Nazaret Parrilla
Zaragoza
Publicada

La soledad no deseada es una de las grandes adversidades que afrontan muchas personas mayores. De este modo, la labor de los voluntarios que dedican tiempo a hacerles compañía es un apoyo imprescindible.

Algo así sucede en Casa Amparo, una residencia municipal que presta diferentes servicios entre los que están la atención social. Desde el año 2008, más de 200 voluntarios han pasado por sus puertas cada semana, para compartir su tiempo con tareas de cuidado, paseo y compañía.

"Son actividades que no son tan visibles, pero que son muy importantes", ha subrayado el concejal de Participación Ciudadana y Régimen Interior, Alfonso Mendoza, durante su visita este jueves a Casa Amparo. "Muchas de ellas no tienen a otras personas con quienes salir", ha señalado.

Actualmente, en Casa Amparo hay alrededor de 26 voluntarios que acuden a esta residencia para ayudar. Entre ellos está Mari Luz, quien no lleva mucho tiempo, pero reconoce estar muy agradecida. “Nunca pensé que esta experiencia fuese a ser tan reveladora y tuviera tantas ganas de venir”, ha confesado.

Reconoce incluso que durante sus vacaciones, se acuerda de esas personas con las que pasa tanto tiempo: "Veo a personas mayores, por ejemplo, con silla de ruedas, y tengo ganas de prestarles mi ayuda", ha reconocido.

Para Mari Luz los residentes necesitan salidas que son mucho más que un entretenimiento: "Para tomar el aire, sonreír y pasear". Así, confiesa que muchas veces ya les están esperando a cada uno de ellos para salir: "Yo creo que nos quieren", expresa con satisfacción.

Aunque en plena ola de calor, los paseos se sustituyen por tomar un café y una charla, muchas veces hay excursiones a museos o visitas a sitios como el Pilar o la Seo. Fernando, otro voluntario, que suele participar en estas visitas, reconoce también lo que significa para él: "Recibo más de lo que doy", ha admitido.

Y es que Fernando disfruta con lo que hace: "Me siento bien, socializas con ellos o te cuentan sus historias. Aunque a veces repiten todo al ser mayores", bromea.

Soledad no deseada

Ya es un hecho que el envejecimiento en Aragón ha crecido y seguirá aumentando. De hecho, la población mayor de 65 años aumentará en casi 100.000 personas hasta 2039.

Según datos de la Estrategia para afrontar la Soledad no deseada de las personas mayores, Aragón es una de las comunidades que más sobreenvejecimiento presenta, y con ella, una mayor soledad no deseada.

Un 22,2% de las personas mayores que viven en municipios de más de 50.000 habitantes, dice sentirse solo, a veces o siempre. Mientras que en los municipios de menos de 2.000 habitantes este sentimiento es indicado por el 14% de las personas mayores.

El cómputo global señala que alrededor de 8.000 personas dicen sentirse solas. Por eso, es importante recordar, como ha señalado Mendoza: "Agradecer a quien cuida de quien antes nos ha cuidado a nosotros".