Las maniobras soterradas para hacerse con el control de Ciudadanos (Cs) en la provincia de Alicante se han incrementado en las últimas semanas ante la falta de tutelas y las pugnas propias de la dirección nacional del partido en Madrid. Una situación que parece que se demorará hasta se conozcan los resultados de las elecciones andaluzas.

Como informó EL ESPAÑOL, el vicesecretario general de Ciudadanos (Cs), Edmundo Bal, impidió la coalición de su formación con el PP para las autonómicas del 19 de junio, pese (aparentemente) el interés por esa operación política por parte de una sector andaluz de los liberales.

En este contexto, en la provincia de Alicante -y en general en la Comunidad Valenciana-, Cs se halla dividido ahora en dos sectores claramente diferenciados. Y ambas sensibilidades luchan por conseguir el apoyo de Madrid en un momento en el que Inés Arrimadas tiene un perfil más bajo que el de Edmundo Bal.

De un lado, los proclives a llegar a acuerdos con el PP que estarían comandados por el coordinador provincial Javier Gutiérrez, y de otro los alineados con el PSOE y su estrategia para los dos partidos de centro derecha concurran juntos en los comicios de 2023, liderados por la secretaria delegada de Organización de Ciudadanos (Cs) en la Comunidad Valenciana, Teresa Ortiz.

Se da la circunstancia de que Gutiérrez, portavoz de Cs en la Diputación de Alicante, trabaja diariamente con el PP del líder popular regional, Carlos Mazón, en un pacto estable de Gobierno en la institución provincial. Y junto a él, la vicepresidenta de la Diputación, Julia Parra, es concejal en su municipio (Sant Joan) junto con los socialistas pero lidera el ejecutivo provincial junto a Mazón.

Por su parte, Ortiz no ha tenido mucho protagonismo desde que fue designada en el puesto. Pero con la dimisión como coordinador del área Institucional de Jesús Gimeno tras el escándalo de la moción de censura de Orihuela, está tratando de hacerse con el control de la provincia frente a Gutiérrez. Y el único modo que tiene es alinearse con los molestos por los pactos con el PP.

Organización y primarias

Por eso, denuncian relevantes dirigentes de Cs de Alicante, Ortiz ya está planteando el relevo de Chechu Herrero como coordinador provincial de Organización en favor del concejal de la ciudad de Alicante, Adrián Santos. Y es que Santos es el arquetipo de los "rebotados" con el PP. El propio Santos, ha manifestado a este diario que no tiene conocimiento de dicha operación y que sólo se debe a las siglas de Cs.

Actualmente concejal de Urbanismo de Alicante (en el pacto de Gobierno local entre PP y Cs), Santos fue uno de los concejales más fieles a la exalcaldesa popular Sonia Castedo cuando fue procesada judicialmente (con un cohecho probado, aunque la Audiencia lo da por prescrito) durante pasados mandatos. Tan fiel a Castedo que incluso ésta lo impuso al entonces presidente provincial, José Císcar, como presidente de Nuevas Generaciones NNGG.

Sin embargo, hoy está considerado en el seno del pacto PP-Cs en el Ayuntamiento como el menos proclive al proyecto conjunto. Por lo que hacerle coordinador provincial de Organización supone un nuevo obstáculo a un posible pacto electoral que lleva tiempo trabajándose entre Mazón y Arrimadas.

Además, los críticos con Ortiz la acusan de no haber defendido la pervivencia de la sede del partido en Alicante, donde la formación gobierna en Ayuntamiento y Diputación. Ahora en alquiler. También, de después de que se haya tardado meses en nombrado una ejecutiva en Elche; o que Alcoy siga sin agrupación del partido liberal. 

Paralelamente siguen otros pulsos como el de las primarias para encabezar la lista autonómica dentro de un año en la Comunidad Valenciana y en cada una de las provincias. En esta pugna también hay otro "rebotado" con el PP, José Miguel Saval, que incluso fue subdelgado del Gobierno en la provincia con Mariano Rajoy.

Entre tanto, el PSPV-PSOE ya ha logrado arrebatar la alcaldía de una de las grandes ciudades de la provincial al PP, Orihuela, y continúa su estrategia de obstaculizar cualquier pacto en el centro derecha mientras ellos mantienen sus pactos a la izquierda. Y es que al partido de Ximo Puig le conviene que Cs se presente restando votos al PP pero sin alcanzar el 5% que le daría representación.