La Policía Local de Elche ha detenido a un hombre de 60 años por retener a su expareja en un bar y quebrantar la orden de alejamiento que tenía en vigor respecto a ella, según informaron este viernes desde el cuerpo en un comunicado.

Los hechos ocurrieron el 14 de abril, cuando la hija de ambos alertó al 092 de lo que estaba ocurriendo. Tras el aviso una patrulla acudió al establecimiento hostelero de inmediato, encontrado a la víctima en la terraza. Cuando los agentes se disponían a hablar con la mujer, visiblemente asustada, apareció el hombre para tratar de impedir la acción policial.

Ante estos hechos, los efectivos sacaron al supuesto agresor del campo visual de la víctima y comprobaron que, efectivamente, con su acercamiento había vulnerado una orden de alejamiento. El individuo, "en evidente estado de ebriedad", mostró una actitud poco colaborativa y agresiva, e incluso llegó en un determinado momento a quitarse la ropa.

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La mujer explicó a los policías que, mientras se hallaba en la terraza del bar con unas amistades, su expareja llegó y se produjo una discusión. Este le impidió abandonar el lugar, pero sí ir al aseo, donde pidió auxilio a su hija por teléfono. 

El hombre fue detenido por los delitos de coacciones en el ámbito de la expareja, enmarcado dentro una situación de violencia de género, y contra la administración de justicia. Durante su paso por el centro de salud para el pertinente reconocimiento sanitario antes de su traslado a dependencias policiales, el implicado se autolesionó contra una pared, hecho que quedó reflejado en el parte médico.

Precisamente un mes antes, el 17 de marzo, la Policía detuvo a otro hombre en Elche por quebrantar la orden de alejamiento que tenía contra su cuñada. Los agentes recibieron un aviso de una llamada que alertaba de la presencia de este hombre en el hogar, al que había accedido con las llaves para, presuntamente, tratar de llevarse al perro.

Al ser sorprendido, esta le recriminó su presencia y no haber respetado la orden de aproximación a su persona, mostrando reticencias en un primer momento a abandonar la casa, aunque lo hizo instantes después.

La patrulla local buscó al implicado por las inmediaciones y lo encontró a unos escasos cincuenta metros y "mostrando una actitud altiva y agresiva con los agentes", pudiendo "calmarlo hasta que se confirmó la vigencia de la orden, cuando al proceder a su detención ofreció una fuerte resistencia".