta Mas.

El edil defiende que estos servicios son "sagrados" y deben estar garantizados siempre, al igual que la sanidad o la educación. "Aquí no hay pérdidas. Siempre se gana socialmente", insiste.

Propone una evaluación de todos los programas y la posibilidad de municipalizarlos o gestionarlos mediante empresas mixtas.

El futuro del Centro de Día

Tras el cierre del Centro de Día de Plaza de América, el Ayuntamiento ha anunciado que el espacio se reconvertirá en un nuevo Centro Comunitario Intergeneracional.

La intención es reabrirlo primero con personal municipal, una vez finalicen las obras de adecuación, y posteriormente externalizar su gestión para ampliar la plantilla.

El proyecto se ubicará en el ala oeste del edificio, que ya alberga un centro de salud y viviendas intergeneracionales.

Estará dirigido a mayores de 65 años y a menores de entre 6 y 17 en situación de vulnerabilidad, con actividades que fomenten la autonomía, la convivencia y la participación social.

El equipo de gobierno defiende que el objetivo es crear un espacio "abierto, inclusivo y accesible" que fortalezca el tejido social del barrio y recupere el uso de unas instalaciones que habían quedado en suspenso tras la finalización del SED.