Un movimiento sísmico de 2,2 grados en la escala de Richter con epicentro en Los Montesinos, en la comarca alicantina de la Vega Baja, ha sido sentido por esta población, pero no ha provocado ningún daño material, según Emergencias de la Generalitat.

La sacudida ha tenido lugar a las 1:30 horas de este martes al este de Los Montesinos, justo en la urbanización del Chaparral, que divide las lagunas de La Mata y Torrevieja, y el epicentro se ha observado en la superficie, según ha informado en su página web el Instituto Geográfico Nacional (IGN).

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Emergencias ha indicado que, aunque sentido por los habitantes de esta población del sur de la provincia de Alicante, no ha habido daños materiales ni llamadas al 112.

Según el IGN, habría sido percibido también en municipios cercanos como Rojales –urbanización de Ciudad Quesada-, Guardamar del Segura, Benijófar –urbanización Atalaya Park- y Torrevieja.

Fuentes de la Policía Local de Los Montesinos consultadas por Efe también han señalado que, pese a que se ha sentido el temblor, no habían recibido ninguna llamada por esta circunstancia.

La Vega Baja suele registrar pequeños seísmos y los expertos destacan que los microterremotos permiten la liberación periódica de energía, de modo que evitan su acumulación y posterior descarga en un gran temblor. 

De hecho, y tal como informó EL ESPAÑOL, el sur de Alicante es, junto con la zona de la capital provincial y el sur de Valencia, las áreas más probables para registrar algún terremoto de grado 6 o mayor en la escala de Ritcher.

Actividad moderada o baja

El motivo de que estas zonas sean sensibles son las fallas activas del cuaternario "las que preocupan", según indicó el catedrático del departamento de Ingeniería Sísmica y Geodesia de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), Paco García, quien incidió en que en general "la sismicidad en la Comunidad Valenciana es moderada o baja" y el territorio está "totalmente monitorizado con sismógrafos y acelerógrafos".

García recordó que la región ha sufrido tres sismos históricos que "han sido muy catastróficos", uno en Tavernes de Valldigna, otro en la zona de Montesa-Enguera y el más reciente, en el siglo XIX, en Torrevieja. "Fueron de intensidad 10 que mide los daños. La magnitud de los terremotos se refiere a la energía y no empezó a medirse hasta el siglo XX", explicó.

El catedrático sostuvo que, además de la magnitud, ahora todavía se utiliza la intensidad porque lo que preocupa son los daños que causan los terremotos en la naturaleza -si cambian cursos de ríos o tiran montañas-, en las edificaciones -si destruyen casa, naves o monumentos- y en los humanos -muertos y heridos-.

"Ya han sucedido terremotos catastróficos y podrían volver a suceder pero nadie sabe cuándo", defiende y reitera que, de los tres dominios geológicos de la Comunidad Valenciana, "el más propenso y más activo" es el denominado Bético (sur de Valencia y Alicante) -los otros son el Ibérico y el Costero-Catalán-