Un día histórico. Así ha se ha vivido el pasado lunes el gran apagón que ha afectado a toda la península ibérica desde las 12.33 horas.

Tras volver la luz en la mayoría de los hogares de Alicante en torno a las 22 horas, se escuchaban gritos de alegría y aplausos, recordando tiempos pasados (y no tan lejanos) allá en 2020.

Ya habiendo descansado y con la luz de vuelta, muchas son las familias que han optado por hacer vida normal y llevar a sus hijos a los colegios de Alicante a pesar de la ausencia de clases en el día de hoy.

Actualmente, la Comunitat Valenciana sigue en estado tres de emergencia, algo inédito en España y que ha conllevado cancelar las clases en los centros universitarios y en los institutos y colegios.

Sin embargo, a pesar de no disponer de clases lectivas, estos últimos han anunciado permanecer abiertos durante el día de este martes para ofrecer una solución a los padres que tienen que trabajar.

La Generalitat Valenciana en un aviso lanzado a las 23:18 horas del pasado lunes a través de su canal en X, recomienda a los centros docentes de la Comunitat Valenciana que abran este martes sus puertas y mantengan sus servicios de comedor y transporte, pero sin actividad lectiva.

Hoy no habrá ni clases de historia ni biología, pero sí servicio de comedor y poder estar con los compañeros. Así lo vive Pedro, quien espera impacientemente a que abran las puertas del Colegio Acequión de Torrevieja: "Tengo ganas de entrar aunque sea solo para jugar"; asegura.

Su abuela Carmen es quien lo ha llevado al colegio, tras asegurar que los padres del pequeño ya se encuentran trabajando: "Quizá lo haya podido vivir mejor yo al tener una cierta edad que los niños, quienes están ya acostumbrados a la tecnología", reflexiona sobre el apagón.

Una afirmación que discute su nieto Pedro, quien asegura habérselo "pasado bien" con velas y jugando a juegos de mesa, a pesar de "echar un poco de menos" la tablet.

También delante de las puertas de este colegio se encuentra Manuel, quien asegura no tener otra opción que llevar a su hijo al colegio: "Tanto mi mujer como yo ya teníamos previsto trabajar y no podemos cambiar los planes, tenemos muchas cosas que hacer", asegura.

"Sabemos que no hay clase pero al menos sí tienen comedor y he visto a la tutora así que todo parece estar bien"; concluye".

A pocos metros se encuentran Jesús y Abraham, dos niños de 6 y 8 años que también esperan a que se abran las puertas del colegio para poder entrar y pasar el día con sus compañeros.

"Nosotros queremos entrar para jugar, ayer estuvimos toda la tarde con juegos de mesa con la familia y velas", asegura Jesús.

Almudena, su madre, asegura vivir el apagón como un momento de incertidumbre: "Lo más duro fue no poder contactar con mis familiares y no saber cómo estaban", asegura.

En cuanto al comportamiento de sus hijos, se muestra gratamente sorprendida: "ha sido mejor de lo que me esperaba, ellos suelen estar siempre con el móvil y la tablet, y ayer a ratos se asomaban al balcón para ver si había vuelto la luz, jugamos a juegos y cenamos bocadillos", concluye con una sonrisa.